In Memoriam: Helena Percas de Ponseti (1921-2011)
2011; Cervantes Society of America; Volume: 31; Issue: 2 Linguagem: Espanhol
10.1353/cer.2011.0016
ISSN1943-3840
Autores Tópico(s)Ethics and bioethics in healthcare
Resumo15 In Memoriam: Helena Percas de Ponseti (1921-2011) ___________________________________Frances Luttikhuizen E l pasado 1 de enero fallecía en el Hospital Clínico de la Universidad de Iowa (Iowa City, Iowa) Helena Percas de Ponseti, crítica literaria, ensayista, conferenciante, cervantista de renombre internacional y miembro fundadora de nuestra Asociación de Cervantistas. Nacida en Valencia, en el seno de una familia culta de madre ucraniana y padre greco-italiano, la vida de la Dra. Percas conoció el éxodo del ir y venir de tantos exiliados españoles de su tiempo y, también como muchos de ellos, terminaría asentándose en el extranjero. A los quince años, siendo estudiante del Instituto Escuela de Valencia, estall ó la Guerra Civil, y fue enviada a un internado en Londres. Cuando su padre fue nombrado Attaché Comercial de la República en París, volvió a reunirse con la familia y pudo terminar sus estudios de secundaria en el Institut Maintenon de Paris. Al finalizar la Guerra Civil, y al aceptar su padre la invitación de organizar un departamento de Estudios Literarios y de Filosofía en la Universidad Central de Caracas, la familia Percas emigró a Venezuela. Helena empezó a trabajar como profesora de inglés en una escuela de comercio, pero percatándose de las pocas posibilidades de cursar estudios superiores en este país, optó por emigrar a Estados Unidos y se esforzó en ahorrar los mil dólares necesarios para poder entrar en este país. Años más tarde recordaría con verdadero asombro algunas de las preguntas que le formuló el oficial de emigración en Nueva York para la concesión del visado de entrada. Entre ellas le interrogó si llegaba al país con intención de matar al presidente, o de ejercer la prostitución. 16 Cervantes Frances Luttikhuizen Ya en los Estados Unidos se licenció en letras en el Barnard College de Nueva York, en 1942, y terminó doctorándose en la Universidad de Columbia. Hacía poco que en dicha Universidad el profesor Federico de Onís acababa de fundar el Departamento de Estudios Hispánicos. Con la ayuda del profesor de Onís, el padre de Helena pudo encontrar trabajo en la pequeña universidad de Grinnell College, de Iowa, como profesor de griego, latín y literatura comparativa. Después de doctorarse, Helena se reunió con sus padres en Iowa, y se incorporó también en el Grinnell College en la sección ruso-espa ñola del departamento de lenguas modernas, de la cual llegaría a ser catedrática en 1957. Su campo de investigación en aquellos años se centró en las poetisas latinoamericanas. El tema de su primer libro fue el de La poesía femenina argentina, 1810-1950. En 1960, debido a nuevas incorporaciones en el departamento, se vio obligada a dar cursos sobre la literatura del Siglo de Oro español, lo que cambiaría por completo el rumbo de su docencia. Helena se entusiasmó con Cervantes y dedic ó el resto de su vida al estudio del Quijote. Otro gran cambio que tuvo lugar en aquel año fue el de conocer al hombre de su vida: el Dr. Ignacio Ponseti, también exiliado español y a la sazón célebre profesor de cirugía ortopédica en la Universidad de Iowa (Iowa City). A partir de los años ochenta, el matrimonio Ponseti solía pasar los inviernos en la localidad mallorquina de Pollensa. Es allí donde conocieron a Joan Beltrán, que, sabiendo de los intereses cervantinos de Helena, les presentó en una reunión del Círculo de Bellas Artes de Palma a un abogado “aficionado a la literatura,” de nombre José María Casasayas, que “iba a hablar del Quijote.” Al final de la conferencia, Helena le hizo algunas observaciones que dejaron muy impresionado a Casasayas, y le faltó tiempo para luego preguntarle quién era. Cuando oyó su nombre, Casasayas exclamó, “¡Sé quién es! ¡Tengo su libro!” Cuando, el día siguiente, fueron a visitar a Casasayas en su estudio, encima de la Pastisseria Can Frasquet, fueron ellos quienes se llevaron...
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