El pintor sin patria
2010; Issue: 159 Linguagem: Espanhol
ISSN
2445-2475
Autores Tópico(s)Literature, Culture, and Aesthetics
ResumoEduardo Arroyo es un enfant te rrible de las tradiciones. La pa radoja de calificarlo as? podr?a estirarse m?s, llam?ndolo, por ejemplo, cultivado voyou que hace el gam berro con exquisito celo art?stico. Su mag n?fica obra pict?rica es una sucesi?n varia da de actos de engolfamiento ir?nico de un cuadro, una figura, un concepto o unas formas preexistentes, y en los libros que ha escrito no ha sido nunca menos irreveren te, a la vez que ocurrente, tanto en los de agitaci?n, como su temprano Trente cinq ans apr?s (1974), los m?s ensay?sticos (El Trio Calaveras, 2003), biogr?ficos (Panama Al Brown ?902-?95?, 1982) o de ficci?n (su pieza teatral Bantam). La primera tradici?n a la que este des fachatado artista se acoge es inevitable, y no s? si ?acoger? es el verbo adecuado en su caso; quiz? ser?a m?s justo ?pertenecen). Lo cierto es que un pintor que escribe, y que escribe bien, es una noticia llamativa, de portada, en la historia del arte, constituyen do sus practicantes de verdadero genio, Mi guel ?ngel, Delacroix, Wyndham Lewis, Dal?, una reducida liga de honor en la que bien podremos situar a Arroyo. Por supues to, hay m?s nombres distinguidos (Turner, Fromentin, Almada Negreiros, Jorge Oteiza o Picasso me vienen ahora a la mente), pero se trata de artistas pl?sticos que hac?an una escritura de domingo, del mismo mo do que no podemos poner en el mismo registro a aquellos poetas -como William Blake o Dante Gabriel Rossettique pin taban en lienzo extensiones coloreadas de
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