“No hay negro bueno ni tamarindo dulce”
2011; Routledge; Volume: 58; Issue: 2 Linguagem: Espanhol
10.1080/08831157.2011.550521
ISSN1940-3216
Autores Tópico(s)Latin American Literature Studies
ResumoAbstract This article studies the intersections of racial, gender, and national subjectivities in Marta Rojas's novel, Santa Lujuria o Papeles de blanco (1998). I examine the entanglement of fiction and historical memory as well as the (re)appropriation and (re)construction of the slave experience as a vindication of anti-imperialist discourses. By focusing on the depictions of conflicts of race and class set in the colonial period, I also analyze the racialized discourse of blanqueamiento (racial and cultural whitening) and the myth of the eroticized mulatta. Furthermore, I maintain that this novel contributes to the intellectual articulation of new forms of racialization in the Cuban context, while confronting the traditional rhetoric of White supremacy. Keywords: neo-slave narrativespassingMarta Rojastwentieth century Cuban fictionwhitening Notes 1. Para un análisis exhaustivo de la novela abolicionista cubana pueden consultarse los trabajos de Luis y Williams. 2. En las últimas décadas del siglo XIX y en la primera del XX aparecen novelas que abordan directa o indirectamente el tema de la esclavitud como La renuncia del héroe Baltasar (Rodríguez Juliá), El polvo y el oro (Travieso Serrano), Otro golpe de dados (Fernández), Viento negro, bosque del caimán (Deive), Chronique de sept misères (Chamoiseau) y, entre otras, Moi, Tituba sorcière (Condé). 3. Desde el punto de vista formal y temático, Santa Lujuria recicla varios de los rasgos característicos de la novela abolicionista del XIX y principios del XX. Esto puede observarse en el uso de un lenguaje rebuscado, la representación del amo esclavista como antihéroe (inmoral y cruel) y del negro heroico. 4. Más recientemente Marta Rojas ha publicado otras dos novelas históricas: Inglesa por un año (2006), ganadora del Premio Alejo Carpentier, y Equipaje amarillo (2009). 5. Méndes (y no Méndez) es la grafía que aparece el texto de Rojas. El apellido Mendes hace referencia al abuelo paterno de Lucila, Filho Mendes, de origen portugués (Santa Lujuria 101). 6. No obstante, la presencia activa, aunque minoritaria, de otras mujeres afro- descendientes como Nancy Morejón sigue abonando el terreno para una mayor representación de estos sujetos en el concierto nacional. Para un estudio más detallado de la participación de las mujeres en las producciones culturales cubanas pueden consultarse los ensayos de Kutzinsky y Campuzano. 7. Algunos de estas temáticas están relacionadas con el clasismo, el sexismo, la homofobia, el racismo y, entre otras, el exilio. 8. Bastante polémica sigue resultando la sentencia de Saco: "Ya en 1835 escribía Saco una carta desesperada por el ciego absolutismo de la Metrópoli: 'No nos queda más que un remedio: blanquear, blanquear y, entonces, hacernos respetar'" (172). Para un análisis de las referencias al blanqueamiento compulsivo en la obra de Saco pueden consultarse los trabajos de Ortiz, Opartný y Jackson. Por su parte, Guevara propone un interesante estudio panorámico sobre la representación del blanqueamiento en la novela cubana del XIX. 9. Instrumento legal que acreditaba la condición de "blanco" de un criollo. 10. Algunos de los personajes de Santa Lujuria que enarbolan su condición negra son el esclavo José, Nicolás (este poeta y maestro es una clara alegoría a Nicolás Guillén), Miguel Villavicencio y, entre otros, Salvador Hierro. 11. Las cremas y pócimas blanqueadoras de Filomeno podrían hacer referencia a las reflexiones de Fanon a propósito del blanqueamiento químico: "Desde hace algunos años, los laboratorios se han propuesto descubrir un suero de denegrificación; los laboratorios más serios del mundo han lavado sus tubos de ensayo, arreglado sus cuentas y emprendido investigaciones que les permitirán a los infelices negros blanquearse y, de esta forma, terminar con el lastre de esta maldición corporal" (89–90, la traducción es mía). 12. Se refiere al derecho de los amos blancos de disponer sexualmente, y a su antojo, de las esclavas. 13. El grado de trasgresión de este fenómeno ha supuesto condenas tanto sociales como legales. Así lo advierte Kennedy, desde el punto de vista jurídico: Passing is a deception that enables a person to adopt certain roles or identities from which he would be barred by prevailing social standards in the absence of his misleading conduct. The classic racial passer in the United States has been the "white Negro": the individual whose physical appearance allows him to present himself as "white" but whose "black" lineage (typically only a very partial black lineage) makes him a Negro according to dominant racial rules. (1145) 14. Algunas de las narrativas sobre el fenómeno de "passing" son: Passing (1929) de Nella Larsen, The Human Stain de Philip Roth (posteriormente llevada al cine por Robert Benton [2003]) y el largometraje Pinky (1949) de Elia Kazan. Para un análisis de la representación literaria del "passing", puede consultarse el ensayo de Wald. 15. Sklodowska ofrece un análisis exhaustivo del impacto de la Revolución haitiana en la literatura cubana. 16. DeCosta-Willis destaca la caracterización heroica y el liderazgo de José en la comunidad de esclavos: "[He is] an idealized and messianic figure, he is a revolutionary hero, an ogboni or religious leader, and a trickster who feigns madness to avoid execution. He is modeled after the historical José Antonio Aponte, member of a lucumí secret society and an Oni-Shangó with secular and spiritual powers" (109). 17. El tema de los abusos sexuales y otros maltratos físicos sufridos por esclavas es el tema central de la novela Fe en disfraz (2009) de Santos-Febres y El harén de Oviedo (2003) de Rojas. 18. Se desconoce el color de piel del personaje de Arcángel. En un pasaje de la novela, Lucila lo compara con un antiguo amante afrodescendiente, Villavicencio, organista de la catedral de Santiago de Cuba: "[M]e habría gustado que mi hijo, a tu edad, se hubiera parecido a ti -le dijo, mas lo cierto era que desde la primera vez que lo vio a quien le trajo a la memoria fue al músico Villavicencio, aunque físicamente no se parecieran" (243).
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