Artigo Revisado por pares

El cronista oficial ¿historiador o consejero?: El caso ejemplar de Herrera y Tordesillas

2013; Institución Fernando el Católico; Issue: 88 Linguagem: Espanhol

ISSN

2603-767X

Autores

Richard L. Kagan,

Tópico(s)

Historical Studies on Spain

Resumo

Me siento honrado de participar en la celebracion del quinto centenario del nacimiento de Jeronimo Zurita. Pero esta presentacion tiene menos que ver con Zurita que con otro cronista, uno con muy mala fama aqui en Aragon. Me refiero al cronista real Antonio de Herrera y Tordesillas, quien en una obra de 1612 dedicada a las famosas alteraciones que ocurrieron en esta misma ciudad a partir de 1589 no solo reprocho a la gente de Zaragoza por su «violencia» sino que cuestiono criticamente los derechos forales aragoneses con el argumento de que «era el Principe quien daba las leyes y ordenes al Reyno, y no el Reyno al Principe», todo ello en aras de la defensa de lo que denomino «la dignidad real».1 No sorprendera a nadie que estas palabras no fueran bien recibidas en Zaragoza por las autoridades aragonesas. Ocurrio precisamente lo contrario. Indignados, los miembros de la Diputacion ordenaron la confiscacion de la obra y prohibieron su circulacion en el reino. Al mismo tiempo, pactaron con otro historiador, Martin Carillo, la redaccion de un nuevo libro que debia abordar la misma materia con el objetivo de desmontar las «ficciones de Herrera» y defender la «honra y gloria de Aragon».2

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