Delmira Agustini O El Modernismo Subversivo
1998; CIESPAL; Volume: 27; Issue: 2 Linguagem: Espanhol
10.2307/29741438
ISSN2327-4247
Autores Tópico(s)Spanish Literature and Culture Studies
ResumoEn su Breve historia del modernismo, Max Henr?quez Ure?a no vacila en incluir a Agustini entre las figuras m?s destacadas del modernismo uruguayo al tiempo que resalta la honda y sensual patente en los provocativos versos de la joven poeta: Con Agustini se inicia, en verdad, un nuevo tipo de poes?a femenina, en que se hermanan la sensuali? dad y la espiritualidad (276). En su breve p?rtico a la primera edici?n de Los c?lices vac?os, tampoco tuvo Rub?n Dar?o el menor reparo en admitir que la autora, ser muy mujer, dice cosas exquisitas que nunca se han dicho (198). Es evidente que ni Dar?o ni Henr?quez Ure?a pensaban que la ardida femineidad de Agustini convirtiera su inclusi?n dentro del modernismo en un asunto pol?mico. En su Introducci?n a las Poes?as completas de Agustini, Manuel Alvar es mucho m?s categ?rico: Delmira Agustini es de las poetisas modernistas, la primera en el tiempo, y por eso la m?s cercana a las formas rubenianas (9-10); defiende Alvar los v?nculos de Agustini con el modernismo se?alando la presencia de una variedad de tropos y t?picos de la ?poca en la poes?a de la uruguaya: espec?ficamente, Agustini concreta el impulso pasional en s?mbolos estetizantes o exquisitos y en im?genes de elegancia pl?stica, tales como el cisne, la torre, el lago y las estatuas, t?picamente evocadas en la poes?a de Dar?o. En fecha m?s reciente, sin embargo, la mayor?a de los estudios cr?ticos dedicados a Agustini (particularmente aquellos publicados despu?s de 1980) argumentan de manera convincente que el patente individualismo de la poes?a de Agustini s? trasciende los postulados ideol?gicos y est?ticos del modernismo y sobrepasa sus recursos ret?ricos; seg?n alegan los estudios de Sylvia Molloy, John Burt, y Gwen Kirkpatrick (para mencioncar tan s?lo los m?s difundidos), no es meramente el atrevido erotismo de la poes?a de Agustini lo que contribuye a crear semejante impresi?n, sino el empleo claramente subversivo de algunos t?picos modernistas (la musa y el cisne, por ejemplo), el abandono de las formas cerradas, escult?ricas y fijas en el verso y, particu? larmente en Los c?lices vac?os, el predominio de la rima asonante, el verso am?trico y el verso libre. La reconciliaci?n de ambas posturas no resulta, con todo, tarea imposible; el mencionado debate depende, en ?ltima instancia, de la amplitud o estrechez con que se utilice el concepto modernismo. Si, por un lado, se estableciera una rigurosa smoriimia entre modernismo y esteticis? mo, la l?rica de Agustini, naturalmente, no encajar?a dentro de los pruritos preciosistas y formalis? tas que, al decir de Salinas, Marinello o Silva Castro, caracterizan semejante est?tica; pero, por el contrario, si se concept?a el modernismo como una de las fases que asume la modernidad art?stica en el mundo hisp?nico (el romanticismo y la vanguardia ser?an tambi?n parte integral de este proceso), la subjetividad agresivamente femenina de la poes?a de Agustini ser?a plenamente
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