La Novella de Diego de Cañizares como artefacto de homogeneización ideológica
2012; Routledge; Volume: 84; Issue: 2 Linguagem: Espanhol
10.1080/00393274.2012.730297
ISSN1651-2308
Autores Tópico(s)Historical Art and Architecture Studies
ResumoClick to increase image sizeClick to decrease image size Notes 1 La perspectiva que presentamos en nuestro estudio sigue la lectura de Rosa Menocal (2002 Menocal, María Rosa. 2002. The Ornament of the World—How Muslims, Jews, and Christians Created a Culture of Tolerance in Medieval Spain, Boston: Little, Brown and Company. [Google Scholar]). La autora expresa la tendencia de los conquistadores castellanos a mantener, de alguna manera intacta, las marcas del imperio vencido—“the policy and practice of the Castilian monarchs had been not to destroy the monuments of the Islamic past but to appropriate them and write over them lightly” (236)—con una tendencia a mantener algunos templos y palacios que “honored the defeated old civilization” (232). 2 Partimos del principio de que el proceso imperial cristiano no constituye una reconquista, sino la ocupación de espacios que poseían un carácter cultural propio que no se relacionaba históricamente con el proceso de congregación ideológica que reunió a los reinos cristianos del norte en la empresa imperial de conquista de la Península—posiblemente como resultado de la “creencia santiagueña” tal cual es analizada por Américo Castro en su libro España en su historia, donde afirma que “el hispano-cristiano comenzó a ser alguien gracias al maná de la creencia santiagueña, y fue ganándose la tierra con un ánimo bélico” (2001: 568). Seguimos así la escuela de pensamiento iniciada por Américo Castro. En relación al concepto de reconquista véase del mismo autor La Realidad Histórica de España, concretamente la sección “No había aún españoles en la Hispania romana ni en la visigótica” (1987: 113–138). 3 Nos referimos a la literatura de manera general como una de las manifestaciones artístico-culturales de una sociedad. Así pues, la concebimos del mismo modo que concebimos la sociedad medieval ibérica: en una continua sucesión de actos relacionales. 4 Seguimos la idea de Eagleton (1976 Eagleton, Terry. 1976. Criticism and Ideology—A Study in Marxist Literary Theory, London, , New York: Verso. [Google Scholar]: 64) de que el texto literario no es la expresión de una ideología, sino resultado de ésta: “The literary text is not the ‘expression’ of ideology, nor is ideology the ‘expression’ of social class. The text, rather, is a certain production of ideology.” 5 Como afirma Ventura de la Torre (1990 Torre, Ventura de la. 1990. Variantes occidentales castellanas del Sendebar. Ciclo de Los siete sabios de Roma, Madrid: Servicio de Publicaciones. [Google Scholar]: 809), es posible que Diego de Cañizares fuera también dominico, lo que podría explicar, en parte, su interés por este autor. Sobre Juan Gobi, el joven, véase Polo de Beaulieu (1999 Polo de Beaulieu, Marie-Anne. 1999. Éducation, prédication et cultures au Moyen Âge: essais sur Jean Gobi le Jeune, [d.] 1350, Lyon: Presses universitaires de Lyon. [Crossref] , [Google Scholar]). 6 Véase La Scala Coeli de Jean Gobi (1991), edición de Polo de Beaulieu. 7 La cuestión de los orígenes de la historia excede los objetivos de este trabajo. Sobre el Sendebar, su transmisión y sus versiones, remito a Lacarra (1979 Lacarra, María Jesús. 1979. Cuentística medieval en España: los orígenes, Zaragoza: U Zaragoza. [Google Scholar]); para las versiones occidentales, véase de la Torre (1990 Torre, Ventura de la. 1993. La Novella de Diego de Cañizares. Dicenda: Cuadernos de Filología Hispánica, 11: 307–332. [Google Scholar]). 8 En esta época la palabra “trasladar” puede significar interpretar, copiar o mover (Covarrubias 1995 Covarrubias Orozco, Sebastián de. 1995. Tesoro de la Lengua Castellana o Española, Madrid, , Castalia: Felipe Maldonado. [Google Scholar]: 933). Como veremos más adelante, la obra de Cañizares no representa una traducción de la obra de Gobi en el sentido moderno del término. Seguimos la edición de González Palencia (1946 González Palencia, Ángel. 1946. Versiones castellanas del Sendebar, Madrid, , Granada: CSIC. [Google Scholar]), aunque existen otras ediciones más recientes publicadas por Ventura de la Torre (1990; 1993). 9 Edición de María Jesús Lacarra (1989 Lacarra, María Jesús. 1989. Sendebar, Madrid: Cátedra. [Google Scholar]). 10 Aries y Duby (1991 Aries, Philippe and Duby, Georges Dir. 1991. Historia de la vida privada IV—el individuo en la Europa feudal, Madrid: Taurus. [Google Scholar]: 75) explican que “el individuo en escena ( … ) florece durante los siglos XIV y XV, [poniéndose] de relieve de modo muy particular en el prólogo, para lo que ha convertido a éste en el lugar donde el que habla se instala en su estatuto de autor.” 11 Para quienes estén interesados en un análisis comparativo entre la obra de Cañizares y su modelo, remito al trabajo de Cañizares Ferriz (1999 Cañizares Ferriz, Patricia. 1999. La nouella de Diego de Cañizares y su original latino (I). Cuadernos de filología clásica. Estudios latinos, 16: 279–319. [Google Scholar]), aunque, como señala la autora, se trata de una recomposición de un posible original latino: “nuestro objetivo a la hora de reconstruir el texto latino subyacente a la traducción de D. de Cañizares ha sido el de encontrar las lecturas adecuadas que se ajustasen convenientemente a la traducción romance, es decir, el acercarnos lo más posible a la “copia ideal” que manejó D. De Cañizares para su traducción” (I, 285). De Cañizares Ferriz (2011), véase también Traducción y reescritura, un estudio exhaustivo en el que la autora compara también otras versiones castellanas del ciclo Los Siete Sabios de Roma con sus supuestos originales latinos. Sobre la traducción en la Edad Media, remito a la obra de Russell (1985). 12 Con Alejandro VI y Julio II, Roma recupera su poder terrenal sobre los barones de las ciudades vecinas y su poder espiritual en Europa. El siglo XV es el periodo de construcción de la iglesia de San Pedro, de la capilla Sixtina, varios palacios, plazas y villas. 13 De hecho, para Zumthor (1989 Zumthor, Paul. 1989. La Letra y la Voz de la “Literatura” Medieval, Madrid: Cátedra. [Google Scholar]: 326), el siglo XV representa el final de un proceso de confirmación de la supremacía de la escritura, lo que acaba finalmente marginando la oralidad de la cultura popular y en la cultura popular. 14 Sobre la misoginia en las colecciones castellanas de cuentos medievales véase el estudio de Haro Cortés (2005 Haro Cortés, Marta. 2005. “Mujer y engaño en las colecciones de cuentos medievales”. In ‘Entra mayo y sale abril’: Medieval Spanish Literary and Folklore Studies in Memory of Harriet Goldberg, Edited by: Da Costa Fotes, Manuel and Snow, Joseph T. 211–229. Newark & Delaware: Juan de la Cuesta. [Google Scholar]) y el de Lacarra (1986 Lacarra, María Jesús. 1986. “Algunos datos para la historia de la misoginia en la Edad Media”. In Studia in honorem prof. M. de Riquer, 339–61. Barcelona: Vallcorba. [Google Scholar]). Para el estudio de la mujer en otras colecciones, véase “Exempla: A Discussion and a Case Study,” de Berlioz y Polo de Beaulieu (1990 Berlioz, Jacques and Polo de Beaulieu, Marie-Anne. 1990. “Exempla: A Discussion and a Case Study”. In Medieval Women and the Sources of Medieval History, Edited by: Rosenthal, Joel T. 37–65. Athens: University of Georgia Press. [Google Scholar]). La segunda parte de este estudio trata específicamente de la proyección de la mujer en La Scala Celi de Jean Gobi. 15 Según Gurevich (1988 Gurevich, Aron. 1988. Medieval Popular Culture—Problems of belief and perception, Cambridge: Cambridge UP. [Google Scholar]: 94), “The icarnation of all temptation, drawn to and drawing others into the abyss of carnal sin was, in the eyes of the clerical authors, woman, servant of the devil, witch and pagan by her very nature.” 16 Véase a este respecto el estudio de Solomon (1997 Solomon, Michael. 1997. The Literature of Misogyny in Medieval Spain, Cambridge: Cambridge UP. [Google Scholar]), especialmente el capítulo 2 “Sexual pathology and the etiology of lovesickness.” 17 Cabe recordar que la influencia de la mujer en el poder dependía de sus bienes y, en el caso específico del texto de Cañizares, de la viudez sin hijos, pues como indica Carlé (2000 Carlé, María del Carmen. 2000. La sociedad hispanomedieval III—Grupos periféricos: las mujeres y los pobres, Barcelona: Gedisa. [Google Scholar]: 50): “la herencia de la viuda dependía fundamentalmente de que tuviera o no tuviera hijos; en este segundo caso, suele ser la heredera universal o, al menos, se le reconoce el usufructo vitalicio de todos los bienes de su marido.” En el primer caso, no solo la fortuna podía ser repartida sino que también implicaba problemas legales para la mujer defendiendo sus derechos ante la justicia. 18 Pallares Méndez (1993 Pallares Méndez, María Carmen. 1993. A vida das mulleres na Galicia medieval—1100–1500, Santiago de Compostela: Universidad de Santiago de Compostela. [Google Scholar]: 11) también llama la atención sobre el hecho de que, a partir de siglo XII, existe un sensible crecimiento de la escritura femenina que, de alguna manera, se contrapone a las visiones del mundo masculino sobre el femenino, pero así mismo las mujeres siguen ideológicamente sometidas a la hegemonía androcéntrica. 19 Decimos aparentemente, pues en el siglo XV, como indica Marsan (1974 Marsan, Rameline E. 1974. Itinéraire Espagnol du conte médieval (VIII–XV siècles), Paris: Klincksieck. [Google Scholar]: 40), la Península Ibérica no había aún realizado su unidad ideológico-cultural, a pesar de que ya desde el siglo XIII, hubiera cesado en su sociedad, con la excepción del reino de Granada, la difusión de los valores ideológicos provenientes del Islam. No en tanto, podemos hablar de la supremacía de la ideología cristiana en esta época dado que ya no disponía de una ideología opositora. 20 O'Callaghan (2003 O'Callaghan, Joseph F. 2003. Reconquest and Crusade in Medieval Spain, Philadelphia: University of Pennsylvania Press. [Crossref] , [Google Scholar]: 213) recuerda que, a pesar de una paz relativa entre los reinos cristianos y el reino de Granada, los ánimos populares a principios del siglo XV, por cuestiones puramente religiosas, se encontraban cada vez más impacientes con la existencia de un reino musulmán en la Península Ibérica, y varios exhortaban a su rápida conquista. 21 Contreras (1997 Contreras, Jaime. 1997. Historia de la Inquisición Española (1478–1834), Madrid: Arco Libros. [Google Scholar]) explica que, a pesar del hecho de que la Inquisición solo se instituyera oficialmente en 1478, la práctica persecutoria oficializada por ella ya existía en manos de los obispos desde el siglo XI, sobre todo para ser aplicada a cristianos nuevos y criptojudíos. Véase especialmente el capítulo 1, centrado en la percepción de la herejía. Domínguez Ortiz (1994 Domínguez Ortiz, Antonio. 1994. Autos de la Inquisición de Sevilla (siglo XVII), Sevilla: Ayuntamiento de Sevilla. [Google Scholar]: 17) recuerda que en los reinos de la corona de Aragón, la Inquisición ya había sido introducida en el siglo XIII “con motivo de la lucha contra los albigenses.” 22 En el siglo XII la astrología sirve tanto para describir lo que hoy se conoce como astrología, como para astronomía. Mientras que en los siglos XII–XV existe una apreciación y estima por la “astrología natural,” que es lo que entendemos hoy por astronomía, la visión contraria se implanta contra la astrología supersticiosa (Vicente García 2006 Vicente García, Luis Miguel. 2006. Estrellas y astrólogos en la literatura medieval española, Madrid: Ediciones del Laberinto. [Google Scholar]: 67). 23 Como muestra de la importancia del número siete, en la obra se menciona que el infante tenía siete años, donde el texto latino solo menciona “eum esse bone etatis” (de la Torre 1990: 815). La presencia del número siete es una constante en todas las versiones occidentales de la historia. 24 A partir del siglo XVI, varias obras sobre la alegoría clásica influenciarán las nuevas generaciones de literatos en la Península y en toda Europa. Tal es el caso de los Hieroglyphica de Horapolo, del siglo V. También otros compendios son producidos en este siglo, siendo el más popular la Iconologia de Cesare Ripa. Véase a este respecto el estudio de Masson (1974 Masson, André. 1974. L'Allégorie, Paris: PUF. [Google Scholar]). 25 Nos referimos exclusivamente al Sendebar castellano, el cual no refleja la preocupación religiosa que muestra el texto del dominico.
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