In Memoriam: Carlos Solórzano y el proceso creativo (1919–2011)
2011; Department of Spanish and Portuguese, University of Kansas; Volume: 45; Issue: 1 Linguagem: Espanhol
10.1353/ltr.2011.0036
ISSN2161-0576
Autores Tópico(s)Educational and Organizational Development
ResumoIn Memoriam: Carlos Solórzano y el proceso creativo (1919–2011) Wilma Feliciano Click for larger view View full resolution © 2011 Universidad Francisco Marroquín, Departamento de Educación, Blog Erasmo El contenido de este sitio está bajo licencia de Creative Commons Con profunda tristeza y humildad, redacto este memorial en honor a Carlos Solórzano, un gran hombre de teatro fallecido en la Ciudad de México el 30 de marzo 2011. Nació en San Marcos, Guatemala, el primero de mayo 1919 (el año de nacimiento aparece como 1922 en muchas fuentes) a una familia de abolengo cuya realidad opulenta era incongruente con la pobreza del pueblo maya circundante. De niño estudió piano y quiso hacerse pianista pero su familia pensó que la arquitectura sería mejor profesión para encauzar sus [End Page 203] inclinaciones artísticas. En 1939 llegó a México donde terminó la maestría y el doctorado en Letras y un grado en arquitectura, título que sólo utilizó una vez: para diseñar su propia casa; allí lo alcanzó la muerte de un cáncer de páncreas tras sólo un mes de la diagnosis. Dejó a dos hijas, Juana Inés y Beatriz. Su esposa, la escultora Beatriz Caso, hija del antropólogo Alfonso Caso, y Diego, el hijo mayor, se le adelantaron en la muerte. Dramaturgo, director, novelista, profesor y difusor de la cultura por su labor como investigador y crítico del teatro, compilador de antologías dramáticas e historias críticas, Solórzano fue galardonado con muchos cargos oficiales, becas y premios prestigiosos. Fue fundador del Teatro Universitario del Departamento de Literatura Dramática de UNAM (director 1952–1962), iniciador de la Licenciatura en Arte Dramático en la Facultad de Filosofía y Letras (1973), Coordinador Ejecutivo del Teatro de la Nación del IMSS (1977), Maestro Emérito de la UNAM—honor otorgado a sólo 50 en una facultad de 10,000 (1985) y el cual motivó la revista Escénica a presentar una semblanza completa en marzo, 1986. Tras estos éxitos vinieron muchos más: ganador del Premio Universidad Nacional de UNAM (1988) y luego en su terruño natal, del Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel Asturias” (1989), editor para América Latina de la Enciclopedia Mundial del Teatro Contemporáneo editada primero por UNESCO en 1989 y luego en 1996 bajo los auspicios de la UNAM por la casa Routledge Haptman de Londres, Presidente del Centro Mexicano del Instituto Internacional del Teatro (UNESCO 1991), electo tres veces como Presidente de Honor de la Asociación de Investigadores de México, otorgado el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos de Guatemala (1997), homenajeado por la Universidad de Tennessee en el congreso teatral celebrado en Puebla en 2000 y laureado el mismo año con el Premio Armando Discépolo por la Universidad de Buenos Aires. No sorprende, por ende, que Solórzano fuera el sujeto total o parcial de numerosos tesis y estudios académicos. Estos honores y premios confirman su labor promotora a favor del teatro mexicano y del latinoamericano. Aunque su producción creativa fuera breve: once piezas dramáticas (la mayoría en un acto), dos novelas y un cuento, basta para avalarlo como el dramaturgo más célebre nacido en Guatemala y lumbre entre la constelación de gigantes del teatro latinoamericano. Tuve la fortuna de conocer a Carlos Solórzano en persona cuando hice una serie de entrevistas con él entre septiembre 1983 y abril 1984 en preparación para escribir mi tesis doctoral, luego publicada como El teatro mítico de Carlos Solórzano (UNAM, 1995). Las citas que siguen proceden de estas charlas (luego editadas y publicadas en dicho estudio), por haberme permitido [End Page 204] divisar el sentimiento trágico que cimienta su obra y visión del mundo. La libertad personal y espiritual del ser humano, su tema constante, radica de lo que llamó su “enclaustramiento inicial” bajo la tiranía política en Guatemala, “un país olvidado, cerrado, hermético por su propia condición de país indio” (20) y...
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