¿Reportaje, novela, presente fabricado?: Campos de amapola antes de esto, de Lolita Bosch
2014; University of North Carolina Press; Volume: 54; Issue: S Linguagem: Espanhol
10.1353/rmc.2014.0045
ISSN2165-7599
Autores Tópico(s)Cultural and Social Studies in Latin America
Resumo¿Reportaje, novela, presente fabricado?Campos de amapola antes de esto, de Lolita Bosch Adriana González Mateos 1. El colapso del lenguaje El martes 27 de agosto de 2013 se cumplieron tres años del inicio de Nuestra Aparente Rendición (NAR), un proyecto virtual coordinado por Lolita Bosch.1 Tres años antes, en esa fecha, se difundió el hallazgo de los cuerpos de setenta y dos migrantes en San Fernando, Tamaulipas. El texto conmemorativo aparecido en la página de Facebook constata: Desde aquella mañana del 27 de agosto de 2010, hemos visto tanto, hemos aprendido tanto, hemos escuchado tantas, tantas cosas, que a veces nos cuesta recordar quiénes fuimos, dónde estábamos. Hoy México nos parece un lugar compacto y difícil, y apenas recordamos cuando lo entendíamos simplemente con la palabra casa. Antes de esto, decimos. Porque ésta es nuestra nueva manera de medir el tiempo. Este tiempo que es este país que es el cuerpo que habitamos ahora. México (Bosch, NAR 27 de agosto de 2010) Este desconcierto es el punto de partida, el recorrido y el punto de llegada; es el método, la manera de sobrevivir, quizá de comprender aunque sea de forma provisional, siempre sujeta a revisiones. El logo de NAR comunica esta intención (ver página siguiente). La figura se muestra doblegada, mirando hacia abajo, con una mueca que puede interpretarse como sumisión; su actitud es de miedo y renuncia, de anulación. Otra figura idéntica (¿la misma en otro momento?, ¿la misma en una decisión íntima?) mira directamente hacia adelante, con un gesto del que ha desaparecido la intimidación. En esta sencilla imagen, la capacidad de ver se nutre de asociaciones metafóricas casi automáticas: ver es también sinónimo [End Page 45] de entender, es una competencia de los sentidos cuyas implicaciones intelectuales, emotivas y espirituales se enfatizan por medio del triángulo que sale de los ojos de la figura: la visión es cada vez más amplia, abarca más y más espacio; el color amarillo del original evoca la luz, el sol, el día, la claridad... palabras polisémicas que amplifican los significados que acabo de apuntar. La flecha establece una continuidad entre las dos figuras, que permite leerlas como la misma: la aparente rendición de una es el origen y el sostén de la visión de la otra, quizá una estrategia necesaria. Va del cráneo de la figura inclinada (de su cerebro, de sus pensamientos) a los ojos de la otra, como si la flecha representara una decisión tomada al fingir la rendición y llevara a observar. No hay flecha de regreso. La palabra “RENDICIÓN” está medio borrada en el letrero; cada palabra está escrita en una fuente más pequeña que la anterior, para así resaltar la palabra “NUESTRA.” El texto, a su vez, está en primera persona del plural: “nosotros” es el sujeto de la decisión de comprender. Click for larger view View full resolution La capacidad de ver/entender es desafiada por lo que está frente a los ojos. Pese a la resolución expresada por la figura, el texto publicado el día del aniversario de la página está atravesado por perplejidades, es un recuento de ellas, un cuidadoso articular que interroga y revisa palabras aparentemente sencillas, como casa, deteniendo a quien lee, llamando su atención sobre ellas, dudando al emplearlas. Ni siquiera se sabe qué significan las palabras. Cada una puede ser la boca de un abismo. Por ejemplo, en Campos de amapola antes de esto (2012), al narrar la detención de Juan García Ábrego, “El Barón del Golfo,” también conocido como “La Muñeca,” además de constatar que el nombre de estos personajes es múltiple, inestable y difícil de interpretar, se registra una anécdota mínima, un altercado con uno de los soldados que lo aprehendieron: “De ti si me voy a acordar, hijo de tu chingada madre. Y días después aquel único soldado apareció muerto. Se llamaba Fernando...
Referência(s)