La escritura de la historia: Borrando huellas inconvenientes del pasado
2014; University of North Carolina Press; Volume: 54; Issue: 3 Linguagem: Espanhol
10.1353/rmc.2014.0046
ISSN2165-7599
Autores Tópico(s)Historical Studies in Latin America
ResumoLa escritura de la historia: Borrando huellas inconvenientes del pasado Beatriz Mariscal Hay La historia, propone Michel de Certeau, busca encontrar la verdad de los hechos que subyacen a las leyendas para instaurar un discurso conforme al orden natural de las cosas. El discurso de la historia es un discurso estratégico por la manera en que maneja los datos, los archivos o los documentos (13–19). Con esto en mente, en este breve trabajo me interesa considerar el Mercurio Yndiano, un poema de tema histórico redactado por el cacique zapoteco Patricio Antonio López en 1740, teniendo en cuenta no solamente el orden natural de las cosas que nos propone el autor, sino el manejo de la información que lo determina. En el ocaso de la Colonia, no menos que cuando se consolidó el proceso de conquista de la Nueva España, el dominio de las vidas y los destinos de la población novohispana estaba en manos de los representantes del imperio y de la Iglesia. El poder del Estado era absoluto y se ejercía a través de instituciones administrativas y militares; el de la Iglesia, ejercido a través lo mismo de sus tribunales que del confesionario, no solamente complementaba el poder político, sino que le proporcionaba al Estado la razón moral en la que sustentaba su dominio sobre los pueblos americanos. La incorporación de los indios americanos al imperio español no se hizo sin provocar razones encontradas respecto al trato que debía dárseles; puesto que su personalidad moral era necesariamente diferente a la de los habitantes de otras naciones sujetas al dominio de España, diversas leyes particulares destinadas a juzgar y proteger a los naturales del Nuevo Mundo fueron adoptadas a lo largo del período colonial. Sin embargo, a pesar de la existencia de estas leyes, casi doscientos años después de la instauración del Virreinato de la Nueva España, las condiciones de vida de la gran mayoría de los indígenas eran deplorables. Ante esta situación, apelar a la benevolencia de las más altas autoridades políticas y eclesiásticas, las cuales podían hacer revertir los abusos que se [End Page 347] cometían, era un último recurso para los agraviados, si bien cabe recordar que los poderosos actuaban, las más de las veces, de acuerdo con intereses propios y al amparo de leyes que los favorecían. En busca de esa benevolencia que requerían los indios en razón de los abusos de que eran objeto, Patricio Antonio López, “Cazique de la nación zapoteca en los valles de Oaxaca e yntérprete general del Apostólico y Real Tribunal de Cruzada y Superior del Gobierno desta Nueva España” (fol. 1r.), compone, en 1740, un poema de carácter histórico, el Mercurio Yndiano, que dedica al nuevo Virrey de la Nueva España, Pedro de Castro y Figueroa, Duque de la Conquista, recién llegado a Veracruz.1 La historia del pueblo zapoteco, contenida en su poema y en la apología que lo acompañaba, haría ver al virrey cuán injusto era el trato que se daba a los descendientes de quienes se habían enfrentado con gran valor en el campo de batalla al temible Moctezuma, principal enemigo de los españoles; con ellos le recordaba igualmente cómo se habían sometido “de motu proprio” a la fe católica y la entrega que sus gobernantes habían hecho al rey de España de sus poderes y de sus bienes. Pese a la autoridad con la que compone su poema, alegando el conocimiento de los caracteres – jeroglíficos – en que había sido registrada la historia de su pueblo, algo que habían ignorado quienes habían escrito antes sobre ella, Patricio Antonio López no pierde de vista los peligros que podía representar cualquier sospecha de desviaciones en la conversión a la fe católica por parte de sus ancestros a la que pudiera dar lugar su escrito y, desde luego, cualquier duda que pudiera surgir sobre su propia adhesi...
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