Intracoronary Diagnostic Techniques
2004; Elsevier BV; Volume: 57; Issue: 7 Linguagem: Espanhol
10.1016/s1885-5857(06)60299-5
ISSN1885-5857
Autores Tópico(s)Peripheral Nerve Disorders
ResumoEl pie paralítico en la espina bífida plantea un problema doble: ortopédico y cutáneo. Los trastornos ortopédicos se relacionan en gran medida con el déficit motor, y por lo general presenta las siguientes consecuencias según los niveles de afectación: S2, pie cavo y dedos del pie en garra; S1, pie talo valgo; L5: pie talo varo; L4 y lesiones en niveles superiores: pie caído. Sin embargo hay que matizar mucho, ya que las deformaciones no siempre son las previstas y las asimetrías son numerosas (50%). Los trastornos cutáneos se relacionan en gran parte con déficit sensitivos. Estos trastornos casi constantes representan un importante riesgo de lesiones graves en los puntos de apoyo. Las lesiones pueden evolucionar desde el simple enrojecimiento hasta las escaras y, en su grado máximo, a la osteítis con riesgo de amputación. El tratamiento puede ser precoz (desde el nacimiento). Implica la kinesiterapia, el uso de aparatos ortopédicos durante el día y durante la noche y, en algunos casos, la cirugía. El objetivo es conseguir un pie «plantígrado». El aparato ortopédico que más se utiliza es una férula posterior que puede deslizarse en las botas de baloncesto. Hay que elegir una talla de zapato que sea uno o dos números mayor que la talla teórica. El control de la piel debe hacerse obligatoriamente por la mañana y por la noche, en particular en la zona plantar y en la zona dorsal de las articulaciones interfalángicas proximales de los dedos del pie.
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