Proteómica y enfermedad cardiovascular
2003; Elsevier BV; Volume: 56; Issue: 3 Linguagem: Espanhol
10.1016/s0300-8932(03)76865-1
ISSN1579-2242
AutoresFernando Vivanco, Lorenzo López‐Bescós, José Tuñón, Jesús Egido,
Tópico(s)Endoplasmic Reticulum Stress and Disease
ResumoCon la descripción del genoma humano se ha abierto una nueva manera de estudiar y entender los fenómenos fisiopatológicos. El siglo XX nos permitió conocer multitud de componentes de la célula de modo individual. Sin embargo, el siglo XXI se inicia con un análisis global de los componentes celulares. Gracias al desarrollo de diversas tecnologías, como los chips de ADN, o la electroforesis bidimensional, entre otros, ahora puede estudiarse la expresión de miles de genes, o de las proteínas que codifican, en pocas horas. Además, la genómica ha dado paso a la proteómica. La mera enumeración de los genes no informa de las funciones celulares, pues ninguna célula los expresa todos simultáneamente, sino que, dependiendo del tipo celular y de los estímulos que reciba, expresará una parte variable de su genoma. El resultado será el proteoma, es decir, un conjunto de proteínas que sí son las responsables de las funciones celulares en cada momento, y que es el objeto de estudio de la proteómica. En proteómica cardiovascular ha comenzado a describirse el proteoma de las células cardíacas y algunas proteínas nuevas, no identificadas previamente, que están alteradas en distintas miocardiopatías. Estas proteínas están implicadas en la producción de energía, en respuesta al estrés, o pertenecen al proteasoma o al citoesqueleto y pueden ser potenciales marcadores de riesgo y constituir nuevas dianas terapeúticas en el futuro. La quimiogenómica aparece como una reciente metodología que posibilita generar nuevos fármacos a partir de los datos genómicos y proteómicos. The description of the human genome has opened new venues for the study and understanding of pathophysio-logical phenomena. In the 20th century, individual cell components were studied. The 21st century began with a global analysis of cell components. Thanks to the development of new technologies such as DNA chips, or two-dimensional electrophoresis, we can now study the expression of thousands of genes, or the proteins they encode, in a few hours. Genomics has opened the way for proteomics. Improved knowledge of genes does not provide information about cell functions, because any cell expresses all genes simultaneously. Instead, there is selective gene expression depending on the cell type and the stimuli to which it is exposed. The result of this is the proteome, an ensemble of proteins that are responsible for cell functions at any given moment, which are the object of the study of proteomics. The description of the proteome of cardiac cells has begun and some new proteins have been found to be dysregulated in different cardiomyopathies. These proteins are involved either in energy production or in the stress response, or belong to the cell proteasome or cytoskeleton. They may be potential risk markers or new therapeutic targets in the future. In this sense, chemogenomics is a new methodology for the development of new drugs using genomic and proteomic data.
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