Artigo Revisado por pares

El viaje a Cuba de Andrés Trapiello (1995): un testimonio de la política cultural española al final del periodo socialista

2009; Routledge; Volume: 86; Issue: 2 Linguagem: Espanhol

10.1080/14753820902784009

ISSN

1478-3428

Autores

Gabriel Sánchez Espinosa,

Tópico(s)

Spanish Literature and Culture Studies

Resumo

Click to increase image sizeClick to decrease image size Notes 1Destacaría aquí, en este sentido, títulos como Las tradiciones (Granada: Comares, 1991), bajo el que ha recopilado su obra poética, sus ensayos Las armas y las letras. Literatura y Guerra Civil (Barcelona: Planeta, 1994) y Los nietos del Cid: la nueva Edad de Oro (Barcelona: Planeta, 1997), sus novelas El buque fantasma (Barcelona: Plaza & Janés, 1992) y Días y noches (Madrid: Espasa-Calpe, 2000), su ‘relato real’ La noche de los cuatro caminos: una historia del maquis (Madrid: Aguilar, 2001) y su labor como editor en los primeros ochenta, en que publicó bajo el sello independiente de Trieste, dentro de una misma ‘Biblioteca de Autores Españoles’, a escritores entonces raros y olvidados como Sánchez Mazas, Ruano, Solana, Gómez de la Serna y Gaya, junto a contemporáneos como Puértolas, Martínez Sarrión, Martín Gaite y M.-V. Atencia. 2En efecto, si El gato encerrado (Valencia: Pre-Textos, 1990), primera salida del diario, llegaba a las 198 páginas, su última entrega, El jardín de la pólvora (Valencia: Pre-Textos, 2005), alcanza las 789. 3‘No sé yo cuánto tiempo seguirá Trapiello en este empeño de índole inacabable […] Lo que ya es seguro es que los diarios de Andrés Trapiello figuran entre las obras definitivas de la literatura de los últimos veinticinco años españoles’ (José-Carlos Mainer, ‘Mirar es comprender [para unos diarios]’, en Tramas, libros, nombres. Para entender la literatura española, 1944–2000 [Barcelona: Anagrama, 2005], 248–54 [p. 254]). 4Véase al respecto su prólogo a El jardín de la pólvora, 11–17. 5Andrés Trapiello, Do fuir (Valencia: Pre-Textos, 2000), 389–524. Las referencias subsiguientes se indicarán en el texto. 6La lista de los libros y revistas expuestos puede consultarse en un disquete rotulado ‘Libros de España. Bibliografía’ que acompaña a la publicación Exposición ‘Libros de España’. Centro Capitolio de La Habana del 28 de septiembre al 15 de octubre de 1995 (Madrid: Ministerio de Cultura de España, 1995). 7Se trata del tríptico ‘Libros de España’, con depósito legal M-26703-1995. 8Véanse Carmelo Mesa-Lago, ‘La crisis del socialismo real en Cuba: situación económica actual y perspectivas’, Revista de Occidente, 131 (1992), 101–21 y Miren Uriarte, ‘Social Policy Responses to Cuba's Economic Crisis of the 1990s’, Cuban Studies, 35 (2004), 105–36. 9Pueden verse, entre otros, los artículos de T. Szulc, ‘Plan del Papa para lograr un cambio pacífico en Cuba’, El País, 29 de septiembre de 1995, pp. 2–3; A. Caño, ‘Clinton levanta algunas sanciones a Cuba para promover “el libre flujo de ideas” con EE.UU’, El País, 7 de octubre de 1995, p. 3, y J. M. Calvo, ‘El Senado norteamericano aprueba el reforzamiento del embargo sobre Cuba’, El País, 20 de octubre de 1995, p. 7. 10‘Cuba: exigir la libertad’, ABC Literario, 29 de septiembre de 1995, p. 4. 11‘Octubre, octubre’, en la columna ‘La papelera’, ABC Literario, 29 de septiembre de 1995, p. 6. Esta columna estaba firmada por ‘Juan Palomo’, pseudónimo colectivo de distintos colaboradores del suplemento, especialmente utilizado por la periodista Blanca Berasátegui. 12‘La Habana, al son de España’, ABC Literario, 29 de septiembre de 1995, pp. 17–18. A continuación, en una ‘Carta abierta a los escritores españoles’, ABC Literario, 29 de septiembre de 1995, p. 19, la escritora cubana María Elena Cruz-Varela hacía hincapié en la dolorosa amputación de la literatura de los exiliados de la memoria cultural de la isla. 13S. Castelo, ‘Alborch dice en Cuba que espera “un gesto” de Castro’, ABC, 30 de septiembre de 1995, sección ‘Cultura’, p. 48. Las fotos de la ministra se difundieron en los ABC de 30 de septiembre de 1995 y 2 de octubre de 1995, sección ‘Actualidad gráfica’, pp. 10 y 9, respectivamente. 14A. García, ‘Castro asegura a Alborch que se interesará por las presas políticas cubanas’, El País, 2 de octubre de 1995, sección ‘La Cultura’, p. 37. 15S. Castelo, ‘Alborch pide a Castro la liberación de medio centenar de presas políticas’, ABC, 2 de octubre de 1995, sección ‘Nacional’, p. 25. 16M. Vargas Llosa, ‘Vamos a La Habana’, El País, 8 de octubre de 1995, sección ‘Opinión’, pp. 13–14. La afirmación del editor y librero madrileño, participante en una mesa redonda, la comenta G. Cabrera Infante dentro de sus declaraciones contenidas en ‘La Habana, al son de España’, ABC Literario, 29 de septiembre de 1995, p. 18. Una carta al director de El País, titulada ‘Las mulatas cubanas’ y firmada por C. Cabrera—no es el novelista—, ruega ‘coherencia a los simpatizantes del castrismo por vía genital. Si os atracáis de sexo barato en La Habana, no vengáis luego a emborronar los periódicos y revistas con las desventuras del sufrido pueblo cubano por culpa del feroz bloqueo’, El País, 16 de octubre de 1995, p. 13. 17G. Cabrera Infante, ‘Los Arcos’, El País, 15 de octubre de 1995, sección ‘Opinión’, pp. 13–14. 18 El jardín de la pólvora, 430–515, último tomo de los diarios publicado hasta la fecha, contiene la narración de un viaje a Buenos Aires y Montevideo, efectuado en 1999 a invitación del Instituto de Cooperación Iberoamericana, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores español. 19Es verdad que, en otras ocasiones, esta denominación también la aplica a aquel grupo de escritores de la primera división de las letras, que vive la vida literaria en el pleno disfrute de todas las ventajas sociales y mediáticas que proporciona el moderno marketing editorial, así por ejemplo en el volumen de su diario Las cosas más extrañas (Valencia: Pre-Textos, 1997), 133–34, en que narra la sobremesa de la presentación de su novela El buque fantasma. 20La campaña de Trapiello contra el dirigismo de la vida cultural por el estado, continúa tras la victoria del Partido Popular en marzo de 1996. Son hilarantes las páginas de su diario en que relata una reunión en La Moncloa con el vicepresidente del Gobierno Álvarez Cascos a fin de organizar una exposición de pintura bajo el título ‘Rastro del 98 en la pintura española’, en el año del centenario de la generación del 98; vid. Andrés Trapiello, El fanal hialino (Valencia: Pre-Textos, 2002), 152–61. 21Luis Alberto de Cuenca ejerció la dirección de la Biblioteca Nacional entre junio de 1996 y mayo de 2000, en que fue nombrado secretario de estado de Cultura. Luis Racionero sustituyó a Jon Juaristi en abril de 2001 como director de dicha Biblioteca, cargo en que se mantuvo hasta mayo de 2004, tras el triunfo del PSOE en las elecciones del 14 de marzo, en que se encomendó la dirección a Rosa Regàs. 22La historia de Antón Arrufat (Santiago de Cuba, 1935), se refiere en 461–64. Trapiello prologó posteriormente su antología de prosas De las pequeñas cosas (Valencia: Pre-Textos, 1997), libro con el que el escritor cubano se dio a conocer en España. En El fanal hialino, 452–53, alude a las envidias que provocó su patrocinio del cubano. 23‘Temen que levante uno demasiadas actas de lo que ve, y dé testimonio de ello. Aquí, de momento, sólo puede uno ser testigo’ (452). 24El apunte del librero ambulante, en 419–20; el de la gobernanta del hotel, en 436–37. 25El nombre La Fijeza corresponde al de un poemario de Lezama Lima de 1949. 26Para la trayectoria de Vitier en su cambiante relación con el poder político en Cuba, véase Rafael Rojas, Tumbas sin sosiego. Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano (Barcelona: Anagrama, 2006), 228–43. 27Semejantemente, el poeta Luis Antonio de Villena, en el relato del viaje que efectuó a La Habana en mayo de 1993, al reflejar un contacto humano con unas jóvenes jineteras, denuncia la hipocresía y el puritanismo del régimen castrista: ‘Jamás he visto mayor desdén por la política. Mayor desdén tácito por el castrismo: una chica negra quería ser golfa, decente y feliz—todo al tiempo—y no podía. Estaba indignada. Era una hija del coraje hacia la libertad. Era anticastrista—muda—por amor al chachachá. O simplemente porque libertad es, así de simple, poder vivir. Poder salir, poder ligar, poder pasárselo bien sin miedo a la represión. Sin sabuesas ascensoristas. ¡Cómo deseé que aquella guapa negra, con labios rojos, fuera—como merecía—libre y feliz!’ (Luis Antonio de Villena, ‘Precisiones y recuerdos—crítica y elogio—de mi viaje a La Habana’, Encuentro de la Cultura Cubana, 10 [1998], 19–30 [p. 24]). 29Quizá se esté aludiendo aquí, con la mención de 1982, a un tipo de intelectual español de castrismo más reciente y ligado a los privilegios que la victoria socialista del 28 de octubre de 1982 pudo repartir entre los hombres de la cultura asociados con el PSOE. 28Parece ser que se trata del poeta Antonio Martínez Sarrión, que refleja sus impresiones del viaje a Cuba en Esquirlas: dietario 1993–1999 (Madrid: Alfaguara, 2000), 109–20. 30El título de la conferencia del profesor Fernández Ferrer jugaba con el de la conocida canción protesta ‘La política no cabe en la azucarera’ del cantante de la novísima trova cubana Carlos Varela (nacido en 1963), incluida en su álbum Como los peces (1995). Las reacciones a la prohibición del acto en el ABC son la columna ‘En la azucarera’, firmada por J. Palomo—‘Menos mal que Andrés Trapiello y Luis Alberto de Cuenca, chapó, chapó, comenzaron su recital poético con versos de Baquero en lugar de versos suyos, mientras la ministra, sonriente y de fiesta en fiesta hacíase tirar los caracoles por un santero a ver qué le depara su inseguro futuro inmediato’ (ABC Literario, 6 de octubre de 1995, p. 6), y la tribuna abierta de J.-J. Armas Marcelo, ‘La Habana paladar. III’ (ABC, 13 de octubre de 1995, p. 34). El episodio completo de su intervención en el Capitolio se narra en 485–91. 31Andrés Trapiello, ‘De las pequeñas cosas’, El País, 20 de octubre de 1995, sección ‘Tribuna’, pp. 13–14. Curiosamente, Luis Antonio de Villena cierra la narración de su viaje transcribiendo el párrafo inicial de este artículo de prensa del diarista. 32La única salida de La Habana efectuada por la expedición de escritores durante las casi tres semanas de su estancia, fue una excursión de un día a Matanzas, donde asistieron a un recital de poemas de la poetisa Carilda Oliver Labra (Matanzas, 1922).

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