Artigo Revisado por pares

Cervical Anastomotic Leak After Esophagectomy: Diagnosis and Management

2013; Elsevier BV; Volume: 91; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.1016/j.cireng.2012.09.001

ISSN

2173-5077

Autores

Santiago Larburu Etxaniz, Jesús Gonzales Reyna, José Luis Elorza Orúe, José Ignacio Asensio Gallego, Ismael Díez del Val, Emma Eizaguirre Letamendia, Blanca Mar Medina,

Tópico(s)

Metastasis and carcinoma case studies

Resumo

Cervical anastomotic leaks after esophagectomy are still a frequent and severe complication that needs an early diagnosis and an appropriate treatment. The aim of this study was to describe our experience with the management of this complication. Retrospective study (2003–2011) of a consecutive series of 77 patients with a cervical esophagogastric anastomosis, 18 of them (23.3%) presenting a leak. Fistulae were classified into four groups depending on clinical presentation, radiology (esophagogram or CT), surgical findings -in case of re-operation- and, since 2010, endoscopic examination. Type I leaks were an asymptomatic or radiographic leak, Type II had local signs limited to the neck, Type III was associated with respiratory symptoms due to a pleural or mediastinal collection, and Type IV with a systemic disorder secondary to gastric necrosis. Four patients (22.2%) were classified as Type I, 8 (44.4%) as Type II, 3 (16.6%) as Type III, and 3 (16.6%) as Type IV. Eight patients were managed conservatively; in 9 a self-expanding stent was used, 5 required a thoracotomy, and one of them (Type IV) died. Leaks were related to a higher associated morbidity (61 versus 30%, P=.019) and a longer hospital stay (median of 28.5 vs 14 days, P=.009). Almost one quarter of cervical esophagogastric anastomoses present some kind of anastomotic leak. Although most of them can be treated conservatively or by endoscopy, they are associated with an increase in morbidity and mortality. La dehiscencia de la anastomosis cervical tras esofagectomía sigue siendo una complicación frecuente y grave que precisa de un diagnostico precoz y un tratamiento apropiado. El objetivo de este estudio ha sido describir nuestra experiencia con esta complicación. Estudio retrospectivo (2003-2011) de una serie consecutiva de 77 pacientes con anastomosis esofagogástrica cervical, de los cuales 18 (23,3%) presentaron una dehiscencia anastomótica. Las fistulas se clasificaron en cuatro tipos según la presentación clínica, los datos radiológicos (esofagograma/tomografía computarizada), los hallazgos en las reoperaciones y, desde el año 2010, la exploración endoscópica. La fistula tipo I corresponde a una fuga subclínica, la tipo II presenta síntomas a nivel cervical, la tipo III se asocia con manifestaciones clínicas respiratorias secundarias a una colección pleural o mediastínica y la tipo IV con un cuadro sistémico secundario a una necrosis de la plastia. En 4 pacientes (22.2%) la fistula se clasificó como tipo I, en 8 (44.4%) como tipo II, en 3 (16.6%) como tipo III y en otros 3 (16.6%) como tipo IV. Ocho pacientes fueron tratados de forma conservadora, en 9 se utilizó una prótesis autoexpansible, 5 requirieron toracotomía y un paciente (tipo IV) falleció. Los pacientes con fuga presentaron una mayor morbilidad (61 frente a 30%, p = 0,019) y una estancia hospitalaria más larga (mediana de 28,5 vs. 14 días, p = 0,009) en comparación con aquellos pacientes que no la desarrollaron. Casi la cuarta parte de las anastomosis esofagogástricas cervicales presenta algún tipo de fuga anastomótica. Aunque la mayoría puede ser tratada de forma conservadora o endoscópicamente, su aparición está gravada con una elevada morbimortalidad.

Referência(s)