Artigo Acesso aberto Revisado por pares

DE ALACRÁN AZUL A APUNTES POSMODERNOS: EXILIO, ETNICIDAD Y DIÁSPORA CUBANA

2004; University Library System, University of Pittsburgh; Volume: 70; Issue: 207 Linguagem: Espanhol

10.5195/reviberoamer.2004.5562

ISSN

2154-4794

Autores

Iraida H. López,

Tópico(s)

Spanish Literature and Culture Studies

Resumo

IRAIDA H. LÓPEZ no es, sin embargo, demostrar esa escamoteada diversidad de opiniones.Me he acercado a las revistas con la intención de identificar las también disímiles propuestas sobre la identidad que se traslucen en sus páginas a través del tiempo transcurrido desde los sesenta.El trabajo gira, entonces, alrededor del tema de la identidad cubana o cubano-americana, visto a través de las publicaciones periódicas de extramuros.Como es sabido, el tema de la identidad ha sido objeto de múltiples análisis, entre los que se destacan, en los últimos años, el de Gustavo Pérez Firmat, Life on the Hyphen.The Cuban-American Way (1994) y algunos de los ensayos recopilados tanto en Puentes a Cuba/Bridges to Cuba (1995) editado por Ruth Behar como en Cuba: The Elusive Nation (2000), al cuidado de Damián Fernández y Madeline Cámara.Como era de esperar, el tema de la identidad ha cobrado vigor con los años, a medida que la contundencia de la diáspora se ha hecho patente y se ha reafirmado.En un principio, en los años sesenta, apenas hubo reflexiones circunscritas a la identidad, pues ésta se hallaba superpuesta metafóricamente al territorio que histórica y geográficamente le correspondía según las pautas clásicas de la identidad nacional: se era cubano, sin guión, y la cultura cubana fluía desde la isla.A partir de la década del setenta, sin embargo, empieza a aludirse a una identidad ya híbrida representada más tarde por el término cubano-americano, alusión que casi siempre nos remite a los argumentos esgrimidos por la sociología del mainstream norteamericano para explicar la evolución experimentada por los inmigrantes en este medio: de exiliado o inmigrante a miembro de una comunidad étnica particular en la sociedad multicultural estadounidense.Un estudio representativo de esta visión, posterior a algunos de los artículos que aparecieron sobre este tema en las revistas, es el libro de Pérez Firmat ya mencionado, que reclama una identidad bicultural para la generación "una y media" a la que él pertenece -aquéllos que salieron de Cuba de niños o adolescentes-, al mismo tiempo que predice la pérdida de la cubanidad en favor de una identidad étnica en generaciones posteriores a la "una y media".Últimamente, ha empezado a emplearse el término diáspora para referirse no sólo al hecho constatable de la dispersión de los cubanos por todo el mundo, sino también a una interpretación de "lo cubano" tolerante de la heterogeneidad, la taxonomía y la desterritorialización dentro de esa clasificación.Tal parece que los tan diversos lugares de residencia de Zoe Valdés (en París), René Vázquez Díaz (en Estocolmo), Eliseo Alberto (en Ciudad de México), y Jesús Díaz (fallecido hace poco en Madrid), escritores que en su mayoría salieron de Cuba en la última década, obliguen a reconocer lo dispersa que fue la emigración desde un principio, como atestiguan los casos de Cabrera Infante (en Londres), Gastón Baquero (en Madrid), Lydia Cabrera (en Miami), Calvert Casey (en Roma) y Severo Sarduy (en París).Pero además de la constatación de la dispersión, se ha utilizado el vocablo diáspora para denotar otras maneras de imaginar la pertenencia a esa comunidad ''imaginada" que es la cubana.Hacia esta última definición se encaminan, en efecto, las lucubraciones aparecidas, desde distintas perspectivas, en artículos de los años noventa de escritores cubanos o de origen cubano interesados en la temática como

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