Artigo Revisado por pares

Table-mountain geology and surficial geochemistry: Chimantá Massif, Venezuelan Guayana shield

1990; Elsevier BV; Volume: 3; Issue: 4 Linguagem: Inglês

10.1016/0895-9811(90)90002-i

ISSN

1873-0647

Autores

Henry Briceño, Carlos Schubert, Jorge Paolini,

Tópico(s)

Geological and Geophysical Studies Worldwide

Resumo

The Chimantá Massif consists of eleven table-mountains (up to more than 2600 m in elevation), which are remnants of the Auyán-tepui planation surface (with a possible Cretaceous initial age) cut into siliceous sandstones of the Matauí Formation, the highest unit of the Precambrian Roraima Group. The sandstones are gently folded and several fracture systems control weathering and erosion. The Matauí Formation was intruded by Precambrian diabase dikes and sills. This relationship invalidates previous suggestions that the Roraima Group contained an unconformity separating Lower Precambrian from upper Mesozoic units. Ombrotrophic peat-bogs are conspicuous features on the summits of the table-mountains. Peat formation probably began in the early Holocene, initiated by algae and lichens, accumulation of humidity and detritus, plant colonization of weathered rock surfaces, a low rate of organic decomposition, and high rainfall. The geochemistry of Ca, K, Fe, Si, Cl, I, and Br is discussed. The nutrient cycle consists of sunlight, which contributes to photosynthetic processes, and rainwater, which partly provides the nutrients, dissolves the bedrock, and transports the nutrients from the bedrock and eventually out of the system as river or stream water. The natural waters (rain-, river and stream, peat, and plant waters) are acid (pH range 3.5–4.7) and act on the sandstone, dissolving the siliceous cement and liberating the sand grains. This is the primary weathering mechanism and produces the karst-like topography of the table-mountain summits. Through geologic time (probably up to about 70 million years), this weathering has produced the spectacular table-mountain and savanna landscape of the Gran Sabana. El Macizo del Chimantá consiste de once mesetas (hasta más de 2600 m de altitud), las cuales representan los remanentes de la superficie de erosión Auyán-tepui (con una edad inicial posiblemente cretácica), cortada en las areniscas silíceas de la Formación Matauí, la unidad superior del Grupo Roraima (Precámbrico). Las areniscas estan levemente plegadas y la meteorización y erosión estan controladas por varios sistemas de fracturas. La Formación Matauí fué intruida por diques y sills de diabasa de edad precámbrica. Esta relación invalida previas sugerencias de que el Grupo Roraima contiene una discordancia que la separa en unidades inferiores precámbricas y unidades superiores mesozóicas. En las cimas de las mesetas se encuentran numerosas turberas ombrotróficas. La formación de turba probablemente comenzó en el Holoceno temprano, fué iniciada por algas y líquenes, acumulación de humedad y detritos, colonización por plantas de las superficies de roca meteorizada, una descomposición lenta de la materia orgánica y una precipitación alta. Análisis geoquímicos de Ca, K, Fe, Si, Cl, I y Br indican que el ciclo de los nutrientes involucra energía solar, la cual contribuye a los procesos fotosintéticos, y agua de lluvia la cual provee en parte los nutrientes, disuelve la roca subyacente, transporta los nutrientes y eventualmente sale del sistema como ríos o corrientes de aqua. Las aguas naturales (lluvia, ríos y aguas de turba y plantas) son ácidas (el pH varía entre 3,5 y 4,7) y actúan sobre las areniscas, disolviendo el cemento silíceo y liberando los granos de arena. Este es el principal mecanismo de meteorización, el cual produce la topografía tipo karst en las cimas de las mesetas. Este mecanismo de meteorización actuó durante el tiempo geológico (probablemente durante los últimos 70 millones de años) produciendo el paisaje espectacular de mesetas y sabanas de la Gran Sabana.

Referência(s)