Roland Barthes: Por una psico-sociología de la alimentación contemporánea
2006; National University of Distance Education; Issue: 11 Linguagem: Espanhol
10.5944/empiria.11.2006.1114
ISSN2174-0682
AutoresLuis Enrique Alonso Benito, Carlos Jesús Fernández Rodríguez,
Tópico(s)Food, Nutrition, and Cultural Practices
ResumoLos habitantes de los Estados Unidos consumen casi dos veces más azúcar que los franceses^: hecho éste que interesa habitualmente a la economía y a la política.Pero, ¿eso es todo?De ningún modo: basta con pasar del azúcar-mercancía, abstracto, contabilizado, al azúcar-alimento, concreto, "comido" y ya no sólo "consumido", para adivinar la amplitud (probablemente inexplorada) del fenómeno.Además los americanos tendrán que poner este exceso de azúcar en algima parte, y cualquiera que haya estado alguna vez en Estados Unidos sabe bien que el azúcar impregna una parte considerable de la cocina americana; que satura los alimentos normalmente azucarados (pastelería), acostumbra a desarrollar su variedad (helados, jaleas, siropes) y se extiende en numerosos platos que los franceses no azucaran (carnes, pescados, verduras, ensaladas, condimentos).Todo lo anterior sería suficiente para interesar a otros investigadores aparte del economista: como, por ejemplo, al psicosociólogo, que se deberá interrogar por la relación, parece que constante, entre el nivel de vida y el consumo de azúcar (¿Esta relación es hoy realmente constante y por qué?)^; así como al historiador, que no considerará indignas de investigación las vías de aculturación del azúcar americano (influencia de los emigrantes holandeses y alemanes, que practican una cocina "salada-dulce").Ni siquiera esto es todo.El azúcar no es sólo un alimento, incluso en sentido amplio: es, si se quiere, una "actitud"; está ligado a usos, a "protocolos" que no son ya sólo alimentarios; azucarar un condimento, beber una Coca-Cola en la comida, estos hechos siguen siendo, después de todo, intrínsecos a la alimentación.Pero recurrir de una manera regular a los "diary bars", donde la ausencia de alcohol coincide con una sobreabundancia de bebidas azucaradas, no es sólo consumir azúcar, es también, a través de este azúcar vivir la jomada, el descanso, el viaje, el ocio, de una manera determinada que, sin duda, dice mucho del hombre americano.¿Quién podría pretender que en Francia el vino no es más que vino?Azúcar o vino, estas sustancias pletóricas también son instituciones.
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