Portal de Periódicos da CAPES

La vida en negro

2010; Issue: 160 Linguagem: Espanhol

2445-2475

Rafael Núñez Florencio,

Spanish Literature and Culture Studies

de su ambiente intelectual, sino huyendo de la persecuci?n de Primo de Rivera. De sesperado por la marcha de asuntos po l?ticos espa?oles -sobre todo por lo que a ?l le afectaba como represaliadoe inca paz de consolarse comparativamente por haber escapado de la anterior etapa de destierro en Fuerteventura, se lamentaba y compadec?a de su triste destino ?en el sombr?o y siniestro oto?o parisiense?, en ?d?as de duda y de pesimismo?, con mo mentos continuos ?de desaliento y de aba timiento?. ?En medio de este panorama tan desalentador), le escribe su hijo Fer nando, anunci?ndole que ?a mam?? -que sigue en Salamancale ha tocado la loter?a de Navidad, 37.500 pesetas, una cantidad importante para la ?poca, especialmente apreciable para una familia numerosa como la suya y un aut?ntico bal?n de ox? geno en aquellos momentos tan dif?ci les. ?Pero Unamuno -sigo literalmente la transcripci?n que hacen autoresse muestra menos sorprendido que receloso porque los que deber?an ser hombres de Espa?a le han tra?do a tal estado de sus picacia que casi todo se le antoja maqui naci?n y embuste?. No queda ah? la cosa, porque Concha, su mujer, recibe por esos d?as el ansiado permiso para salir de la Pe n?nsula y reunirse con ?l. Muy lejos de dar la menor muestra de satisfacci?n (?l mis mo hab?a dicho que anhelaba a su familia), el exiliado manifiesta que ?le agobia reci bir a tantas personas al mismo tiempo? y que le molesta ?la gitaner?a?, entendiendo al parecer por este ?ltimo concepto, seg?n confiesa ajean Cassou, ?la venida del mu jer?o?, es decir, su esposa y sus tres hijas, ??cuatro mujeres!?, que lo van a obligar in dudablemente ?a cambiar h?bitos pari sienses? y que le dificultar?n ?cumplir con sus compromisos editoriales?. He querido abrir este comentario con ese incidente nimio, respetando el tono y hasta en lo posible las mismas pa labras que emplean bi?grafos (v?anse en especial las p?ginas 487-490), porque se trata de uno de esos casos en que la circunstancia -en sentido orteguiano ilumina honda y significativamente toda una actitud vital. Si el lector de Unamu no, sobre todo cuando lo examina en ex