Artigo Revisado por pares

Actualización de los criterios diagnósticos de la dermatitis atópica

2001; Elsevier BV; Volume: 16; Issue: 10 Linguagem: Espanhol

10.1016/s0213-9251(01)72508-7

ISSN

1578-8830

Autores

Francisco Urbina González,

Tópico(s)

Contact Dermatitis and Allergies

Resumo

La dermatitis atopica es una enfermedad comun, con una prevalencia que varia entre el 5 y el 15% en los ninos de los paises industrializados1, que se ha duplicado/triplicado en los ultimos 30 anos, con un impacto economico y social considerable. Debido a que no existen examenes de laboratorio que la identifiquen, su diagnostico se basa exclusivamente en criterios de tipo clinico. La variabilidad en el tiempo y en la morfologia y distribucion de sus lesiones, junto a lo complejo de su definicion, ha hecho dificil la delineacion de poblaciones para la realizacion de estudios sobre la enfermedad que sean homogeneos. Hace poco mas de 20 anos Hanifin et al2,3 establecieron una serie de criterios mayores y menores para el diagnostico de la dermatitis atopica, que tuvieron un gran efecto en la practica clinica (tabla I). Con el correr del tiempo se ha sugerido que algunos de estos criterios carecian de una definicion precisa o que eran muy infrecuentes o inespecificos, asi como que derivaban de una experiencia clinica hospitalaria en la que era posible observar ciertos signos vistos solo en los casos cronicos o mas graves de la dermatitis atopica. De igual forma, algunos rasgos como los pliegues del parpado inferior, la pigmentacion periorbitaria y la hiperlinealidad de las palmas son signos muy probablemente dependientes de la edad, el sexo y la etnia de los pacientes estudiados. Algunos estudios describen simplemente como inespecificos algunos signos menores como eccema de pezon, queilitis, pliegues cervicales anteriores4,5, ictiosis, queratocono, catarata subcapsular anterior, pitiriasis alba, intolerancia alimentaria4, acentuacion perifolicular, dermografismo blanco y conjuntivitis recurrente5. El pliegue palpebral inferior descrito por Morgan en 1948, considerado durante anos un valioso signo indicativo de alergia, ha demostrado ser inconsistente en su relacion con atopia en algunos estudios6-9 que parten desde su definicion hasta variaciones en el mismo producidas por iluminacion, fatiga, factores raciales, etc. Se ha sugerido que su presencia en forma de doble pliegue es mas especifica, aunque su escasa frecuencia en este sentido lo hace poco util como marcador. Actualmente se le considera el probable resultado de una dermatitis o edema palpebral reciente de distintos origenes, mas que un rasgo fenotipico de atopia7. Con el proposito de establecer criterios sensibles y especificos se formo el grupo de trabajo ingles sobre los criterios diagnosticos para la dermatitis atopica10-12, quienes en 1994 lograron perfilar una lista minima de discriminadores fiables que incluian historia de afectacion flexural, piel seca, inicio de la enfermedad antes de los 2 anos de edad, antecedentes personales de asma, antecedentes de haber padecido un trastorno cutaneo pruriginoso y presentar una dermatitis flexural visible. La adicion de otros criterios no mejoro su rango discriminador o producia una mayor variabilidad10. El uso de los criterios originales de Hanifin y Rajka origino el diagnostico de algunos falsos positivos (22 casos, con una especificidad de 76/98 casos o del 77,6%) que incluian liquen simple, eccema discoide o numular, dermatitis de contacto y psoriasis en los que el prurito era un sintoma prominente12. El principal motivo de esta perdida de especificidad se producia por la inclusion de atopia –especialmente los antecedentes familiares de atopia– como un criterio mayor.

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