Artigo Revisado por pares

Sobre el silencio en las Cartas marruecas

1997; University of Pennsylvania Press; Volume: 65; Issue: 2 Linguagem: Espanhol

10.2307/474408

ISSN

1553-0639

Autores

Michael P. Iarocci,

Tópico(s)

Language, Linguistics, Cultural Analysis

Resumo

H rante su mansi6n en Madrid (9). Con tales palabras dirigidas a su maestro Ben-Beley, Gazel Ben-Aly comienza la misiva inicial de las Cartas Smarruecas de Jose Cadalso; y esta frase introductoria se perfila ya la primera imagen del protagonista corresponsal: se ha alejado la comitiva del embajador, se ha desvanecido la pompa y el decoro de una visita de estado, y en su lugar queda un joven marroqui, separado de sus compatriotas. La opulencia de la visita oficial-opulencia sin duda incrementada por el exotismo de lo rabe para la imaginaci6n dieciochesca-cede el paso a la figura solitaria de un joven cuya intenci6n es, curiosamente, desechar el fausto de los grandes sefiores para viajar con menos nota (9). Es un cuadro significativo que refleja desde el primer momento la capacidad creativa-el talento para la fabulaci6n--de Cadalso en las Cartas marruecas.1 Es, tambien, una bella muestra de la

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