Había sido o no había sido, he ahí la cuestión: Pluscuamperfecto y evidencialidad en castellano
2008; Routledge; Volume: 80; Issue: 2 Linguagem: Espanhol
10.1080/00393270802528889
ISSN1651-2308
Autores Tópico(s)Historical Linguistics and Language Studies
ResumoClick to increase image sizeClick to decrease image size Notes 1. Una excepción es García Fernández Citation(1995), que a partir de la combinación del PCP con diferentes complementos temporales asigna a este tiempo verbal cuatro estructuras temporales diferentes: antepretérito, antepretérito perfecto, pretérito perfecto y antepresente perfecto. No vamos sin embargo a discutir aquí esta propuesta. 2. En realidad R se relaciona con S y E con R. E y S se relacionan sólo de modo indirecto. Para una interpretación de S, E y R como intervalos y no como puntos, véase entre otros Kamp & Reyle Citation(1993). 3. En adelante utilizamos el término evento para referirnos a la escena o situación descrita por el verbo, sea ésta un estado, un proceso o una acción. 4. En relación con la ambigüedad del PCP entre la interpretación perfecta o aoristica, véase García Fernández Citation(1995). 5. Usamos en este punto una noción un poco vaga o quizás didáctica de prototipicidad; nos referimos principalmente a que este es el tipo de contexto que suele utilizarse en las gramáticas para presentar el fenómeno. 6. Zagona Citation(1992) postula que en los tiempos compuestos el evento no está linearizado. Esto haría, entre otras cosas, imposible que un complemento adverbial modifique al evento mismo. El análisis que proponemos aquí para este tipo de pluscuamperfecto es compatible con el análisis de Zagona. Sin embargo, más adelante veremos que nuestra posición se aleja del análisis de Zagona en otros puntos. 7. TFOC en la notación de Klein Citation(1992), que se contrapone al TSIT, que sería el tiempo del evento. 8. Para un análisis del PCP inglés en narraciones desde el punto de vista de la teoría de los espacios mentales de Fauconnier Citation(1985), véase Irandoust Citation(1999). 9. A causa la relativa juventud de los estudios sobre evidencialidad, no hay una terminología establecida para nombrar los diferentes fenómenos ligados a ella, tal como existe, por ejemplo, en el dominio de la modalidad, en el que se distingue entre modalidad, modo, modalización, modal. Usaremos el término evidencialidad para refereirnos al dominio semántico relacionado con la fuente de información, y marcador evidencial para referirnos a las formas lingüísticas cuyo significado sea una referencia a la fuente de información. 10. Mithun Citation(1986) y Matlock Citation(1989) sostienen posiciones análogas. Para una crítica a esta posición desde una perspectiva tipologista, véase Aikhenvald (Citation2003: 19). 11. Aikhenvald Citation(2004), sin embargo, en su extenso trabajo sobre los sistemas gramaticalizados evidenciales, ve el valor endofórico como uno de los posibles valores de los marcadores de evidencia directa en ciertas lenguas (quechua, cora, tsafiki, entre otras), o de evidencia sensorial no visual en otras (tucano, pomo oriental, tariana, nganasan, entre otras), pero no como un valor exclusivo de una forma específica. 12. La inclusión del folklore como evidencia transmitida no es, sin embargo, universalmente aceptada. Plungian Citation(2001), por ejemplo, no lo incluye, lo cual es criticado por Lazard Citation(2001). 13. Ni tampoco por qué el uso del imperfecto o el pluscuamperfecto se considera cortés, pero no el uso del perfecto simple, que es pasado por antonomasia. 14. Perfecto del pasado y no pasado del pasado, ya que esos casos, como vimos en los apartados 2.2 y 2.3 se explican mejor desde la interpretación evidencial.
Referência(s)