Artigo Acesso aberto Revisado por pares

Calló su voz, mas no su canto

1998; University of Chile; Volume: 52; Issue: 190 Linguagem: Espanhol

10.4067/s0716-27901998019000003

ISSN

0717-6252

Autores

Rodrigo Torres Alvarado,

Tópico(s)

Political and Social Dynamics in Chile and Latin America

Resumo

El 18 de septiembre de 1973 Joan Turner ingresaba al Instituto Medico Legal de Santiago. Sobreponiendose a la escena terrible de los cientos de cuerpos N.N. apilados por doquier, finalmente encontro el cuerpo destrozado y acribillado de su amado esposo Victor Jara. Este hecho sin precedentes, junto a otros similares, abre un nuevo tiempo en la historia nacional. Septiembre, que en el sur del mundo marca el inicio de la primavera y en Chile, desde hace 188 anos, es el mes de la patria florecida, desde el golpe de estado de 1973 es dura temporada de sentidos cruzados y aun sin concilio. Tambien, desde entonces, ha sido tiempo de recordar a Victor Jara -su vida y su muerte, su vida despues de su muertey de condenar la impunidad de su brutal asesinato. En estos anos, desde el fondo del negro ritual de su horrorosa muerte resurgio el aura de su propia vida y obra proyectandose al pais yal mundo como simbolo rotundo de los mas nobles valores humanos. Recordar hoya Victor Jara es activar el sentimiento y sentido de una epoca dinamica, esperanzada, en la que un enorme conglomerado humano entretejio sus vidas y sus suenos en torno a un ideario libertario, y que nutrio generosamente los cauces de una cultura progresista. Artista profundo, Jara fue una voz protagonica de esos anos. Ecos de sus canciones mantienen su vigor en la memoria colectiva, cantos que, tras los tragicos sucesos de 1973, adquirieron un aura testimonial de profundo compromiso entre arte y vida, resaltando su figura como caso paradigmatico de artista que encarna la pasion humanista de esos movidos tiempos. Chillan Viejo, Lonquen, Santiago, tres estaciones de la primera edad de Victor Jara Martinez, constituyen a su vez un trayecto-simbolo de la migracion de miles de familias campesinas que, desde la decada de 1920, se desplazaron desde sus aldeas hacia la gran capital en busca de mejores horizontes de vida. Una de estas familias es la que formaron Manuel Jara, inquilino, y Amanda Martinez, cantora; ambos campesinos oriundos de El Monte y de la zona de Nuble, respectivamente. Al casarse se establecen en Chillan Viejo, ciudad en donde nacio Victor (el 28 de septiembre de 1932), el cuarto de seis hijos. En 1938 la familia emigra hacia al norte, instalandose como inquilinos en uno de los latifundios de Lonquen, villorrio campesino situado al sur de Santiago. Hacia el ano 1944, la familia se traslada a Los Nogales, una de las tantas poblaciones pobres de los suburbios de Santiago. La muerte de su madre Amanda, en marzo de 1950, pone abrupto termino a su adolescencia; la familia se dispersa y el joven Victor comienza la busqueda de su propio camino.

Referência(s)