Gaceta Sanitaria: ¡vale la pena!
2007; Elsevier BV; Volume: 21; Issue: 4 Linguagem: Espanhol
10.1157/13108512
ISSN1697-8498
Autores Tópico(s)Public Health and Social Inequalities
Resumon mi primer articulo editorial como director de GACETA SANITARIA hacia referencia a la revista como un mensajero en la «casa comun» de la salud publica y la administracion sanitaria1. Cinco anos mas tarde, al despedirme de los lectores, destacaba mi esperanza de haber contribuido a fijar un poco mas a la revista en nuestro imaginario colectivo2. Sin entrar en profundidades de psicoanalista aficionado, sospecho que estas manifestaciones evidenciaban un claro anhelo de responder a las expectativas del grupo, el de los profesionales de la salud publica, a traves de una impronta cercana a la divisa de Camus, defendiendo «la justicia, el honor —es decir, la responsabilidad— y la felicidad»3. A los 20 anos de su creacion, podemos estar orgullos de una publicacion que responde plenamente a los principios basicos de la salud publica, como esfuerzo organizado de la comunidad para prevenir la enfermedad y promover la salud4. Llegar hasta aqui no ha sido facil. Ha hecho falta la vision, la dedicacion y la confianza de muchas personas e instituciones que han creido en la palabra impresa como instrumento compartido de conocimiento, de reflexion y de transformacion. Antes de que soplemos juntos las 20 velas de nuestro exito conjunto, quisiera compartir algunas imagenes, rescatadas del polvo de la memoria, de mi paso por la revista. La primera, la del aprendiz de editor cientifico, «libreta de espiral en mano (sic)», sorbiendo la pasion por el rigor y el dialogo, herramientas indispensables para la revision de un manuscrito. Evitando arrogancias, pero asumiendo la responsabilidad de identificar y, si es el caso, mejorar las aportaciones relevantes al nuevo conocimiento. La segunda imagen, menos lirica, es la del «editor cargando manuscritos (sic)» alla donde vaya —fines de semana y vacaciones incluidos—, como espadas de Damocles que amenazan su sentido del deber cumplido, y que le recuerdan a todas horas que no puede demorar decisiones que afectan al trabajo honesto de muchos investigadores. La tercera imagen es la de las reuniones periodicas con el equipo editorial (figs. 1 y 2), compartiendo el interes por los nuevos manuscritos recibidos, la discusion sobre las revisiones en curso y, sobre todo, las decisiones de aceptacion o de rechazo. No creo exagerar si digo que cada decision siempre fue un proceso riguroso y respetuoso, guiado por la aspiracion principal de ganarnos la confianza y el reconocimiento de autores y lectores. La cuarta imagen es la de la «mirada inquieta (sic)» del director paseandose por la portada del ultimo numero recien impreso. Es el instante, casi magico, en el que todos los esfuerzos volcados durante largos meses pasan la «prueba del algodon» editorial, sopesando, de manera entremezclada, el inte-
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