Artigo Acesso aberto

Puntos de encuentro de las mujeres en el Madrid del siglo XIX

2001; Spanish National Research Council; Volume: 56; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.3989/rdtp.2001.v56.i1.227

ISSN

1988-8457

Autores

Carmen Simón Palmer,

Tópico(s)

Media, Journalism, and Communication History

Resumo

Si las madrileñas de la clase media habían iniciado, en el siglo xviii, su incorporación a la vida pública a través de su labor en la Sociedad Económica Matritense, será ya en la centuria siguiente cuando su presencia se haga más general y, sobre todo, más diversa.Las peculiaridades que otorga el hecho de la capitalidad a Madrid, con aspectos positivos y negativos, condiciona la actividad de estas mujeres que tendrán en algunos casos intereses distintos a los de las campesinas, e incluso a los de ciudades pequeñas.La elevada inmigración de personas sin ninguna especialización que recibe Madrid de otras provincias en la segunda mitad del siglo, tras la inauguración del ferrocarril y la instalación de algunas industrias, como la del gas, va a ocasionar un elevado paro y la miseria de muchas familias.Son las hijas de estos trabajadores, que ni siquiera podrán acudir a la escuela municipal, las que, si tienen alguna desgracia familiar, acabarán en algún centro de beneficencia o abandonadas en la Inclusa, de donde pasarán al colegio de la Paz, si consiguen sobrevivir.El cambio que se opera en la capital a lo largo del siglo en lo referido al urbanismo, impulsa la creación de locales donde la relación tendrá lugares específicos, recordemos los nuevos teatros que se construyen por iniciativa privada: Comedia, Lara, Zarzuela, reservados a un determinado sector de público, en muchos casos elitista, como sucede con el teatro Real, de financiación pública.Mientras, las mujeres del pueblo se reúnen para divertirse al aire libre, en espacios abiertos, en los patios de las corralas o en las verbenas.Desde el nacimiento, a pesar de la identidad sexual hay una diferencia de clase, especialmente llamativa.Inicialmente en este siglo aún se considera que la educación de las niñas es una cuestión privada y que se relaciona más con la moral que con la instrucción.Así, la aristocracia tiene preceptores y en la clase media la niña, en el mejor de los casos, entablará en los colegios sus primeras relaciones extrafamiliares.

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