Ficción y realidad en La novela de Perón de Tomás Eloy Martínez
1991; Volume: 4; Issue: 8 Linguagem: Espanhol
10.1353/ntc.1991.0012
ISSN1940-9079
Autores Tópico(s)Latin American Literature Analysis
ResumoFICCIÓN Y REALIDAD EN LA NOVELA DE PERÓN DE TOMÁS ELOY MARTÍNEZ CRISTINA PARODI Aarhus Universitet, Dinamarca Hace un tiempo, revisando una colección de la revistaSur, di con un número extraordinario dedicado a celebrar el derrocamiento del peronismo en 1955. Lo que entonces me llamó la atención fue la coincidencia de muchos colaboradores en destacar los rasgos Acciónales de la realidad vivida durante esos diez años. Un buen ejemplo del discurso predominante en ese número especial de SUR es una nota con que Borges se unió a la fiesta de la revista: la tituló L'illusion comique, un título que ya orienta sobre el resto. Para Borges, la década peronista había transformado al país en un colosal teatro en el que arreciaron las representaciones y simulaciones, en el que el mundo de los individuos fue reemplazado por un mundo de símbolos; un escenario en que se manejaron políticamente procedimientos del drama o del melodrama y en el que, con el tiempo, "fue creciendo el desdén por los prosaicos escrúpulos del realismo". En esa prolongada representación escénica, la prosa de Borges va recordando una profusión de ficciones que no podían ser creídas y que, sin embargo, eran creídas. Cuando leíLa novela de Perón, de Tomás Eloy Martínez, muchas veces el texto me hizo recordar aquel número de Sur. también en esta novela reiteradamente episodios y personajes se mueven en universos diferentes de lo que solemos identificar como realidad inmediata, impregnándose de rasgos propios del espectáculo teatral, del ritual religioso, del simbolismo de la fiesta mítica: varios de los personajes —como Evita, Isabel, López Rega— han sido ellos mismos actores o han aspirado a serlo; el recibimiento de Perón en Ezeiza, en junio de 1973, es ensayado una y otra vez, previéndose cada canto, cada consigna, cada paso, cada gesto, incluidas las esperadas lágrimas del General cuando, con losbrazos abiertos, se acerque a la multitud que lo aguarda; muchas veces esta recepción del líder aparece representada como la puesta en marcha de una gigantesca escenografía en la que no faltan la música, los vendedores ambulantes, las payadas, ni una casi inimaginable orquesta de bombos de dos kilómetros de largo. Los mismos hechos son presentados también como componentes de un ritual religioso: en el puente desde el que Perón hablará se ha montado un palco colosal, un altar, al que Perón llegará descendiendo del cielo — en helicóptero— y desde este pulpito pronunciará su sermón, protegido por© 1991 NUEVO TEXTO CRITICO Vol. IV No. 8, Segundo semestre 40______________________________________________________CRISTINA PARODI los "elegidos", sus ángeles custodios; la vuelta del hijo pródigo, tras dieciocho años de exilio, es vivida como una epifanía de un tiempo nuevo, y la muerte del líder despierta esperanzas de su resurrección. Estos elementosmágicos, míticos y Acciónales están también presentes en personajes como López Rega, que afirma no pertenecer a este mundo y actuar según las órdenes de las "Voces", de los "Altísimos Poderes", y también se materializan en Puerta de Hierro, donde una habitación, "el claustro", ha sido transformada en un espacio casi irreal, que preserva del tiempo al cadáver de Evitay cuyas favorables condiciones acústicas y climáticas lo convierten en un lugar ideal para la corrección de las "Memorias" del General. Hasta aquí rasgos comunes a las dos perspectivas de captación del fenómeno histórico del peronismo. Pero entre los textos confrontados lo que en realidad predomina son las diferencias. Mientras que para Borges —y, con él, para gran parte de los colaboradores de ese número de Sur— el peronismo fue como una deformación de la realidad, una ficción que, en el momento en que escriben, celebran que haya terminado, cerrándose el telón y volviéndose a la normalidad, a una realidad afortunadamente liberada de esas deformaciones teatrales, en la novela de Martínez ese mundo ficcional, m...
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