Artigo Revisado por pares

De La ultima niebla y La amortajada a La brecha

1989; Volume: 2; Issue: 4 Linguagem: Espanhol

10.1353/ntc.1989.0045

ISSN

1940-9079

Autores

Ivette Malverde Disselkoen,

Tópico(s)

Cultural and Social Studies in Latin America

Resumo

OELA ULTIMANIEBLA Y LAAMORTAJADA ALA BRECHA IVETTE MALVERDE DISSELKOEN Universidad de Concepción, Chile \J no de los principales objetivos de los estudios literarios feministas es el análisis de la representación literaria de la mujer, esto adquiere particular interés cuando se estudia la literatura producida por mujeres. Los estudios literarios feministasmuestran quela subordinación cultural dela mujer alorden patriarcal dominante se reproduce también en la literatura, generando, tal como lo ha dichoLucía Guerra, "unainadecuaciónbásica entrelaproblemática femenina observada desde una perspectiva interior (desde la mujer) y los modelos estéticos dominantes." Las escritoras tienden a figurar personajes femeninos que, no obstante ser producidos por una subjetividad femenina, pasan porlamediación delrepertorio de figuras literarias femeninasprovenientes de la imaginación patriarcal. Este hecho produce conflictos, pues los textos así construidos si bien optan por adecuarse al modelo estético dominante, también se rebelan al hacer presente con insistencia los elementos que dicho modelo procura expulsar. Exhibir esas contradicciones es tarea primordial del feminismo literario. En ello consiste precisamente la mirada bizca o de reojo sobre la literatura de mujeres propuesta por Sigrid Weigel: por el rabillo de un ojo deberá mirarse, con la concentración y la estrechez que ese tipo de mirada impone, el modelo de mujer fijado por las imágenes patriarcales, y por el otro ojo podrá mirarse libremente y anticiparse la imagen de la mujer emancipada. Tal mirada constituye un espacio de transición que debe aprender a expresar las contradicciones entre esos dos modelos. La historia de la tradición literaria femenina puede leerse como el proceso de liberación de la escritura desde un punto de vista patriarcal hacia un punto de vista y un discurso "auténtico de las mujeres". Cabe precisar que éstos se articulan desde la perspectiva peculiar que ellas han desarrolladoyque es producto de su situación cultural diferente a la del varón. Como señala Wiege!, este proceso emancipatorio de ninguna manera "significa invertir las relaciones patriarcales y afirmarse como sexo único o sexo superior", significa plantear "una feminidad otra pero autónoma", en el sentido de que la mujer deja de asumirse como carencia, desviación o segundo sexo, abriéndose la posibilidad de idear o construir imágenes literarias de mujeres que provengan de las propias mujeres. Esto significa procurar©1989NUEVO TEXTO CRITICO No.4 (AñoII) Segundosemestre 70G????? MALVERDE DISSELKOEN encontrar las estrategias asumidas por las mujeres escritoras para dar cuenta de historias de mujeres. En tal sentido nos interesa abordar aquéllas novelas que, producidas por escritoras chilenas en el período 1935-1961, tocan específicamente el problema de la imagen de la mujer. Pensamos que en este período se producen transformaciones interesantes que abrirán el camino haciauna novela femenina más liberada de la imaginación patriarcal. Hitos importantes en este proceso son La última niebla y La amortajada de María Luisa Bombai (publicadas en 1935 y 1938 respectivamente), María Nadie de Marta Brunei (1957) y La brecha de Mercedes Valdivieso (1961). Podría plantearse una evolución desde un feminismo implícito; las novelas de Bombai son las más representativas en este sentido, hacia un proyecto feminista explícito, como el que se puede reconocer en María Nadie y La brecha. El desarrollo de este proceso, sin embargo, no es lineal, entre los extremos se sitúan novelas que, a pesar de denunciarla condición enajenada de la existencia de susprotagonistas, acatan las convenciones patriarcales. La cultura patriarcal, que confunde sexo y género y además define al hombre y a la mujer desde posturas esencialistas, atribuye como características inherentes al sexo masculino la actividad, la racionalidad, el vigor, el dominio y la facultad de nombrar y dar coherencia al universo, mientras que a la esencia del sexo femenino corresponderían la pasividad, el sentimentalismo intuitivo, la debilidad, el sometimiento dócil y el silencio. Tal postura es absurda por cuanto implica desconocer que la única diferencia válida entre los sexos es de carácter biológico, y que las restantes diferencias son convencionales, están culturalmente determinadas. Por esta razón un aspecto importante...

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