El oficiante y el acolito: roles femeninos en la obra de Julio Cortazar
1989; Volume: 2; Issue: 4 Linguagem: Espanhol
10.1353/ntc.1989.0032
ISSN1940-9079
Autores Tópico(s)Borges, Kipling, and Jewish Identity
ResumoEL OFICIANTE Y EL ACOLITO: ROLES FEMENINOS EN LA OBRA DE JULIO CORTÁZAR ESTELA CEDOLA CONICET, Universidad de BuenosAires Una lectura 25 años después Releyendo Rayuela 25 años después de su aparición, la "hembra lectora" intenta luchar contra la tentación de tomar partido por la causa femenina, ya que los cánones de la crítica literaria indican que el autor se ubica más allá de los juicios de valor que suscitan o sugieren los discursos y conductas de los personajes que desfilan por su obra. Cortázar requiere, ya por sí sólo, un cuidadoso enfoque de los mecanismos enunciativos: ver quién habla, cuándo y desde dónde lo hace. Los pocos documentos de recepción escritos por mujeres que he podido leer, así como algunos testimonios orales, reflejan un rechazo e incomodidad ante el tratamiento de lo femenino que ha suscitado mi adhesión, pero también he visto la necesidad de establecer ciertos límites. ¿Misoginia? ¿Machismo? Sabemos que son términos cargados de connotaciones emocionales que el trabajo crítico debería intentar superar, en busca de paradigmas un poco más objetivos. En primer lugar, no pueden soslayarse los cambios aportados por el paso del tiempo, ya que no somos las mismas lectoras. Hay una distancia importante entre el momento de recepción contemporáneo de la obra y el momento presente u otros, como los textos aparecidos en Thefinalisland (1976). El más reciente es el más duro: "La sexualidad fantástica" (1986) titula irónicamente Alicia Hilda Puler su trabajo crítico sobre los encuentros sexuales en Cortázar, vistos como un tipo de relaciones sociales que enfrentan y desunen: la supuesta transgresión liberadora escondería "la reproducción de un modelo de sexualidad propio de una organización social donde las relaciones de dominación y sumisión reciben el nombre de erotismo". Una visión diacrónica de la obra de Cortázar y de las lecturas, me indicó que ni mis colegas han leído con una actitud excesivamente militante, ni mis pruritos cientificistas deben tomarse al pie de la letra. Como bien dijo Roland Barthes, no haremos otra cosa que escribir nuestras lecturas, impregnadas de condicionamientos culturales, ideologías y subjetividad.©1989 NUEVO TEXTO CRITICO No.4 (AñoII) Segundosemestre 116ESTELA CEDOLA Por otra parte, me pareció interesante recoger la palabra psicoanalítica femenina en un diálogo que reveló acuerdos y desacuerdos. He intentado neutralizar mi propia actitud de rechazo y la de otras lecturas similares, poniendo de relieve los momentos más ricos en ambigüedad y lucidez crítica y autocrítica de sus textos. Al mismo tiempo, he querido despojar a la lectura psicoanalítica de una actitud voluntarista capaz de rescatar un Cortázar visionario que habría ficcionalizado las enseñanzas de la ciencialacaniana. También, he querido neutralizar la opinión de Hilda Puler, que ve en él un reproductor de "los ritos de la industria pornográfica que fomentan la violencia y las relaciones sado-masoquistas, en versiones estereotipadas para consumo masculino ". Creo que Cortázar no se liberó de las determinaciones ancestrales de una cultura de sometimiento de la mujer, a pesar de sus esfuerzos por quebrantar las leyes de lo convencional. El mejor lugar que pudo encontrarle a la mujer en su ficción es el del acólito que ayuda e ilumina al hombre, oficiante de todoslos rituales e inventor de las reglas de todos los juegos. En el primer capítulo de Rayuela hay una imagen que ilustra este lugar femenino en la obra de Cortázar: [...] porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones , y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en al mano y vos sostenías dos velas verdes [...] (17). Las relaciones de Cortázar con la filosofía revolucionaria no modificaron sus escritos ni limaron sus componentes machistas, que él mismo aceptó haber tenido en la década del 6?.4 Tal vez resulte éste un texto contradictorio y también transactional, que quisiera mostrar...
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