Las escritoras y el tema del sexo
1989; Volume: 2; Issue: 4 Linguagem: Espanhol
10.1353/ntc.1989.0043
ISSN1940-9079
Autores Tópico(s)Latin American Literature Analysis
ResumoLAS ESCRITORAS Y EL TEMA DEL SEXO TUNUNA MERCADO BuenosAires, Argentina R I unca me dediqué a hacer un relevamiento exhaustivo de las condiciones o modos en los que aparece el tema del sexo en la literatura escrita por hombres o por mujeres. En realidad, salvo las obligadas respuestas que en esa línea de investigaciones tuve que dar como estudiante de letras, la cuestión de los temas no me interesó más allá de su mera enunciación clasificatoria. Cómo aparecen los temas de la muerte, de la soledad, de la vida, de la mujer, del amor, del paisaje, no logró provocar en míun afán dilucidatorio. Eltema allí estaba, era un en sí, servía para encolumnar una obra detrás de otra, y no abrió nunca para mí un horizonte de búsqueda. Sólo con el tiempo y la frecuentación fuera de todo esquema retórico o institucional de la literatura he venido a darme cuenta de que esa neutralidad indiferente acerca de los temas tenía que ver conuna suerte de lectura peculiar, una elección frente a lo escrito que aislaba o abstraía sólo la atmósfera, la vibración, el inconfundible ritmo de un pensar y de un decir, dejando de lado, en una selección que respondía a una química y a un soma individuales, el tema, la historia, la anécdota. Y si en el texto de pronto sólo encontraba el tema, la anécdota o la historia crudas, sin margen para el ensueño de la atmósfera, sentía que la distracción hacía presa de mí y que poco a poco estaba en otro sitio, buscando aquello que en ese texto no estaba. Desembarazada de los temas y de clasificaciones que se aplican desde afuera a las obras literarias, me dediqué sin demasiado rigor a pensar en el erotismo, precisamente porque lo que yo misma escribía era puesto dentro del género erótico. No me defiendo del mote, ni me lo saco de encima para evitar comprometerme. Pero siempre he tenido dos o tres ideas que, estando dentro de ese supuesto encolumnamiento erótico, al mismo tiempo me sacan de él y me disparan a otros sitios más abiertos y respirables. He pensado que la escritura y el erotismo se alimentan de una misma energía libidinal, que ese continuo entre cuerpo y escritura, entre goce del cuerpo y goce de la palabra escrita es una fusión/combustión, algo así como una fuente móvil que en su trayecto va soltando moléculas de sentido, partículas que por su acción intermitente — suspender el goce y proseguirlo a designio, entrar y salir del texto, pasarse del borde de la página por exceso o no llegar a él por abstinencia— que por su acción intermitente (decía) configuran un©1989 NUEVO TEXTO CRITICO No.4 (Año II) Segundosemestre 12TUNUNAMERCADO modelo de sexualidad yuna concepción del Eros. La escritura sería, pues, para mí, un modelo de sexualidad. Pero ¿qué escritura? Y ¿qué sexualidad? Mi elección I. Una escritura que no piense en el desenlace sino en las zonas intermedias; una escritura que no le tema al vértigo del balbuceo; una escritura que vaya anudando sentidos pero que no se deje anudar por los significados; una escritura de sentidos libres, sin la meta de ganar el espacio de la página, sin miedo al vacíoy sin lavanidad del lleno; una escritura que no le saque el cuerpo a la abstracción y que sepa soltar, a la manera de un flujo o de una linfa, sustancias significantes sin temor a dejar agujeros de lectura por la corrosión de su avance. Creo que esa escritura, cadavez que me he entregado a ella, como a unasecreta seducción, es el colmo del erotismo. Unaescrituraque, sin eltema, sin el preámbulo, sin la anécdota de dos cuerpos en la cópula, sea capaz de excitar y hasta de hacer perder la cabeza. Mi elección II. Una sexualidad que no se conciba con un final, tan lejos de...
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