Conversación con Mario Levrero
1995; Volume: 8; Issue: 16-17 Linguagem: Espanhol
10.1353/ntc.1995.0019
ISSN1940-9079
Autores Tópico(s)Latin American Literature Studies
ResumoCONVERSACIÓN CON MARIO LEVRERO HUGO J. VERANI University of California, Davis Dice Levrero: "Creo que corresponde aclarar de una vez por todas que — al menos en mi caso particular — los reportajes y cuestionarios, así como alguna que otra opinión que uno deja caer por ahí, difícilmente, o nunca, tienen una relación directa con el escritor. El escritor es un ser misterioso que vive en mí, y que no se superpone con mi yo, pero que tampoco le es completamente ajeno. Afinando un poco más la percepción, podría decir que el escritor se crea en el momento de escribir, por la confluencia del yo con otros estratos, núcleos o intereses del ser. Cuando yo respondo preguntas u opino por mi cuenta, sea de viva voz o por escrito, puedo asumir el rol de escritor, es decir, ponerme el disfraz o la máscara que me parece adecuada a esa función, pero no puedo responder ni opinar desde la función. Un cuestionario permite una mayor aproximación a ese escritor que el reportaje hablado, pero aunque las respuestas tengan su grado de inspiración, nunca podrá ser la misma inspiración que desemboca en un hecho estético, literario. El escritor que se crea en el acto de escribir, concluido éste, se disuelve. El yo queda miserablemente solo frente al crítico y al público; de ahí la necesidad del disfraz o rol — que no debe confundirse con el escritor: a ése sólo se le puede encontrar en los textos literarios". (Esta Introducción corresponde a un fragmento de la entrevista de Pablo Rocca publicada en Brecha, Montevideo, el 10 de julio de 1992). 1. Muchos escritores suelen necesitar ciertas condiciones particulares para escribir. ¿Cuáles son las tuyas? —Las condiciones (o "mandas", en el lenguaje de la parapsicología) imprescindibles para escribir fueron, en un principio y durante largo tiempo: ocio total, abundancia de papel (y de cigarrillos), aprovechamiento avaro de cada hoja de papel —escrita a máquina a simple espacio-y trabajo sin más interrupciones que para comer y dormir hasta terminar el texto. Luego hubo variantes, como por ejemplo necesidad de escribir a mano ciertos textos, con una lapicera de tina china sobre papel de muy buena calidad. Ignoro las condiciones actuales, porque no estoy haciendo nada nuevo, sino trabajando©1996 NUEVO TEXTO CRITICO Vol. VIII No. 16/17 Julio 1995 a Junio 1996 HUGO J. VERANI sobre textos viejos inconclusos o en borrador; cuando venga, si viene, la necesidad de hacer algo nuevo, el impulso traerá consigo sus exigencias-y deber é respetarlas escrupulosamente. 2.Hace algunos años viviste en Buenos Aires. Actualmente resides en Colonia . [Poco después radicó en Montevideo. N. de la R.J ¿Se trató de un exilio interior, un rechazo por el ambiente montevideano, y cómo lo comparas con el de Colonia o el de Buenos Aires? ¿Qué te da uno que no te ofrece el otro? — Mi traslado a Buenos Aires se debió a una necesidad económica desesperada , tan desesperada como para ponerme a trabajar en una oficina. El traslado a Colonia se debió a razones afectivas, llamadas Alicia. Actualmente estoy tratando de impulsar un retorno a Montevideo. Buenos Aires me da la impresión de estar viviendo en el centro del mundo, como si por allí pasara todo lo que vale la pena conocer; eso tiene un precio alto (exceso de estímulos, exceso de información, exceso de actividad , necesidad de ganar demasiado dinero y, en definitiva, real soledad). Colonia me da la impresión de estar viviendo fuera del mundo; la radio y la televisión traen imágenes de lo peor de Buenos Aires y, como en Buenos Aires, parece que no existiera el resto del mundo (incluyendo a Montevideo ), aunque por Colonia no pasa casi nada de lo que vale la pena conocer; la sociedad es apacible, benévola y protectora, los estímulos externos son muy escasos, es un buen lugar para sobrevivir y para envejecer en paz—salvo por el clima atmosférico, tanto o más agresivo que el de Buenos Aires. En Montevideo creo poder envejecer con...
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