Artigo Revisado por pares

La seducción de las mafias: La figura del narcotraficante en la narcotelenovela colombiana

2015; University of North Carolina at Chapel Hill; Volume: 173; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.1353/hsf.2015.0017

ISSN

2165-6185

Autores

Diana Palaversich,

Tópico(s)

Crime, Illicit Activities, and Governance

Resumo

La seducción de las mafias:La figura del narcotraficante en la narcotelenovela colombiana Diana Palaversich Desde los tiempos de Robin Hood, la figura del outlaw y bandido social en conflicto con el poder hegemónico ha cautivado la simpatía y la imaginación de lectores y público en el mundo entero. Esta fascinación por hombres que viven fuera de la ley pero que a menudo parecen poseer mayor integridad moral que aquellos que la representan ha sido explotada por el cine y la televisión, desde los emblemáticos filmes del género – Scarface, The Goodfather y Goodfellas–, hasta series estadounidenses de fama mundial–The Sopranos, Weeds o Breaking Bad. Países como México y Colombia, donde la producción y el tráfico de estupefacientes tienen una larga trayectoria y forman parte ineludible de la realidad nacional, han aportado a esta galería de mafiosos célebres sus propios gánsteres de cuño doméstico: los narcotraficantes. Mientras en México las primeras muestras de la mitologización de este personaje se dan a partir de la década de 1970 desde las márgenes culturales – en el narcocine y en especial en los narcocorridos que celebran hazañas de los "valientes narcos" en conflicto con la autoridad–, en Colombia la mitificación de esta figura se ha dado desde el seno mismo del mainstream cultural: la televisión nacional que a partir de 2006 empezó a normalizar la narcocultura mediante el estreno de las sumamente populares "narcotelenovelas".1 Transmitidas en horas estelares por los canales privados más importantes de Colombia (Caracol y rnc) y seguidas por millones de televidentes, estas narcosagas que romantizan la figura del traficante, instrumentalizan a la mujer y estilizan la violencia, han causado polémicas y llamadas a su prohibición.2 Mientras sus defensores sostienen que las narcotelenovelas cumplen un papel social importante porque reflejan "los grandes temas de América Latina"; son, por decirlo así, un "documento valioso" sobre el fenómeno [End Page 349] del narcotráfico y, como señala uno de los apólogos del género, Fernando Gaitán (creador de Yo soy Betty, la fea), arrebatan a las series estadounidenses el monopolio de la representación del narco colombiano; sus detractores alegan que dichas producciones legitiman a los mafiosos, promueven la violencia e incentivan la cultura del dinero fácil (Foro Univisión). Además, destacan que lucrar con el tema del narcotráfico en un país que ha sufrido en carne propia los estragos de la narcoviolencia constituye la explotación cínica de un tema que vende en el mercado cultural local y global. Si bien es cierto que la proliferación de estas producciones – las más exitosas hasta la fecha, han sido: Sin tetas no hay paraíso, El Cartel, El Capo, Las muñecas de la mafia, Rosario Tijeras y Escobar, el patrón del mal –está motivada por un afán de lucro y se debe a las demandas de un mercado que desde hace décadas comercializa la representación del crimen y seduce al público global con el espectáculo de violencia, sexo y droga; también es necesario reconocer junto con el comunicólogo Jesús Martín-Barbero que la televisión representa un lugar de mediaciones en las cuales se materializan no sólo "las constricciones que vienen de la lógica económica e industrial" sino también un lugar en el cual se articulan "las demandas y los modos de ver de diferentes grupos sociales" (61). En el caso de las narcotelenovelas que abordaremos en este ensayo, se trata de 'un modo de ver' al narcotraficante y el negocio al cual se dedica desde una perspectiva alternativa que no sólo contrasta con la demonización de esta figura en el discurso oficial, sino que es más cercana a la imagen benevolente de este sujeto que rige en el imaginario popular. Mientras el discurso oficial concibe al traficante como encarnación del mal y el otro pervertido que corrompe a una sociedad "sana" y decente, las narcotelenovelas, como veremos a continuación, lo...

Referência(s)
Altmetric
PlumX