Artigo Revisado por pares

Una poética del artificio Técnica literaria y crítica de la “ficción” en la Fábula de Faetón del Conde de Villamediana

2015; Johns Hopkins University Press; Volume: 130; Issue: 2 Linguagem: Espanhol

10.1353/mln.2015.0029

ISSN

1080-6598

Autores

Sofie Kluge,

Tópico(s)

Literary and Cultural Studies

Resumo

Una poética del artificio Técnica literaria y crítica de la “ficción” en la Fábula de Faetón del Conde de Villamediana Sofie Kluge Invenciones sumamente paradójicas, las fábulas mitológicas barrocas representan a la vez el nivel máximo de técnica literaria y la mayor conciencia de la problemática moral aferrada a la ficción en toda cosmovisión teológica (que protege celosamente la verdad divina contra interpretaciones erróneas y heréticas). Estos textos exhiben, concretamente, lo artificioso de su propia construcción poética a través de estructuras narrativas intrincadas (como el-mito-dentro-del-mito y la écfrasis) y mediante innumerables referencias intertextuales, más un estilo poético ostentosamente culto, cargado de conceptos ingeniosos, cultismos conspicuos e hipérbata audaces.1 Arabescos poéticos elegantes y artificios literarios sutiles que se reconocen sin más como puras ficciones, su poética es enfáticamente de doble filo: deleitan con mundos ficticios minuciosamente construidos a la vez que desenmascaran porfiadamente sus propios artificios literarios. Así, aunque se haya considerado como la expresión literaria esencial del espíritu renacentista “desinteresado” y seglar,2 la fábula mitológica ilustra, [End Page 200] efectivamente, la postura ambigua general de la industria del hombre en la cultura barroca, donde ficción artificiosa y artificio técnico se veían como dos caras de la misma ambición humana—a la vez admirable y problemática—de domar la naturaleza mediante el ingenio y el arte. Mientras que el afán creativo de los poetas mitológicos evoca el mismo ímpetu industrioso que propulsaba a los grandes inventores del período, su impulso auto-reflexivo recuerda a la reflexión crítica sobre éste que al mismo tiempo se hacía notar en la identificación de los exponentes de las ciencias nuevas con figuras antiguas de la hybris.3 A la vez mítico y “mito-crítico,” la ambigua y reflexiva poética del artificio que sostiene las fábulas mitológicas capta la ambivalencia general barroca hacia el artificio industrioso y la industria artificiosa, transformándola en tema estético. La Fábula de Faetón, escrita por Juan de Tassis y Peralta, Conde de Villamediana, hacia 1617, ofrece un ejemplo excelente de esta poética del artificio a la vez hipersofisticada y auto-crítica. A través de la comparación omnipresente—si bien tácita—del vuelo imaginativo del poema mitológico con la subida audaz del protagonista mítico, los dos se exaltan como hechos inmensos y dignos de conmemoración eterna, a la vez que ambos se someten a una reflexión filosófico-moral que se centra en su elemento de transgresión:4 igual a como si, sea físicamente o en las alas de la imaginación poética, volar alto es esencialmente transgresivo porque “el ave nació para volar y el hombre para trabajar” como dice el refrán. Así, la fábula de Villamediana [End Page 201] equilibra una fascinación clara de la industria humana con una especie de sabiduría proverbial moral. Ejes de su poética del artificio ambigua y autoconsciente son, por un lado, el estilo culto con sus característicos hiperbata, neologismos, metáforas y conceptos, y, por otro lado, la estructura narrativa intrincada y extremadamente sutil—rasgos estilísticos que encontramos también en otras fábulas mitológicas barrocas, tales como los Fragmentos de Adonis (1619, publicado en 1652), de Pedro Soto de Rojas, y la Circe (1624), de Félix Lope de Vega, las cuales, al igual que la Fábula de Faetón villamedianesca, traman varios hilos mitológicos que tejen una tela narrativa complicada.5 Sin embargo, en este sentido, la fábula de Villamediana se distancia de toda competición duplicando y reduplicando los mitos antiguos infinitamente, en un artificio literario sin par. El discurso barroco del artificio y los artificios barrocos En el Tesoro de la lengua castellana o española, publicado en Madrid por Sebastián de Covarrubias en 1611, pocos años antes de que Villame-diana escribiera su fábula, encontramos...

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