El gracioso en La hija del aire
1986; American Association of Teachers of Spanish and Portuguese; Volume: 69; Issue: 3 Linguagem: Espanhol
10.2307/342727
ISSN2153-6414
Autores Tópico(s)Theater, Performance, and Music History
ResumoAunque C. A. Jones destaca la finalidad c6mica del gracioso por encima de sus implicaciones serias m~s frecuentemente estudiadas, no deja de sefialar un prop6sito de objetividad detris de su aspecto risible (330-31, 336). Por su parte, Ruiz Ram6n observa que el gracioso introduce en la comedia el sentimiento c6mico de la existencia, que no es necesariamente divertido, sino que tiene las mis de las veces, sentido correctivo y critico (1: 172). La del aire ofrece un ejemplo impactante de esa visi6n objetiva y critica con que Calder6n entreteje elementos c6micos y heroicos para divertir al ptiblico a la vez que lo incita a reflexionar sobre la debilidad trigica de los protagonistas. En sus papeles sucesivos de villano, criado, soldado, y buf6n, Chato incorpora un humor muy complejo que encierra, en parte, la clave de la tragedia de Semiramis. El soldado y Sirene, la mujer de Chato, lo realzan a 61 como reflejo ambivalente de la reina legendaria. Por un lado, el gracioso la remeda de una manera ridicula y, por otro, se burla de ella con gran lucidez. Mediante este paralelo c6mico de doble filo se vislumbra la objetividad ir6nica con que Calder6n proyecta a Semiramis en un plano heroico insinuando al mismo tiempo que se halla atrapada en un espejismo de autoengafios. Segfin Edwards, la relaci6n entre Sirene, Floro y Chato coincide en un nivel c6mico con la de Semiramis, Nino y Men6n (Calder6n's La hija 186; The Prison 159). Sin trazar una correlaci6n exacta entre los personajes de ambos niveles, Edwards equipara los dos triaingulos amorosos por su motivaci6n egoista y por el trastorno que la pasi6n les ocasiona (Introducci6n xliv). Los comentarios de Chato que Edwards cita en la segunda jornada (Calder6n's La hija 186) sin duda relacionan los dos argumentos y convierten al gracioso en reflejo humoristico de Men6n; pues Chato compara al hu6sped militar que enamora a su mujer con el soldado que pretende sacar a Semiramis del escondite donde Men6n la resguarda. Pero en este paralelo entre los dos argumentos, el reflejo de la protagonista en Sirene permanece muy tenue y el de Nino en Floro nunca se da. Edwards mais bien compara el caricter enamoradizo de Sirene con la pasi6n de Nino y Men6n. Ademais sugiere una correlaci6n entre Semiramis y el soldado Floro por la manera en que ambos ignoran a Chato (Calder6n's La hija 185-86). Basta comparar los versos 1381-82 y 2015 (Calder6n 49, 76) para ver que esta 6iltima comparaci6n no es vilida. Mis convincente resulta el reflejo burlesco o entremesil del matrimonio trazado por Bergman en las escenas de Chato con su mujer y el soldado que culminan en la incapacidad ridicula de aqu61 para vengarse (Ironic Views 68-70). No cabe duda, sin embargo, que toda la
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