Artigo Acesso aberto Revisado por pares

Genetic engineering represents a safe approach for innovations improving nutritional contents of major food crops

2017; Elsevier BV; Volume: 2; Issue: 2 Linguagem: Espanhol

10.1016/j.jik.2017.02.002

ISSN

2530-7614

Autores

Werner Arber,

Tópico(s)

Transgenic Plants and Applications

Resumo

About 70 years ago early microbial genetic research revealed that inherited phenotypic traits become determined by DNA filaments composed of 4 different nucleotides that are linearly arranged. In the meantime we know that genes, the determinants of specific life functions, are genomic segments of an average size of about 1000 nucleotides, i.e. a very small part of a genome. Fundamental insights into the structures and functions of selected genes can be reached by sorting out the relevant short DNA segment, splicing this fragment into a natural gene vector such as a viral genome or a fertility plasmid. This allows the researchers to transfer the genetic hybrid into an appropriate host cell in order to produce many copies that can then serve for functional and structural analysis. This research approach became efficient in the 1970s. On the request of involved researchers, safety guidelines became proposed 1975 at the Asilomar Conference on Recombinant DNA (Berg, Baltimore, Brenner, Roblin, & Singer, 1975), then generally introduced and still largely followed nowadays. Carefully carried out genetic engineering by horizontally transferring a selected and functionally well known DNA segment into the genome of another organism has in many published biosafety investigations never shown any unexpected harmful effect. We will present below selected examples of research contributions enabling innovations for the benefit of human life conditions. Hace unos 70 años, la investigación genética microbiana inicial reveló que los rasgos fenotípicos heredados se determinan mediante filamentos de ADN compuestos por 4 nucleótidos diferentes que están dispuestos linealmente. Mientras tanto, sabemos que los genes, determinantes de las funciones específicas de la vida, son segmentos genómicos de un tamaño promedio de aproximadamente 1.000 nucleótidos, es decir, una parte muy pequeña de un genoma. Pueden alcanzarse ideas fundamentales sobre las estructuras y funciones de genes seleccionados, ordenando el segmento corto de ADN relevante, empalmando este fragmento en un vector génico natural tal como un genoma viral o un plásmido de fertilidad. Esto permite a los investigadores transferir el hıbrido genético a una célula huésped apropiada con el fin de producir muchas copias que luego pueden servir para el análisis funcional y estructural. Este enfoque de investigación se hizo eficiente en la década de 1970. A petición de los investigadores implicados, las directrices de seguridad fueron propuestas en 1975 en la Conferencia de Asilomar sobre ADN Recombinante (Berg, Baltimore, Brenner, Roblin, & Singer, 1975), entonces se generalizó su introducción que se mantienen en gran medida hoy en día. Llevada a cabo cuidadosamente, la ingeniería genética cmediante la transferencia horizontal de un segmento de ADN seleccionado y funcionalmente bien conocido en el genoma de otro organismo, ha demostrado en muchas investigaciones de bioseguridad publicadas, que nunca se han observado efectos perjudiciales inesperados. A continuación, presentaremos ejemplos seleccionados de contribuciones de investigación que permiten innovaciones en beneficio de las condiciones de vida humana.

Referência(s)