El arte de la violencia sistémica. La explotación neoliberal como estética y mercancía en el cine mexicano contemporáneo
2016; University of North Carolina at Chapel Hill; Volume: 178; Issue: 1 Linguagem: Espanhol
10.1353/hsf.2016.0056
ISSN2165-6185
Autores Tópico(s)Latin American Urban Studies
ResumoEl arte de la violencia sistémica.La explotación neoliberal como estética y mercancía en el cine mexicano contemporáneo Ignacio M. Sánchez Prado La persistencia de lo violento como mecanismo de representación en el cine mexicano, es, como sucede en otras cinematografías del sur global, una marca de la compleja articulación existente entre sus ideologías representacionales y su relación como estética y mercancía al capitalismo neoliberal. El linchamiento a pedradas de María Candelaria (Dolores del Río) en la película homónima (1943) de Emilio Fernández, el asesinato (también a pedradas) de un joven en Los olvidados (Luis Buñuel, 1950) a manos del Jaibo (Roberto Cobo), el linchamiento colectivo de los empleados de la Universidad de Puebla por parte de los habitantes de un pueblo en Canoa (Felipe Cazals, 1975) y el brutal choque automovilístico que rompe las fronteras entre clases sociales en Amores perros (Alejandro González Iñarritu, 1999) son, pese a sus muy distintas estéticas, ejemplos fehacientes de una imaginación donde el roce entre comunidad y capitalismo, entre México y la modernidad, sólo puede ser representado como un brote de violencia. Sin poner en duda el carácter icónico de estas escenas, no deben dejarse de lado tres cuestiones fundamentales y necesarias para entender el corpus contemporáneo al que se abocará el análisis del presente estudio. Primero, a pesar de que las cuatro películas arriba mencionadas han sido, en sus distintos momentos, consideradas como hitos del cine mexicano y como avances en la supuesta representación real del país y sus identidades sociales, en las cuatro opera en realidad un costumbrismo esquemático, basado en una lógica casi melodramática del tipo social. Podríamos decir que todas ellas pertenecen a lo que Pedro Ángel Palou llama "el fracaso del mestizo", que no es sino el nombre del fracaso del Estado mexicano posrevolucionario, su intento de construir un espacio de hegemonía y homogeneidad social para [End Page 11] negociar las profundas divisiones económicas y raciales del país. Si bien una lectura generosa reconoce en sus representaciones de la violencia un reconocimiento de distintos momentos de este fracaso, también es cierto que la puesta en escena de estereotipos maniqueos sobre la que fundan su código afectivo – todas tributarias de una manera u otra del melodrama – sustentan un orden simbólico que sublima lo Real de la diferencia social en México. En otras palabras, la violencia en estos filmes enmascara en realidad una borradura de lo social, que, aunque emerge sintomática y traumáticamente en la explosión, no deja de plantear un cierre ideológico, cuyo "punto nodal", para usar el término lacaniano desplegado por Slavoj Žižek (Sublime Object 87-89), radica en esa idea de lo mexicano que da forma a las "redes imaginarias del poder político" que sustenta la hegemonía del nacionalismo revolucionario.1 En trabajos previos he discutido la idea de Canoa como un texto que sustenta el proyecto hegemónico del Estado echeverrista en los setenta (idea discutida por muchos textos en torno al filme) o el hecho de que la violencia en Amores perros se funda en un discurso de valores familiares que de facto oculta las lógicas neoliberales que subyacen a su mundo representado.2 Es cierto que la violencia cinematográfica crea un cierto efecto de realidad que permite percibir a los filmes como políticos, tanto en el nivel ideológico como en el afectivo. Sin embargo, en los casos de estos clásicos, es factible argumentar que este efecto de realidad sublima en última instancia el carácter traumático de las distintas etapas de la modernización capitalista en México. Asimismo, les otorga un cierre ideológico que permite legitimar tanto el proyecto estatal concreto de sus respectivas épocas (el alemanismo, el echeverrismo, el neoliberalismo) como la configuración de identidades sociales que sustentan la ficción ideológica de dichos proyectos. A este impasse convendría agregar dos precisiones metodológicas respecto a la violencia...
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