Artigo Acesso aberto Revisado por pares

William Sater Tragedia andina. La lucha de la Guerra del Pacífico (1879-1884)

2017; University of Chile; Issue: 46 Linguagem: Espanhol

10.4067/s0719-12432017000100009

ISSN

0719-1243

Autores

Sergio Villalobos R,

Tópico(s)

Historical Studies in Latin America

Resumo

En un grueso volumen de más de 415 páginas, William Sater continúa su preocupación por el evento militar de 1879.Esta vez entra en la guerra misma y con una minucia sorprendente entra en campañas, batallas y combates, como asimismo en la organización o falta de ella en los tres países involucrados, y la falta de preparación.Los altos mandos son juzgados con dureza, no pocas veces con exageración, como ocurre con Juan Williams Rebolledo, que queda a la altura del suelo, calificado como "esclerótico", apático e inepto, cuyas deficiencias para el mando son conocidas desde hace mucho tiempo.Pero Sater agrega opiniones de su propia cosecha que nos dejan abismados, como ocurre al describir la incursión al Callao: "Al parecer no planeaba seriamente atacar a la flota peruana en su ancladero.El almirante era un hombre que se había puesto cada vez más protector de su propia salud y reputación, y se negaba a realizar cualquier acto que pusiese en peligro a cualquiera de las dos.Como ya se ha observado, esperaba sacar provecho de su historial de guerra para convertirse en Presidente de la República.A mediados de junio se hacía cada vez más evidente que su estrategia de perder el tiempo en el puerto de Iquique había empezado a causar hostilidad en el público.Por lo tanto tenía que hacer algo para salvar su carrera política en ciernes.El ataque al Callao tenía dos objetivos: le permitía presentarse como agresivo sin exponerse a sí mismo ni a su flota al peligro.También aumentaba su reputación como héroe de guerra.En pocas palabras, la incursión en Callao era una estratagema de relaciones diseñada para persuadir a la nación a creer que estaba dedicado de manera activa a la guerra cuando de hecho no lo estaba haciendo".Atribuir una actitud tan bastarda al almirante parece una exageración.Simplemente es una opinión personal de carácter sicológico y moral basada en información ambigua, como es la de unas cuantas fuentes históricas.Si en la vida corriente es discutible calificar sicológica y moralmente a una persona, cuánto más lo es en el pasado brumoso.Puede ser que además de las actitudes personales discutibles, hubiese habido circunstancias generales o específicas del momento que determinaron las decisiones y que no han llegado con claridad hasta nosotros.El profesor Sater en los comienzos de su obra se refiere a los avances efectuados en la segunda mitad del siglo XIX en el armamento y la táctica de los países europeos y de Norteamérica, mostrando que Chile, Perú y Bolivia habían permanecido ajenos a esos cambios y seguían con las viejas tendencias.Así era en términos generales, pero no puede desconocerse, según su propio relato, que algo se había hecho, aunque no de manera significante.Debió referirse de manera más específica al propósito de introducir en el campo de batalla el orden disperso en lugar del ataque en línea, el empleo de zapadores y en el caso chileno, las tareas diligentes en cuanto a máquinas y elementos ferroviarios del ingeniero Federico Stuven.Tampoco menciona la innovación de fuerzas anfibias en los desembarcos; pero en cambio se refiere de manera detallada al empleo de torpedos y al inverosímil suceso del Loa y la Covadonga.Una preocupación especial de Sater es el recuento de soldados en los grandes choques de armas y describir hasta con detalles inverosímiles la actuación de los soldados, llegando a referirse a actos individuales.

Referência(s)