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Amanece, que no es poco o la dimensión utópica de la cultura pura hegeliana

2017; University of North Carolina Press; Volume: 57; Issue: 2 Linguagem: Espanhol

10.1353/rmc.2017.0022

2165-7599

Beatriz Trigo,

Cinema History and Criticism

Amanece, que no es poco o la dimensión utópica de la cultura pura hegeliana Beatriz Trigo Amanece, que no es poco (1988), dirigida por José Luis Cuerda, es una película ciertamente atípica dentro del panorama fílmico español. Estrenada en una de las décadas de éxito del cine nacional, ni se ajustaba al tipo de largometrajes de autor de alta calidad de la época–pensados para la exportación al circuito internacional y subvencionados por la ley Miró–ni seguía la tradición (neo) realista considerada por algunos críticos tan característica del cine Peninsular. Lo que sí conseguía, sin embargo, era entroncar con un cine costumbrista más ligado a un limitado consumo doméstico. Quizá por estos motivos, su primer pase en las salas se caracterizó por la discreción, pero con el transcurrir de los años no sólo ha obtenido el estatus de un clásico del cine, sino que incluso ha llegado a trascender el espacio fílmico, al convertirse en un verdadero icono de la cultura popular. De ahí que, en los cinco lustros de su estreno, Amanece, que no es poco contara ya con una ruta turística propia patrocinada por la Junta de Castilla-La Mancha por los pueblos donde se rodó el film (Pastor); el "Encuentro Surrealista de Molinicos," un certamen anual creado alrededor del largometraje; un pase especial en la Academia de las Artes y las Ciencias de España en el veinte aniversario de su estreno (Benito); y con una sociedad propia llamada "Amanecistas" que en el 25 aniversario celebraba la efeméride con un evento en Madrid (Koch). Desde la perspectiva que instala el texto fílmico dentro del contexto social en el que éste se desarrolla, el espacio cinematográfico se puede concebir como un área en la que se enfrentan diferentes fuerzas culturales: la sociedad real tal cual es bajo las prácticas ideológicas y económicas imperantes, y la posibilidad de lo que esta sociedad pudiera llegar a ser (Zavarzadeh 23). Desde este punto de vista, esta película ha sido estudiada como una alegoría de la joven democracia española y el período de la Transición (1975-1982). Así, María Angulo Egea señala que el film "trata con inteligencia, y desde la ironía, el humor y la nostalgia, muchos de los ideales de la izquierda de los primeros [End Page 255] setenta" (201). Pero en mi opinión, el planteamiento desarrollado en la película es aún más complejo, ya que Amanece, que no es poco nos propone la sublimación de la cultura como herramienta ideológica que permitirá la consecución de estos ideales. En consecuencia, el presente ensayo sostiene que la existencia de la idealizada sociedad patriarcal representada en la película responde a la incorporación del concepto hegeliano de la cultura pura como elemento transgresor que funciona en aras de la consecución de una sociedad utópica. El hilo argumental del film se centra en el transcurrir de unos días en un pueblo de Castilla, funcionando como un collage surrealista e histriónico de las vivencias de sus habitantes, reflejando una sociedad idealizada donde priman el culto a la felicidad y la concordia vecinal. Amanece, que no es poco muestra entonces una sociedad patriarcal utópica que obligatoriamente sigue el modelo clásico: la existencia de un modo de vivir alternativo que es descubierto por unos visitantes, Teodoro y su padre Jimmy, que llegan al pueblo por la recomendación de un amigo. La película concluye con la contemplación de un amanecer que tiene la peculiaridad de salir por el oeste en vez del este habitual. Dentro de la obra cinematográfica de Cuerda, Amanece, que no es poco se encuadra dentro de la trilogía formada por Total (1983) y Así en el cielo como en la tierra (1995), obras estas tres que tienen como hilo común el ruralismo, un personalísimo humor y un entendimiento peculiar de la idiosincrasia del pueblo español. Es importante en este momento hacer un inciso y...