Mujeres en el cambio social en el siglo XX mexicano
2015; Duke University Press; Volume: 95; Issue: 2 Linguagem: Espanhol
10.1215/00182168-2874764
ISSN1527-1900
Autores Tópico(s)Mexican Socioeconomic and Environmental Dynamics
ResumoMujeres en el cambio social en el siglo XX mexicano se trata de un libro sólidamente estructurado, que analiza la vida y obra de cinco mujeres que vivieron y lucharon a principios del siglo XX. Cuatro de ellas (Atala Apodaca, 1884–1977, María Arcelia Díaz, 1896–1939, Guadalupe Martínez Villanueva, 1906–2002 y Guadalupe Urzúa Flores, 1912–2000) tuvieron su territorio de acción en México, particularmente en Jalisco, mientras que la española Belén Sárraga (1872–1950), viajó mucho dando conferencias y estuvo en cuatro ocasiones en Guadalajara, en donde presumiblemente abonó el terreno para crear inquietudes en las otras biografiadas. Se trata pues de un análisis transnacional.La autora examina la trayectoria de vida y la acción política de estas cinco mujeres militantes de causas sociales y feministas, que estuvieron ligadas de alguna manera al Estado mexicano, y destaca su agencia en el cambio social. Fernández Aceves plantea que ellas supieron aprovechar las circunstancias de la etapa posrevolucionaria para modificar su propia vida, pero además pudieron incidir en la situación del resto de las mujeres, lo que repercutió en la de los varones y en muchos de los conceptos medulares para la cultura política de esos años, como el de “ciudadanía”.A través de estas biografías accedemos a un mundo cruzado por tensiones de diversa índole, en particular, las que existen entre la Iglesia, los diversos movimientos católicos y un Estado que intenta cumplir los postulados de justicia social y laicidad de la Revolución de 1910. Así, vemos campear principios religiosos con los del espiritismo y la masonería (en el caso de Belén Sárraga), así como conceptos anarcosindicalistas y de diversas posturas liberales, que las biografiadas comparten con líderes como Francisco I. Madero, Manuel M. Diéguez y José Guadalupe Zuno, entre otros. Uno de los méritos indiscutibles de este texto es mostrar las tensiones en el contexto tapatío, tan comúnmente planteado como el patio exclusivo de los grupos clericales y que se debe observar como un territorio cruzado por discusiones plurales y contestatarias.La autora abreva de la nueva historia cultural con perspectiva de género, mostrándonos los vínculos entre lo privado y lo público, pues atiende tanto el perfil psicológico de sus biografiadas como el contexto específico en que cada una de ellas se mueve, mediante un análisis multicausal que destaca la “agencia” femenina. El texto encaja así en los debates contemporáneos. Basado en textos teóricos clásicos, que han servido de modelo para estudios sobre las mujeres en sociedades diversas, el libro también fatiga los materiales de diversos archivos que dan cuenta de la especificidad de los temas que aborda. En él, se da cuenta de las lagunas existentes, de los datos de difícil verificación, y no se evaden aquellos rasgos de sus biografiadas que difícilmente generarían simpatía entre los lectores de nuestros días, por ser políticamente incorrectos, como el talante caciquil de algunas de ellas.Sorprende la actividad y fuerza con que estas mujeres supieron mediar entre las posibilidades a su alcance, marcadas por el ideal de la “madre” y del “ángel del hogar”, y el intento de lograr cambios, en particular los asociados a la ciudadanía, el maternalismo y la educación laica, para trocar los valores añejos por los de la “mujer moderna”. Ellas aprovecharon las fisuras existentes en el rígido sistema de predominio masculino y lograron modificar “el orden de las cosas”, como diría Michel Foucault. Vemos que no se amedrentaron, o bien disimularon o vencieron el miedo, para seguir actuando a favor de sus ideales, así fuera cargando pistola para defenderse ante las amenazas de muerte, como hizo María Arcelia Díaz, o blindándose ante los insultos que soportó Atala Apodaca, tanto en el magisterio, como en el movimiento obrero o campesino. Fernández Aceves logra darle al texto ese olor a carne humana que tanto buscaba Marc Bloch.El análisis de la vida de estas personas muestra que ellas cuestionaron los supuestos al uso que consideraban la vida política sólo viable para los varones, propugnaron por la educación laica y los derechos civiles y laborales de hombres y mujeres, y “al hacerlo cambiaron la sociedad” (p. 32). A pesar de las dificultades que cada una de ellas enfrentó, las vemos lejos del victimismo que a veces ha oxidado la historia de las mujeres. Las cinco negaron ese papel tan cómodo y tradicional, y al hacerlo se brincaron las trancas, salieron de los márgenes para ocupar el centro del debate y ofrecer modelos para estimular a otras mujeres a buscar cambios sociales. Cabe preguntarse por los límites de ésa su “agencia”.La escritura del texto es clara y será útil para estudiantes y expertos en los movimientos sociales y la historia de las mujeres en México. El lector común puede quizás sentirse desanimado ante el carácter académico del texto, aunque la vida de cada una de estas luchadoras se asemeje a la de una heroína de novela.
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