Postales de naturaleza muerta
2018; University of Northern Colorado; Volume: 33; Issue: 2 Linguagem: Espanhol
10.1353/cnf.2018.0010
ISSN2328-6962
Autores Tópico(s)Youth Culture and Social Dynamics
ResumoPostales de naturaleza muerta Eduardo S. Rocha No deja de llover. Tras la ventana, la avenida Hidalgo se ve limpia y cristalina. Desde lo alto puede verse cómo el camino serpentea en subidas y descensos abruptos, el agua corre en las calles. Es de noche, el suelo de cantera brilla con el reflejo de luces rojas y amarillas. Podría sacar una foto y volverla una postal del centro histórico, un alarde arquitectónico de sus aparentes callejones sin salida en los que siempre hay una vuelta que expande el horizonte. Una linda foto de mierda, como todas las que he visto de este lugar. Hace frío y bebo un americano en el café de unos italianos. Quince minutos antes debí cubrir un concierto frustrado, tomé algunas fotos del podio y la tribuna encharcada. Tal vez en unas horas sepa si se dará una nueva fecha o si la cancelación es definitiva, ya podría dar por terminado el día, no hay material para poner en sociales, es la desventaja del mal clima: sin eventos no hay fotos que valgan la pena, sin fotos no hay publicidad, sin publicidad no hay dinero y sin dinero es un día desperdiciado. El americano queda a medio beber. Mi contacto en la policía de caminos me escribe al celular, dice que hubo una carambola por el bulevar. Pago la cuenta y me voy. Serían quince minutos hasta allá si fuera por el camino directo, pero rodeo para evitar el tráfico y las vías congestionadas, cierto tramo sólo puedo cruzarlo a pie, así que llego media hora después del choque. Para entonces hay un cerco de conos naranja, a mi lado se desvían los carros a baja velocidad. Cuatro coches se incrustaron uno tras otro, en un efecto dominó que los sacó del camino. No se ve grave, sólo daños materiales. Saco una foto de esa maraña de chatarra. A unos pasos veo otro coche estampado en una barandilla, justo en una curva. Me acerco para tomar una foto y distingo un agujero en el parabrisas, adelante encuentro un bulto bajo una manta blanca, tomo una foto más. Lo siguiente es preguntar por los hechos y escribir la noticia: una mujer manejaba a exceso de velocidad, derrapó hasta estrellarse, no traía cinturón, salió disparada hacia el carril contrario, donde otro coche la atropelló. Así empezó la carambola, la gente se apendeja cuando se asusta. Cuatro coches chocaron de un lado y dos del otro, hay un muerto y daños materiales. He visto noches peores. Le mando unas fotos a mi editor de policial, las que ya sé que no aceptarán, las envío a un pasquín amarillista. Si no fuera por la documentación y su coche, no habría cómo reconocer a la mujer. Atravesó un parabrisas y bajo el peso de las llantas persiste poco de su fisonomía: carne [End Page 112] humana vuelta una pelota de pinball, vulneración en cada golpe seco, fractura de huesos, salpicadura de sangre y entrañas. Mala suerte, pudo ser cualquiera. Recién empiezan las lluvias se tapan los desagües, se inundan las calles y llegan los accidentes. No sé quién diseñó esta ciudad, pero la hizo con el culo. A menudo, lo más difícil es llegar hasta el sitio de la noticia. Una vez ahí, tomar fotos y hacer preguntas. Saber lidiar con la gente es la otra mitad del trabajo, hacer del chisme un estilo de vida: llevarse bien con paramédicos, taxistas y polis para que te avisen a dónde debes ir. También debe aprenderse cómo hacer preguntas y, más importante aún, a quién hacerlas, para no acabar metiéndose en chingaderas. Siempre es preferible no saber demasiado, ni dejar que se sepa mucho de lo que eres y lo que haces cuando tomas fotos para policiaca. Trabajar para sociales resulta más seguro. Es cierto que tampoco comes bien y no dejarás de ser un padre ausente, pero al menos es un trabajo con horas de...
Referência(s)