Palabras jamás comunes: José Triana (1931-2018)
2018; Department of Spanish and Portuguese, University of Kansas; Volume: 52; Issue: 1 Linguagem: Espanhol
10.1353/ltr.2018.0036
ISSN2161-0576
Autores Tópico(s)Historical and Modern Theater Studies
ResumoPalabras jamás comunes:José Triana (1931-2018) Kirsten F. Nigro Murió José "Pepe" Triana un triste domingo, el 4 de marzo de 2018, en París, donde había residido desde 1980, después de exiliarse de su país natal. Cuando salió de Cuba, Triana ya era un dramaturgo exitoso, aunque silenciado por la política cultural del régimen castrista. Llevó consigo, entre recuerdos y galardones, el Premio Casa de las Américas (1965) por La noche de los asesinos (1964, primera versión 1958), que se estrenó en La Habana en 1966. Es esta la obra que consagró su fama nacional e internacional luego de estrenarse en París, Londres y Nueva York, entre muchas otras capitales europeas y latinoamericanas. José Triana nació en 1931, en Hatuey (provincia de Camagüey), pero a los nueve años su familia se trasladó a Bayamo en la antigua provincia de Oriente. De ahí en adelante, Pepe (como todos lo conocíamos) consideró este su pueblo natal, y es donde a temprana edad emprendió su largo y fructífero viaje como escritor. Aunque todavía muy joven, compuso poemas bajo la influencia de los consagrados como Mariano Brull, Alfonsina Storni, Gabriela Mistral y José Martí. El año 1954 marca un hito definitorio para Pepe Triana, cuando ve en La Habana un montaje de Las criadas de Jean Genet. Deslumbrado por el texto y por la puesta de esta obra, decide dedicarse al teatro. En 1955 se instala en Madrid y aprovecha su estadía ahí para pulir su formación teatral. Trabaja como actor y asistente de director, viaja a importantes mecas teatrales como París y Londres y escribe su primera obra teatral, El Mayor General hablará de Teogonía (1956). Aun así, sigue escribiendo poesía (como lo hará toda la vida) y publica en Madrid el poemario De la madera del sueño (1958). Habiendo dejado atrás Cuba por primera vez durante el régimen de Batista, Triana vuelve semanas después del triunfo de la revolución castrista, esperanzado por la promesa de esta. Trae consigo la experiencia de las tendencias más vanguardistas del teatro europeo del momento y con ellas se da a la tarea de renovar el teatro cubano. Dos obras suyas se estrenan en La [End Page 215] Habana en 1960: El Mayor General… y la recién escrita Medea en el espejo. Poco después se estrenan El Parque de la Fraternidad, La casa ardiendo y La visita del ángel (1962) y La muerte del Ñeque (1963). Sus obras se publican en Cuba, y con la Noche de los asesinos, la fama del joven dramaturgo se trasborda a otras tierra, lejanas y cercanas. En 1972 escribe Revolico en el Campo de Marte, en 1973 termina de escribir Ceremonial de guerra y en 1979 empieza a escribir Palabras comunes. Pero para estas fechas, las piezas de Triana ya no se montan en Cuba; él ya no es considerado el wünderkind del teatro cubano sino un contrarrevolucionario por no ajustarse a las pautas establecidas en la "Declaración de Principios del Primer Seminario Nacional de Teatro" organizado por el Consejo Nacional de Cultura en diciembre de 1967. Este documento marca un cambio radical de dirección para las artes en Cuba, desde la apertura y modernización inicial a una política cultural cerrada y ajustada a los principios ideológicos de la revolución. No hay cabida para Triana en este nuevo espacio; se le quita el carnet de la UNEAC, se le manda a trabajar a una fábrica de libros y, poco después, a su casa a ser lector de textos marxistas. Ante este exilio interno, Triana y su esposa Chantal Dumaine optan por el exilio externo y se van a París. En París, tras unos años de silencio artístico, Triana se adapta a su nueva situación en un nuevo ambiente artístico, pero uno nunca alejado anímicamente de la patria. De hecho, Cuba siempre había sido y seguía nutriendo su método artístico. Triana adapta la clásica Medea al solar habanero, crea personajes que...
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