Artigo Revisado por pares

Gran diccionario de anglicismos by Félix Rodríguez González

2019; American Association of Teachers of Spanish and Portuguese; Volume: 102; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.1353/hpn.2019.0033

ISSN

2153-6414

Autores

Francisco Manuel Carriscondo Esquivel,

Tópico(s)

Lexicography and Language Studies

Resumo

Reviewed by: Gran diccionario de anglicismos by Félix Rodríguez González Francisco M. Carriscondo Esquivel Rodríguez González, Félix. Gran diccionario de anglicismos. Arco, 2017. Pp. LII + 1141. ISBN 978-8-47635-955-6. Según el principio de contextualización esgrimido por E. F. K. Koerner para un mejor análisis del pasado, hay que contar siempre con las ideas de la época en todos los ámbitos. Solo así puede entenderse, por ejemplo, el concepto de superioridad de una lengua sobre otras en determinados momentos de la historia. Se va, por tanto, en contra del principio de inmanencia tal como lo postula el positivismo y se reconduce el modelo científico hacia un modelo relativista. Si, en la Modernidad, antes lo fue el francés, ahora es el inglés la lengua superior (y entiéndase esta etiqueta al sustantivo de múltiples formas: más usada, más internacional, más enseñada). Si a caballo entre los siglos XIX y XX asistimos a un fin de siècle, entre este y el que ahora vivimos se ha producido un end of the century. No es necesario indagar en las realidades que, como centros gravitacionales, atraen al léxico que procede de la lengua dominante, por usar otra etiqueta. Voces que invaden el hablar cotidiano, pero también otras lenguas funcionales, de un nivel de especialidad que tiene como extremos la moda, la cosmética, los deportes, la música, la drogadicción y la marginalidad, por un lado, hasta llegar a la electrónica, la informática, la comunicación . . . en fin, la ciencia y la tecnología, por otro lado; pasando por la banca, la bolsa, el derecho y la economía aplicada, en un nivel intermedio de tecnicidad. De tales campos, tantas las fuentes consultadas. [End Page 153] Son estas voces, unas 4500, las que F. Rodríguez González, catedrático de Filología Inglesa de la Universidad de Alicante, recopila y ordena alfabéticamente, como cualquier obra lexicográfica al uso, en su Gran diccionario de anglicismos. El diccionario es la parte más sustanciosa del cuerpo de la obra, después de colocar, en los preliminares, la pertinente introducción y una lista de abreviaturas y signos empleados, así como la bibliografía y los corpus consultados. Tanto las citas introductorias como la introducción en sí inciden en lo que he comentado antes: la penetración del inglés en nuestra lengua “no es sino el correlato lingüístico de la clara influencia ejercida sobre nuestro país [España] por los países anglosajones” (p. XI). Ahora bien, no todo vale: las modas pasajeras o el esnobismo lingüístico generadores de ciertos usos léxicos son descartados, con muy buen criterio, por el autor; así como los calcos, sean traducciones directas, sean semánticos. De ahí que en la macroestructura encontremos solamente—lo que no es poco—aquellos anglicismos que Rodríguez González llama patentes por su forma, tradicionalmente conocidos como xenismos; pero también los adaptados en mayor o menor medida, es decir, aquellos donde la norma ortográfica tiene todavía que aplicarse hasta la creación de una forma convincente para los hablantes. Y todos ellos deben responder, claro está, a una frecuencia de uso mínima. En cuanto a la microestructura, nos encontramos con la información lexicográfica sobre la entrada que se exige en una obra de estas características: pronunciación, definición o equivalente, étimo, (sub)categorización gramatical, nivel y frecuencia de uso, ámbito de especialidad, ejemplos reales (mediante citas), primera aparición, etc. Toda esta información está enfocada hacia la descripción, no hacia la normatividad, pues no es una finalidad prescriptiva la que pretende el diccionario. La obra viene a actualizar los repertorios elaborados previamente por otros lexicógrafos desde la segunda mitad del siglo XX. La vida, tampoco hace falta brindar más datos, ha cambiado mucho desde entonces. Es por esos cambios por lo que las fuentes empleadas son más acordes a estos tiempos (la prensa escrita) y el diccionario posee un carácter marcadamente sincrónico (actual), apartándose...

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