En memoria de Alberto Abello Vives (1957–2019)

2019; University of Puerto Rico; Volume: 47; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.1353/crb.2019.0003

ISSN

1940-9095

Autores

Joaquín Viloria De la Hoz,

Tópico(s)

Social Issues and Policies in Latin America

Resumo

En memoria de Alberto Abello Vives (1957–2019) Joaquín Viloria De la Hoz Escribir sobre Alberto Abello Vives es como hacer un recorrido por el Caribe en su totalidad, desde su Santa Marta natal hasta su Cartagena vital. Alberto era un samario raizal, un criollo como aquellos de principios del siglo XIX, los hijos de españoles que se pelearon con la Madre Patria. Él hacía parte de la elite samaria de origen colonial, pero su inclinación por lo popular, lo afro o lo indígena lo distanciaba de ese grupo poblacional que sigue gobernando Santa Marta. Pero no hay que confundirse con lo que estoy diciendo: Alberto no era populista ni nada por el estilo: era un socialdemócrata de gustos refinados que apoyaba expresiones culturales diversas. Era un diplomático por naturaleza, de unas relaciones sociales internacionales que era la envidia incluso de los diplomáticos de carrera. Siempre bromeábamos que si en 1830 el general Mariano Montilla hubiera decidido crear la República Independiente del Caribe, en ese inmenso territorio que dominaba desde Maracaibo hasta Panamá, pasando por Cartagena y Santa Marta, a finales del siglo XX de seguro Alberto hubiera ejercido como Canciller. Pero esa idea era solo broma. José Manuel Restrepo, Secretario de Simón Bolívar, vislumbró esta posibilidad de la nueva república como un peligro para Colombia, pero al final sentenció: Esa república no será realidad por las rivalidades entre cartageneros y samarios. Rivalidades que no existieron en el diario vivir de Alberto Abello. En la vida real, Alberto nació en Santa Marta y siendo muy joven sus padres se trasladaron a Bogotá con todos sus hijos. Allí, en la fría capital terminó su bachillerato y estudió economía en la Universidad Externado de Colombia. En plena década de los setenta y principios de los ochenta, tuvo sus coqueteos con ideas de izquierda, en especial con la corriente maoísta del MOIR (Movimiento Independiente Revolucionario). Regresó a su Caribe ancestral, primero a Cartagena y luego a Santa Marta, donde trabajó inicialmente con la Universidad de Cartagena y después con el CORPES (Consejo Regional de Planificación Económica y Social). Fue invitado por Gabriel García Márquez y Jaime Abello Banfi a participar en la creación de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano en 1994, institución encargada de dictar talleres de periodismo a los jóvenes comunicadores de América Latina. Desde esa época mantuvo una estrecha amistad con nuestro Premio [End Page 145] Nobel de Literatura y su esposa Mercedes Barcha. Como anécdota personal puedo contar que Alberto invitó a la casa de los García Márquez en Cartagena a un grupo de funcionarios del Banco de la República entre los que se encontraban el gerente general Juan José Echavarría, el codirector Adolfo Meisel y mi persona, entre otros. Allí Mercedes se comprometió a entregar a la Red de Bibliotecas toda su colección primeras ediciones de los libros de Gabo en diferentes idiomas, acto que se realizó en el segundo semestre del año 2018. También se mostró interesada en donar un mural de Alejandro Obregón para ser trasladado a la Biblioteca de Santa Marta, que en esos días había sido redenominada con el nombre de Gabriel García Márquez. Este mural sería entregado por la familia, una vez se concretara la venta de la casa en Cartagena. No tengo claro si esta oferta se mantiene, ahora sin la presencia de Alberto. En su vida cotidiana y laboral se movía intensamente entre Cartagena, Barranquilla y Santa Marta, las tres perlas del Caribe. Nos enseñó que se podía ser hincha simultáneamente del Unión Magdalena, del Junior (futbol), de los Tigres de Cartagena y de los Caimanes de Barranquilla (béisbol). De la misma manera integró en su discurso las celebraciones de las Fiestas de la Independencia de Cartagena, Carnavales de Barranquilla, Festival Vallenato en Valledupar, Fiestas del Mar en Santa Marta o Festival del Porro en San Pelayo. De nuevo en Cartagena fue nombrado director del Observatorio del Caribe colombiano, un “tanque de pensamiento” que...

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