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Erotic Mysticism. Subversion and Transcendence in Latin American Modernista Prose by Nancy LaGreca

2019; University of North Carolina at Chapel Hill; Volume: 185; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.1353/hsf.2019.0020

2165-6185

José M. Martínez,

Cultural and Social Studies in Latin America

Reviewed by: Erotic Mysticism. Subversion and Transcendence in Latin American Modernista Prose by Nancy LaGreca José María Martínez LaGreca, Nancy. Erotic Mysticism. Subversion and Transcendence in Latin American Modernista Prose. Chapel Hill: North Carolina Studies in the Romance Languages and Literatures, 2016. 179 pp. ISBN. 978-14-6963-077-9. En las páginas iniciales del libro la autora menciona algunos estudios renovadores y más o menos recientes (Jrade: Modernismo, Modernity and the Development of Spanish American Literature; Aching: The Politics of Spanish American Modernismo; Mejías-López: The Inverted Conquest) con los que pretende—a mi juicio con éxito—alinear su estudio. De la misma forma, creo que este debe contextualizarse también con quienes parecen haber obedecido a la queja de Terry Eagleton en After Theory cuando reivindicaba la relevancia de lo religioso en la configuración de las representaciones literarias. Entre estos últimos se encontrarían algunos trabajos anteriores o posteriores a Erotic Mysticism (Sacred Realism, Valis 2010; In Search of The Sacred Book, González 2018) o, en el ámbito anglosajón, aquellos que han comentado las correlaciones entre lo literario y el proceso de secularización (The Book of God, Jager 2006; Secularization Without End, Pecora 2010). Erotic Mysticism vuelve sobre un asunto que ya ha sido señalado repetida y a veces mecánicamente por la crítica, es decir, la visión y la vivencia de lo erótico como uno de los accesos a la vena mística o espiritualista del Modernismo, como reacción contra el materialismo burgués (desde mi punto de vista, la reacción más fuerte) y también (y [End Page 155] esta me parece menos obvia) contra la moral cristiana. La principal novedad de este trabajo es precisamente su extensión, que le permite ahondar lo que hasta ahora se ha tratado sobre todo en artículos de revistas o en capítulos de libros, y también la selección de un corpus diferente al habitual, pues en este caso se ha preferido atender a la prosa narrativa o ensayística y de autores "secundarios" o menos canónicos. El libro se organiza en cinco capítulos, flanqueados por una introducción y una muy breve sección de "conclusive thoughts". La introducción ofrece los principales parámetros de lectura del corpus, entre los cuales hay que destacar el espacio que se dedica al antimisticismo de Degeneración, el vademécum positivista considerado infalible por la mayor parte de los antidecadentes. El segundo capítulo (el que más he disfrutado) se dedica a los ensayos de Carlos Díaz Dufoo y Manuel Díaz Rodríguez y a su implícito o explícito alejamiento del misticismo ortodoxo. En él queda claro que el fin-de-siècle presenta una combinación del espiritualismo tradicional y de unos ingredientes distintos y originados en el proceso de secularización propio del xIx. El tercero, ya centrado en la prosa narrativa, se fija en la novela Resurrección, de Rivas Groot, e interesa sobre todo por la contextualización que hace de esta problemática en el marco de la vida política colombiana de esos años. El siguiente se dedica a Aurora Cáceres y a su novela La rosa muerta, y comenta las tensiones entre el decadentismo y la euforia cientifista a través de la subversiva conducta de sus personajes, especialmente de Laura, un probable alter-ego de su autora. El quin-to, protagonizado por El evangelio del amor de Gómez Carrillo, tiene como nervio el afán epatante del decadentismo y explica las peculiaridades místico-eróticas de su rocambolesca anécdota a partir del posible ateísmo del guatemalteco. Los méritos de esta monografía son obvios, y entre ellos creo que hay que destacar sobre todo la general y sólida reivindicación del complejo misticismo modernista, un misticismo que por supuesto va más allá de lo erótico, pues incluiría variantes como la esteticista o la hiperestésica, pero que al mismo tiempo tuvo en la erótica una de las venas más ricas y representativas...