Artigo Acesso aberto Revisado por pares

ESTÉTICAS EN LUCHA. LA SUBLIMIDAD DE LA PÉRDIDA EN LA NOVELA DE MI VIDA O EL REALISMO ESTÉTICO DE LEONARDO PADURA

2019; University Library System, University of Pittsburgh; Volume: 85; Issue: 269 Linguagem: Espanhol

10.5195/reviberoamer.2019.7852

ISSN

2154-4794

Autores

Claudia Hammerschmidt,

Tópico(s)

Philosophical and Cultural Analysis

Resumo

Leonardo Padura es un autor de éxito mundial muy comprometido con la realidad socio-política e histórica de Cuba.Apreciado como excelente narrador al estilo de la novela decimonónica, innovador de estructuras novelísticas, autor posmoderno altamente intertextual e intermedial, se considera poco propenso al experimento lingüístico-formal, y por ende sin pretensiones de desarrollar una estética escrituraria que escenifique su disenso político desde el lenguaje mismo.A esta calificación casi de autor "light" contribuyen los géneros narrativos de los que se sirve Padura.Ya que este autor, que critica las perversiones de la era posrevolucionaria cubana desde La Habana sin haber tenido que exiliarse nunca, se dio a conocer con sus novelas neopoliciales sobre Cuba, 1 en donde tematiza la actualidad política de la isla desde la perspectiva de Mario Conde y sobrepone realidad y ficción, reprobando la primera desde la segunda, en tramas que atrapan al gran público.Libros como su tetralogía Las cuatro estaciones (1991-1998), Adiós Hemingway (2001) o La neblina del ayer (2005) combinan la crítica políticasocial con la investigación de crímenes ficticios ubicados en La Habana de una época tan crucial para Cuba como lo fueron los años 1989 o 1958/59.Por estas razones sus textos, rebosantes de pasajes metafórico-descriptivos que escenifican el descontento de sus protagonistas a través de la acumulación de detalles "superfluos" creando intensos "efectos de realidad", se calificaron de esencialmente realistas. 2Y podría mantenerse que a partir de La novela de mi vida (2002) -texto que con El hombre que amaba a los perros (2009) o Herejes (2013) abre una segunda serie de novelas-, Padura prosigue su modelo crítico-realista al servirse de lo que a partir de los años 70 se dio en llamar 1 Al respecto de las novelas policiales o neopoliciales de Padura y su renovación del género, véase Braham, Oakley, Uxó y Wilkinson. 2A esta calificación contribuyó el mismo Leonardo Padura al autocalificarse de "novelista realista": "Porque, si fuera necesario o posible definirme, caería dentro de lo que se solía (o se suele, ya no lo sé) considerar un escritor realista, en la medida en que el alimento proteico de todas mis novelas es la realidad: la vivida, la conocida, la estudiada […]" ("La libertad" 12).Acerca de la noción de "efecto de realidad", véase todavía Barthes.1206

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