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Borges y la fatalidad de las metáforas

2001; Tufts University; Volume: 27; Issue: 53 Linguagem: Espanhol

10.2307/4531147

0252-8843

Álvaro Salvador,

Spanish Literature and Culture Studies

Quiza la historia universal es la historia de unas cuantas metaforas, escribe Borges en 1951, cuando esta entregandose en cuerpo y alma a la especulaci6n sobre distintos aspectos del quehacer literario y la historia de la cultura, cuando ha publicado ya algunas de las narraciones que en poco tiempo lo consagraran como uno de los escritores mas brillantes e inteligentes del siglo XX, cuando va a cumplir una docena de afios sin publicar ningun libro de poemas -apenas algun poema suelto en sucesivas antologias-, cuando se asemeja a un narrador genial que simplemente coquete6 con la poesia en sus comienzos literarios. Sin embargo, como Whitman, como Valery, como Unamuno, no deja de insistir en su condici6n de poeta cada vez que la ocasi6n se lo requiere: poeta, claro esta. Creo que no soy mas que eso. Un poeta torpe, pero un poeta, espero1. Un joven poeta ultraista primero, mas tarde un joven poeta criollista, neopoularista, finalmente un maduro escritor que parece haber olvidado la poesia, pero no su mania perseguidora de metaforas. La filiaci6n vanguardista del joven Borges es suficientemente conocida y, sin duda, ha sido igualmente objeto de numerosas aproximaciones criticas2. No obstante, tradicionalmente se interpret6 este momento inicial en la trayectoria del escritor portefio haciendo uso de criterios sesgados, cuando no francamente prejuiciados. Al parecer, la identificaci6n de Borges con los principios vanguardistas del Ultraismo y su militancia fervorosa, no merece mas consideraci6n que la que se prestaria a las secuelas -a veces nefastasque deja tras de sl una enfermedad o pecado juvenil. En el mejor de los casos se juzgaria como un error humano ffcilmente justificable por el signo de los tiempos, el provincianismo o -una vez masla exagerada juventud del escritor, haciendose eco en algunos casos de las declaraciones del propio Borges. En resumidas cuentas, miopia intelectual. Tanto en lo que atafie a la trayectoria y a la l6gica interna de la obra borgiana, como -lo que es mas grave desde una perspectiva cultural mas am-