Fibroma nasofaríngeo
2001; Elsevier BV; Volume: 30; Issue: 4 Linguagem: Espanhol
10.1016/s1632-3475(01)71986-8
ISSN2214-8914
AutoresStéphane Hervé, F. Portier, René Chapot, J.-P. Guichard, Michel Wassef, Patrice Tran Ba Huy, Philippe Herman,
Tópico(s)Oral and Maxillofacial Pathology
ResumoEl fibroma nasofaríngeo constituye un doble desafío para el otorrinolaringólogo: un desafío nosológico, ya que, a pesar de su historia clínica normalizada, la patogenia de este tumor benigno, que afecta a varones adolescentes, es aún desconocida, tanto con respecto a sus mecanismos de crecimiento como de angiogénesis; y un desafío terapéutico, puesto que la exéresis de este tumor vascular puede provocar una hemorragia masiva, mientras que la presencia de múltiples extensiones a través de fisuras y otros agujeros de la base del cráneo puede originar recidivas. La exéresis quirúrgica es el tratamiento de primera intención del fibroma nasofaríngeo. Su objetivo es conseguir la escisión completa del tumor, con una mínima pérdida sanguínea y el menor número de secuelas posible. Varios factores han contribuido a mejorar su tratamiento: el desarrollo de las técnicas de imagen, que permiten un diagnóstico más temprano y establecen mejor la morfología del tumor; los progresos en las técnicas de embolización, pues en la mayoría de los casos permiten resecar el tumor el desarrollo de la cirugía intranasal guiada por endoscopia, que permite, en algunos casos, realizar una cirugía menos invasiva y más precisa y, en otros, completar la exéresis en las regiones anatómicas donde la visualización del tumor es difícil, incluso con microscopio. La elección de la vía de acceso debe basarse en la localización, el volumen y la extensión del tumor así como en su vascularización, en la eficacia de la embolización y en la experiencia del equipo quirúrgico. La vía transnasal guiada por endoscopia está indicada en la actualidad para los tumores limitados a la nasofaringe, la cavidad nasal y los senos etmoidal y esfenoidal, que presentan una extensión lateral retropterigoidea moderada y no sobrepasan la fosa pterigopalatina. Las vías de acceso laterales están indicadas en casos excepcionales para tumores que presentan un gran desarrollo externo (músculos pterigoideos, fosa temporal). Un control mediante tomografía computadorizada (TC) con inyección de sustancia de contraste, realizado a las 48 horas del postoperatorio, permite identificar un eventual resto tumoral y orientar la conducta que se ha de seguir (reintervención quirúrgica rápida o vigilancia). Finalmente, es necesario un seguimiento endoscópico y radiológico durante 12 a 18 meses para detectar de manera precoz una recidiva del tumor.
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