A Simple Vista en Este Número
2010; Elsevier BV; Volume: 117; Issue: 11 Linguagem: Espanhol
10.1016/j.ophtha.2010.08.037
ISSN1549-4713
AutoresLori Baker Schena, John Kerrison,
Tópico(s)Corneal surgery and disorders
ResumoLas normas de Patrones de Práctica Preferidos de la AAO recomiendan una prueba terapéutica monocular para determinar la respuesta a los medicamentos tópicos para el glaucoma. Bhorade y otros (p. 2047) hicieron una comparación para determinar si la prueba monocular –en la que se trata un ojo y el ojo no tratado sirve de control– es una mejor evaluación de la respuesta al medicamento que la prueba realizada independientemente en cada ojo. Los autores utilizaron datos de 206 participantes, que se aplicaron un análogo de prostaglandina (PGA) tópico en un ojo una vez al día y regresaron a las 4 o 6 semanas para determinar la respuesta al medicamento. La respuesta de la presión intraocular (PIO) del ojo tratado se determinó por el cambio en la PIO entre la medición de línea de base y la obtenida a 1 mes de iniciado el estudio, únicamente en el ojo tratado, y ajustando el cambio de la PIO en el otro ojo durante los intervalos entre las mismas citas de control. Ambos métodos parecieron ser equivalentes. Sin embargo, los autores vieron que ninguno de los dos determinaba adecuadamente la respuesta médica a los PGAs tópicos. Recomiendan realizar estudios adicionales para aclarar los factores que influyen en la medición de la PIO y en la evaluación de la respuesta al medicamento entre una y otra cita de control. Un editorial adjunto por el Dr. Tony Realini, “Assessing the Effectiveness of Intraocular Pressure-Lowering Therapy,” (Evaluación de la efectividad de la terapia para reducir la presión intraocular) (p. 2045), vierte más luz en los hallazgos de los autores. Los informes previos publicados han demostrado un efecto contralateral en la presión intraocular (PIO) con el uso de medicamentos antiglaucoma tópicos unilaterales. ¿Se aplica esto también a la trabeculectomía unilateral? Radcliffe y otros (p. 2055), analizando los datos de un estudio clínico multicentro prospectivo, revisaron las historias de 300 pacientes con glaucoma de ángulo abierto recién diagnosticado, asignados al azar a una trabeculectomía inicial. Todos los ojos considerados en el análisis incluían ojos contralaterales no tratados que no habían sido excluidos debido a una trabeculectomía previa, a una trabeculoplastia con láser de argón o a una extracción de cataratas. Determinaron que los ojos contralaterales de los pacientes sometidos a trabeculectomía unilateral mostraban una pequeña reducción en la PIO en un período de 24 meses. Se trataba de una reducción modesta y sólo fue significativa al punto de corte de los 12 meses. Concluyeron que esta investigación–el estudio más extenso que se haya hecho hasta la fecha sobre la respuesta de los ojos contralaterales después de la trabeculectomía–no ofrece evidencia de reacción oftalmotónica consensual de este procedimiento y sugiere que cualquier efecto, si lo hubiere, es de carácter transitorio y probablemente no influya en el manejo clínico. Señalan, por último, que la trabeculectomía no parece incrementar la PIO en el ojo contralateral. Se introdujo inicialmente un régimen de tratamiento y extensión (TER) con ranibizumab para la degeneración macular relacionada con la edad de carácter neovascular (nAMD) para minimizar el número de inyecciones intravítreas, de citas de control y de pruebas adicionales. El TER comienza con inyecciones mensuales hasta que desaparezcan los signos de exudación observados en la tomografía de coherencia óptica. El intervalo del tratamiento se incrementa en una a dos semanas siempre que no haya signos de exudación recurrente. Cuando se detecta exudación recurrente durante una cita de control, se reduce el intervalo entre los tratamientos al período en el que estaba antes. El tratamiento se aplica en todas las citas de control, pero el tiempo entre una y otra cita se define individualmente con base en la respuesta del paciente al tratamiento. Gupta y otros (p. 2134) realizaron un estudio retrospectivo de 92 pacientes y determinaron que la TER con ranibizumab presentaba resultados favorables de agudeza visual en pacientes con nAMD, con un número significativamente menor de citas de control e inyecciones intravítreas en comparación con algunos estudios que utilizan protocolos mensuales fijos. Si bien estos resultados señalan el posible beneficio del TER, los autores advierten que sus hallazgos deben ser considerados en perspectiva, dadas las limitaciones de un estudio de diseño retrospectivo de participantes no enmascarados y visiones no basadas en protocolos. Los resultados del estudio multicentro de Ranibizumab para Edema de la MAcula en Diabetes-2 (READ-2) muestra que las inyecciones intraoculares de ranibizumab (RBZ) ofrecen beneficio a largo plazo a los pacientes con edema macular diabético (DME). En este estudio, Nguyen y otros (p. 2146) asignaron al azar a 126 paciente con edema macular diabético a recibir 0,5 mg de RBZ al momento de establecer la línea de base y a 1, 3 y 5 meses (grupo uno), a fotocoagulación láser focal en rejilla al momento de la línea de base y al tercer mes, de ser necesario (grupo dos) o a una combinación de 0,5 mg de RBZ láser focal en rejilla al determinar la línea de base y al tercer mes (grupo 3). Todos los participantes podían recibir tratamiento con RBZ a partir del mes 6. A los 24 meses, la mejoría media en mejor agudeza visual corregida (BCVA) en el grupo uno fue de 7,7 letras. Los pacientes del grupo dos tratados con RBZ entre los meses 6 y 24 mostraron una mejoría de 5,1 letras en la BCVA. El grupo tres mostró una mejoría de 6,9 letras en la BCVA a los 24 meses. Los autores concluyen que otros estudios que se están realizando actualmente demostrarán que los beneficios son aún mayores con inyecciones más frecuentes que ofrecen un mejor control del edema. Kakizaki y otros (p. 2229) han encontrado que el músculo simpático supratarsal de Müller (músculo de Müller) tiene una extensión interna y una extensión externa a la red de músculo liso peribulbar – lo que indica que el músculo de Müller no es una estructura independiente del párpado superior sino un componente de la red de músculos lisos peribulbares. Los autores analizaron 20 órbitas postmortem (10 derechas, 10 izquierdas) de 15 asiáticos (8 hombres, 7 mujeres) de 61 a 93 años de edad al momento de su muerte. Las órbitas se fijaron en formalina neutralizada al10%, se hicieron estudios bilaterales (en 10 órbitas) y unilaterales (en 10 órbitas). Los autores demostraron que la extensión interna llegaba hasta la polea del recto interno. La extensión externa llegaba hasta la polea del recto externo después de pasar por la fascia de la glándula lagrimal del lóbulo palpebral–y también directamente, en algunos casos, continuando hasta la polea del recto externo. Concluyeron que el músculo de Müller no es una estructura independiente como antes se creía sino que forma parte de la red de músculos lisos peribulbares. This Issue At A GlanceOphthalmologyVol. 117Issue 11PreviewAAO Preferred Practice Pattern Guidelines recommend the monocular therapeutic trial to determine medication response to topical glaucoma medications. Bhorade et al ( p. 2047 ) compared whether the monocular trial–in which one eye is treated and the untreated fellow eye serves as a control–is a better assessment of medication response than testing each eye independently. The authors used data from 206 participants, who placed a topical prostaglandin analogue (PGA) in one eye once daily and returned in 4 to 6 weeks to ascertain medication response. Full-Text PDF
Referência(s)