Artigo Acesso aberto

La hora de los libros, en revista Familia No. 64 “Los Círculos de Lectura”

2014; University of Chile; Issue: 6 Linguagem: Espanhol

10.5354/0717-8883.2014.31837

ISSN

0717-8883

Autores

Amanda Labarca,

Tópico(s)

Spanish Culture and Identity

Resumo

quien quiera que observe las tendencias femeninas llega a la conclusión de que para nosotras la compañía y la sociedad son más necesarias que para los hombres.Se diría que en las mujeres repercute más hondamente el instinto gregario primitivo que impulsó al ser de las cavernas al fundar familias y formar tribus.Mientras los misántropos son numerosos, las mujeres que buscan y aman la soledad son escasísimas.¡Con qué facilidad nos reunimos, no obstante conocernos apenas, para coser, para bordar, para desempeñar cualquiera de nuestras funciones domésticas!He visto señoras distinguidas, ilustradas, que, cuando las rodea la soledad, llaman a una sirvienta para que venga bajo la lámpara del boudoir, a hacerles compañía y a darles conversación.Prefieren el borboteo de una cháchara infeliz a una hora de silencio y soledad.Sin duda, tal afán tiene diversas explicaciones que lo excusan.En primer lugar, las mujeres, no habiéndose dedicado en el transcurso de los siglos a trabajos que requieran la abstracción mental o el aislamiento del laboratorio, no han ejercitado la facultad de vivir en la soledad ni la de bastarse a sí mismas para su propia distracción.Por el contrario, las labores tradicionales, sus trabajos domésticos, sus labores de mano, obligándolas a un mínimum de esfuerzo inteligente y a un máximum de paciencia, les han impulsado, seguramente, a buscar alivio a la monotonía de ellos, en la charla y compañía de los demás.Por lo que respecta a la lectura, es fácil observar también que los hombres rara vez se juntan para gozar del encanto sugestivo de un libro y que las mujeres prefieren siempre hacerlo.¿quién no ha visto en las tranquilas veladas invernales un grupo de cabezas rubias o morenas inclinadas sobre la costura, mientras crepita el brasero, parpadean las lámparas y la voz cantarina de una muchacha va desgranando lentamente sobre ellas la gracia de su timbre y el ensueño de unas páginas de amor?Tales veladas han sido el germen natural de los círculos de lectura, de los "reading club" que son atendidos y sustentados por los elementos femeninos de los países más adelantados.Reflexionando sobre ellos, he creído que podría ser de algún interés para las lectoras de Familia, conocer esta actividad extranjera, que, nacionalizada entre nosotras, sería susceptible de ofrecer un momento de paz y de consuelo espiritual a muchas mujeres de todo el país.Los círculos de lectura son de diversas especies.Los hay generales y especiales, con sede fija y volantes, cerrados y abiertos.El objeto de los primeros es, simplemente, reunirse a leer en compañía.El autor y la obra se aceptan de acuerdo con la voluntad de la mayoría.Las socias eligen una presidenta que dirija las discusiones y solucione las dificultades que puedan presentarse, y también una secretaria-

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