Artigo Revisado por pares

A Simple Vista en Este Número

2014; Elsevier BV; Volume: 121; Issue: 12 Linguagem: Espanhol

10.1016/j.ophtha.2014.10.009

ISSN

1549-4713

Autores

Jean Shaw, John Kerrison,

Resumo

En una serie de análisis secundarios Chew y otros (p. 2443) evaluaron los resultados oculares relacionados con el tratamiento intensivo de la hiperglicemia, la hipertensión y la dislipidemia en el Estudio ACCORD Eye. Los datos actualizan los resultados previos, reafirmando que el control intensivo de la hiperglicemia y el uso del fenofibrato para tratar la dislipidemia hacen más lenta la progresión de la retinopatía diabética (DR) — y que el tratamiento intensivo de la hipertensión no tiene efecto en la progresión. Estos estudios dobles 2×2 factoriales aleatorios estudiaron pacientes con diabetes tipo 2 con ya fuera enfermedad cardiovascular establecida o factores de riesgo cardiovascular. Los resultados a cuatro años estaban disponibles para 2.856 de los 3.472 pacientes inscritos (85%). El primer resultado fue 3 pasos más allá en la escala personal de tratamiento de la DR con fotocoagulación o vitrectomía ETDRS. En ambos casos, los estudios de hiperglicemia y dislipidemia, y el efecto del tratamiento mostraron una tendencia a ser mayores en ojos con DR no proliferativa muy leve al momento de establecer la línea de base. Dados los hallazgos, los investigadores concluyeron que debe considerarse el fenofibrato para tratar la DR. ¿Influye el tipo de colgajo de LASIK creado con el láser de femtosegundo en la sensibilidad de la córnea y los síntomas de ojo seco a largo plazo? Kung y otros (p. 2311) compararon los cortes laterales de 70 grados, convencionales (utilizando un láser de femtosegundo de 60 kHz) con cortes laterales invertidos a 130 grados (utilizando un láser de 150 kHz) y encontraron que los colgajos con los cortes laterales invertidos se asociaban a una mejor recuperación de la sensación de la córnea durante el primer año postoperatorio. Sin embargo, no ha habido mejorías similares en los síntomas de ojo seco informados por los pacientes. Para este estudio aleatorio, prospectivo de ojos contralaterales, los investigadores evaluaron 60 pacientes (120 ojos) miopes. La sensibilidad de la córnea fue igual en el preoperatorio entre los ojos con cortes convencionales y los ojos con cortes invertidos, aunque, en los meses 3, 6 y 12 postoperatorios, fueron mejores en los ojos con cortes laterales invertidos. En el postoperatorio, no hubo diferencia en los síntomas de ojo seco entre los dos grupos. Cotter y otros (p. 2299) compararon los efectos del uso del parche tiempo parcial comparado con la simple observación para la endotropia intermitente en los niños. Sus resultados mostraron que los niños que utilizaban el parche 3 horas diarias presentaban menos deterioro que los que simplemente se observaban, aunque las tasas generales de deterioro fueron bajas en ambos grupos. Para este estudio de 6 meses, se asignaron 358 niños entre los 3 y los 10 años, de forma aleatoria, a un grupo de observación o a un grupo de parcheo 3 horas al día durante 5 meses, con un período de depuración de 1 mes, en el que no se utilizó el parche antes del examen a los 6 meses de iniciado su uso. De los 324 niños que terminaron el estudio, se presentó deterioro en 10 de los 165 (6,1%) que fueron observados y en 1 de los 159 (0,6%) del grupo de tiempo parcial de uso del parche. Según los investigadores, cualquiera de los dos abordajes es razonable para este grupo etario. Jinapriya y otros (p. 2356) investigaron su los medicamentos anti-inflamatorios, administrados después de trabeculoplastia selectiva con láser (SLT), tiene o no un impacto en la presión intraocular (IOP). Concluyeron que no parece que influya sustancialmente en el efecto reductor de la IOP de la SLT, lo que sugiere que el mecanismo terapéutico de la SLT puede ser menos dependiente de los mediadores inflamatorios de lo que habían pensado. Para este estudio doble ciego, controlado con placebo, se repartió en forma aleatoria un grupo de 125 pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto o glaucoma por pseudoexfoliación que no habían sido sometidos previamente a SLT, en la conformación de dos grupos, uno que recibiría placebo (n = 38), uno que recibiría prednisolona al 1% (n = 46) o trometamina de quetorolaco al 0,5% (n = 41) después de SLT. Ni el principal resultado (el cambio medio de la IOP desde el inicio del tratamiento hasta la marca de 1 mes) ni el resultado secundario, (tiempo trascurrido hasta el fracaso del tratamiento) mostraron diferencia significativa en los dos grupos de pacientes. Los investigadores indican que, hasta donde saben, este es el mayor estudio doble ciego controlado con placebo que haya evaluado este aspecto. Lee y otros (p. 2423) se propusieron determinar la prevalencia y los factores de riesgo de las tubulaciones retinianas externas (ORTs) en ojos con degeneración macular relacionada con la edad (AMD), sobre todo en ojos tratados con inyecciones intravítreas de ranibizumab o bevacizumab. Encontraron que los ojos con ORTs tenían una agudeza visual (VA) significativamente peor tanto al momento de definir la línea de base como a la semana 104. Además, después de 2 años de tratamiento, los ojos con ORTs mostraron una mayor probabilidad de presentar retinas anormalmente gruesas o delgadas, cicatrices fibróticas y grandes complejos de lesiones de neovascularización de la coroides (CNV). Para este estudio prospectivo de cohorte, se evaluó un subgrupo de Comparaciones de Pruebas Aleatorias de Tratamiento (CATT) para AMD, se evaluaron 391 ojos a la semana 56 y a la semana 104. De los 69 ojos con estado de líquido conocido a la semana 56, un total de 7 (10,1%) presentaba ORTs; a la semana 104, un total de 64 de 368 ojos (17,4%) con estado de líquido conocido presentaban ORTs. Los factores de riesgo incluyeron presencia de atrofia geográfica a la determinación de la línea de base, área más extensa de lesiones de CNV, bloqueo de fluorescencia en la angiografía con fluoresceína y material hiperreflectivo subretiniano en la tomografía de coherencia óptica. La presencia de diabetes al momento de determinar la línea de base se asoció negativamente con la presencia de ORTs. This Issue At A GlanceOphthalmologyVol. 121Issue 12PreviewIn a set of secondary analyses, Chew et al ( p. 2443 ) evaluated ocular outcomes related to the intensive treatment of hyperglycemia, hypertension, and dyslipidemia in the ACCORD Eye Study. The data add to the previous findings, reaffirming that intensive control of hyperglycemia and the use of fenofibrate to treat dyslipidemia slows the progression of diabetic retinopathy (DR)—and that intensive treatment of hypertension has no effect on progression. These double 2×2 factorial randomized trials involved patients with type 2 diabetes who had either established cardiovascular disease or cardiovascular risk factors. Full-Text PDF

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