El mundo de las armas en el Libro del Caballero Cifar

1979; Liverpool University Press; Volume: 56; Issue: 3 Linguagem: Espanhol

10.1080/1475382792000356189

ISSN

1469-3550

Autores

Marta Ana Diz,

Tópico(s)

Historical and Literary Analyses

Resumo

Click to increase image sizeClick to decrease image sizeBSS Subject Index: LIBRO DEL CABALLERO CIFAR [F. MARTÍNEZ?]MARTÍNEZ, FERRÁN (fl. late 13th cent./early 14th cent.) Notes 1. En ‘El Caballero Zifar: novela didáctico-moral’ (Thesaurus, XXVII [1972], 173–260), Luciana de Stefano dedica una sección de su trabajo a examinar el mundo de la aventura y destaca cómo el Cifar se aparta de las novelas de caballerías. Desafortunadamente, el estudio de de Stefano parece no haber alcanzado mucha difusión; no se incluye en las extensas bibliografías de los únicos dos libros dedicados exclusivamente al Cifar: J. Burke, History and Vision. The Figurai Structure of the ‘Libro del Cavallero Cifar’ (Londres 1972), y Roger Walker, Tradition and Technique in ‘El Libro del Cavallero Zifar’ (Londres 1975). De Stefano es la única crítica que enfrenta el problema del género literario del Cifar y se niega a incluirlo en el grupo de las novelas de caballerías. La autora sustancia su tesis en un análisis temático de la aventura, el amor, la fama y lo mítico en la novela. Aunque mi trabajo presenta un enfoque diferente, tiene sin embargo algunas zonas de coincidencia con el artículo de de Stefano; en lo posible, evito las repeticiones, y cuando son inevitables, las señalo en nota. De Stefano observa el escaso número de duelos singulares en la novela (p. 179). 2. En el duelo a la entrada de Galapia, el diálogo ocupa 41 líneas frente a la descripción de la lucha, que ocupa poco más de cuatro (pp. 41–43); en el duelo contra el hijo de Ester, palabras y acciones ocupan igual extensión, 5 y 6 líneas respectivamente (pp. 141–42); en el duelo contra los dos caballeros de Ester, la acción ocupa, en total, alrededor de 20 líneas, contra las 75 dedicadas al diálogo previo (pp. 145–48). Cito por la edición de C. P. Wagner, El Libro del Cauallero Zjfar (El Libro del Cauallero de Dios), Part I: Text (Ann Arbor 1929). En adelante indico entre paréntesis, después de cada cita, el número de página de la edición de Wagner. 3. Véase el comentario de de Stefano (183) sobre este episodio. 4. De Stefano (182–83) advierte la reacción poco caballeresca de Cifar en esta ocasión. María Rosa Lida, en La idea de la fama en la Edad Media castellana (Mexico-Buenos Aires 1952) no comenta este pasaje en particular pero señala también la distancia que separa a Cifar y Roboán de otros héroes épicos: ‘Cifar y luego Roboán no salen a ganar renombre ni a hacer guerra santa sino, muy poco cortesanamente, a medrar, a llegar a gran estado y ser grandes señores’ (259). En A Critical and Artistic Study of the Libro del Cavallero Cifar (tesis doctoral inédita, University of North Carolina at Chapel Hill, 1966), James Burke expresa su desacuerdo con Lida: ‘They [ Cifar y Roboán] are interested foremost in the regaining of the position of preeminence which their family lost through evil doings; and second, in helping the weak, in maintaining justice, and in preserving the extant system of feudal loyalties against treason and decay … Seringa of Pandulfa and Grima of Galapia are women being unjustly attacked by strong robber barons … The same is true of the aged king of Menton. Our heroes come to the rescue in all three cases. There is, indeed, a gain for them as a result of their actions … but this gain, in essence, is in third place behind two much more important reasons for action, that is, the restoration of the dignity and self-respect of the family and the doing of good in the world’ (57–58). Es evidente que el diálogo entre Cifar y su mujer que cito aquí no se ajusta a la interpretación de Burke. 5. Dos ejemplos: en Galapia, se dedican 132 líneas a los preparativos y 82 al relato de la lucha (pp. 54 y ss); en Mentón, los preparativos ocupan 48 líneas frente a las 30 de la batalla (pp. 156 ss). En el capítulo dedicado a la unidad de la novela, Walker examina el carácter y la función de las digresiones y observa lo siguiente a propósito del episodio de Galapia (cap. 11 a 37): ‘The development of this part of the romance is leisurely and the purely military action is frequently suspended for councils, debates and negotiations, but none of these respites can really be termed digressions …’ (Tradition and Technique …, 111). 6. Johan Huizinga, El otoño de la Edad Media (Madrid 1930), 139: ‘Este ideal [caballeresco] puede haber dado forma y fuerza al espíritu bélico, pero lo cierto es que sobre el arte de la guerra ejercía por lo regular un efecto más pernicioso que favorable, pues sacrificaba las exigencias de la estrategia a las de la belleza de la vida.’ 7. De Stefano (181) comenta el carácter no caballeresco de la retirada que Cifar ordena en Galapia, debido a la superioridad del enemigo. 8. Ya Menéndez Pelayo advertia el tono ‘razonable’ que caracteriza las batallas en el Cifar (Orígenes de la novela [Madrid 1962], I, 301). De Stefano señala lo mismo (179). 9. Vease Lida, La idea . . ., 260: ‘En hondo contraste con la épica popular, acabada la batalla se habla del botín y no de la honra.’ La importancia asignada a la estrategia, la preocupación que muestran los protagonistas por las clases bajas y las constantes menciones a las ganancias obtenidas en el botín son los mismos elementos que caracterizan el mundo militar descrito en el Poema de Mio Cid. En este sentido, el PMC se aparta de los cánones que caracterizan a la épica en general, tanto como el Cifar de los que definen el subgénero de las novelas de caballerías. 10. De Stefano (179) apunta el carácter aristocrático de la literatura caballeresca y advierte la diferencia con el Cifar. ‘Los verdaderos necesitados raramente aparecen en escena; de hecho, no existen en este mundo que gira encerrado en sí mismo. Las clases bajas pocas veces son tomadas en cuenta ya que no poseen dignidad literaria … En el Zifar, al contrario, se encuentra siempre, aunque en forma implícita, la presencia del pueblo . . .’ Esta presencia no siempre está implicita: véase la nota 11 de este trabajo. 11. En la campaña contra Nasón, 211: ‘Roboan caualgo e tomo la gente de su hermano e la suya, asy que eran trezientos e çinquaenta caualleros, e entraron por la tierra del conde guardando toda via los labradores de daño, e de mal en quanto ellos podían, saluo ende lo que tomauan para comer, ca asy gelo mandaua Roboan, teniendo que los labradores non auian culpa en la mala verdal del conde’ (el subrayado es mío). 12. E. Souriau, Les 200,000 situations dramatiques (Paris 1950), apud Heinrich Lausberg, Manual de retórica literaria (Madrid 1966), II, 470. 13. La Iglesia proponía la abolición de toda guerra entre cristianos, aunque nunca triunfó completamente en lograr este objetivo. El rechazo de la guerra se apoyaba en el ejemplo de Cristo. Con menos intransigencia, Santo Tomás justificaba la guerra bajo tres condiciones: debía ser declarada por la autoridad pública del estado, debía tener una causa justa; los guerreros debían estar animados por una justa y sana intención. Estas condiciones llegaron a convertirse en un lugar común en los tratados que tocaban el tema de la guerra, según apunta Bede Jarret, en Social Theories of the Middle Ages (Boston 1926), 185 y 193 ss. 14. Véase de Stefano, 177 ss. 15. Cf. W. P. Ker, Epic and Romance (N. York 1957), 8: ‘An heroic age may be full of all kinds of nonsense and superstition, but its motives of action are mainly positive and sensible … The narrative poetry of an heroic age, whatever dignity it may obtain either by its dramatic force of imagination or by the aid of its mythology, will keep its hold upon such common matters, simply because it cannot do without the essential practical interests.’ 16. Cf. Erich Auerbach, Mimesis: The Representation of Reality in Western Literature (Princeton 1953), 139: ‘Courtly culture gives rise to the idea, which long remained a factor of considerable importance in Europe, that nobility, greatness, and intrinsic values have nothing in common with everyday reality.’ 17. Walker (Tradition and Technique …, 70) resume los elementos que producen el carácter más caballeresco de la trayectoria de Roboán: ‘This last book is much nearer to what we regard as the typical romance of chivalry, with its unmarried and younger hero of noble status, its hints of courtliness in the relationship between Roboán and Seringa, the more elevated rank and behaviour of the squire, the traditional kind of mysterious trappings (such as the emperor who does not laugh and the marvels of Çafira), and the visit of the hero himself to the Other World.’ 18. En Galapia, después de una primera derrota no definitiva, el enemigo Rodán reflexiona: ‘E amigos e parientes, quierovos dezir vna cosa: que sy el sobrino me mataron en este logar, e el mio fijo tienen preso e a mi firieron, creo que Dios que quiere ayudar a ellos e enpeçer a nos; ca yo tengo a la dueña tuerto grande, e le he fecho muchos males en este logar, ella non lo meresçiendo; porque ha mester que conoscamos nuestro yerro e nos repintamos del, e fagamos a Dios e a la dueña emienda; ca sy non, bien creo que Dios nos lo querra acaloñar mas çiertamente’ (63). 19. No se trata de la )αν∂ρϵíα sino de la fortitudo de Cicerón, de la templanza para enfrentar las pruebas de la fortuna. 20. Los episodios que ocupan el viaje a Mentón tienen al ribaldo como protagonista, o, al menos, como directo responsable de la acción. Salva a Cifar del ataque de los ladrones (cap. 58) y de los lobos (cap. 61 ). En uno de los pasajes más hermosos de la novela, el episodio de los nabos (cap. 61), el ribaldo muestra también la conveniencia de añadir al sentido común y la honestidad una buena dosis de simpatía y gracia natural. 21. Walker ( Tradition and Technique …, 113) también comenta la importancia del ribaldo en ese diálogo: ‘Towards the end of the discussion we begin to feel, however, that the hero is in danger of crossing the narrow barrier between resignation and apathetic despair, and here the ribaldo takes on a more positive role by urging the knight to use his arms again in the service of the king of Mentón. This marks the turning point in Zifar's fortunes; from now on things begin to get better. The knight, then, is saved by the ribaldo and, persuaded out of his lethargy, he decides to leave the passive existence of the hermitage and re-enter the world of action for which he was destined, with the peasant as his squire.’ 22. Tzvetan Todorov, ‘Les catégories du récit littéraire’, Communications 8 (1966). 23. Para Roboán es aplicable lo mismo con excepción de la regla cuarta: Roboán auxilia espontáneamente a Seringa. 24. Cf. opinión de Burke en nota 4 de este trabajo. 25. C. Bowra, Heroic Poetry (London 1952), 64. 26. En Pandulfa, parecida dirección tienen las palabras que dirige el obispo canciller al rey de Brez cuando le aconseja otorgar la tregua que pide Roboán: ‘Sseñor, quien la baraja puede escusar, bien barata en fuyr della; ca a las vegadas el que mas y cuyda ganar, ese ffinca con daño e con perdida’ (416). 27. Cf. nota 18. 28. En la Chanson de Roland, los ángeles vienen a llevar el alma de Roland al paraíso pero no lo ayudan mientras está vivo. Agrega Bowra (84) que hay excepciones, pero éstas no son, al fin de cuentas, significativas: el sol se detiene, por ejemplo, para ayudar a Carlomagno, pero esto no modifica el resultado final. 29. El poder del pendón, sin embargo, no es inexplicable. Proviene de la fuerza que posee la virtud de las doncellas que lo bordaron. 30. ‘The world of knightly proving is a world of adventure. It not only contains a practically uninterrupted series of adventures; more specifically, it contains nothing but the requisites of adventure. Nothing is found in it which is not accessory or preparatory to an adventure. It is a world specifically created and designed to give the knight opportunity to prove himself …’ (Auerbach, 136). 31. Recuérdese, por ejemplo, en el Amadís, el duelo entre Galaor y Florestán. 32. Arthur Lovejoy, The Great Chain of Being (New York 1960), 101.

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