A Simple Vista en Este Número
2010; Elsevier BV; Volume: 117; Issue: 7 Linguagem: Espanhol
10.1016/j.ophtha.2010.05.017
ISSN1549-4713
AutoresLori Baker Schena, John Kerrison,
Tópico(s)Ocular Surface and Contact Lens
ResumoEl CF101 es un agonista de los receptores de adenosina A3 que actúa como agente antiinflamatorio. Los investigadores ya habían demostrado su potencial terapéutico para suprimir las manifestaciones inflamatorias y prevenir el daño tisular en modelos animales experimentales de artritis, enfermedad inflamatoria intestinal, osteoartritis y peritonitis séptica. El estudio clínico de Fase 2a en pacientes con artritis reumatoide demostró que el medicamento era aparentemente seguro, bien tolerado, y contribuía a mejorar los signos y síntomas de la enfermedad. En este estudio de Fase 2, Avni y otros (p. 1287) exploraron su efecto en el síndrome de ojo seco de moderado a severo. Treinta y tres pacientes con síndrome de ojo seco de moderado a severo recibieron tratamiento con píldoras de 1 mg de CF101 administradas por vía oral, dos veces por día, durante 12 semanas; 35 pacientes recibieron una píldora de placebo. El seguimiento tuvo una duración de dos semanas. Los resultados mostraron que el CF101 por vía oral producía una mejoría estadísticamente significativa en la captación de tinción de la córnea, en el tiempo de descomposición de las lágrimas y en la altura del menisco lagrimal, en comparación con el placebo. Su tolerancia fue buena, con un excelente perfil de seguridad. Los autores concluyen que estos resultados respaldan una evaluación adicional del CF101 para la enfermedad de ojo seco. Hayashi y otros (p. 1313) compararon la forma de la córnea y los cambios astigmáticos después de cirugía de cataratas con incisión de 2,0 mm o 3,0 mm a través de la córnea transparente (CICS, por su sigla en inglés) y una cirugía de cataratas con incisión del túnel escleral (SICS, por su sigla en inglés). Asignaron aleatoriamente a 90 pacientes a uno de dos grupos: un grupo en el que se utilizó CICS de 3,0 o 2,0 mm en un ojo y una SICS de 3,0 o 2,0 mm en el otro ojo. Los investigadores mostraron que los cambios de la forma de la córnea después de la CISC de 3,0 mm fueron mayores que los observados después de la SICS del mismo ancho. Sin embargo, los cambios en la forma de la córnea después de la CICS de 2,0 mm y después de la SICS del mismo tamaño, fueron prácticamente iguales. Además, tanto el astigmatismo corneal postoperatorio como el astigmatismo inducido por la cirugía fueron mayores después de la CICS que después de la SICS con las incisiones de 3,0 mm. Sin embargo, cuando el ancho de la incisión fue de 2,0 mm, no hubo diferencia significativa en el astigmatismo corneal postoperatorio o en el astigmatismo inducido entre las dos técnicas. Los investigadores sugieren que los cirujanos utilicen las incisiones en la córnea transparente cuando realicen una cirugía de cataratas con una incisión de 2,0 mm de ancho o menos. Dada la evidencia de que el uso prolongado de medicamentos para reducir la presión intraocular (PIO) se ha relacionado con inflamación conjuntival subclínica ¿Podría un tratamiento preoperatorio de un mes con medicamentos antiinflamatorios mejorar los resultados después de la trabeculectomía? Para encontrar la respuesta, Breusegem y otros (p. 1324) realizaron un estudio en el que 61 pacientes de glaucoma consecutivos no controlados por los medicamentos, programados para una trabeculectomía de primera vez, se asignaron al azar a 1 de 3 grupos de medicamento tópico: drogas antiinflamatorias no esteroideas (AINES), queratolaco, esteroide de fluorometolona, o placebo (lágrimas artificiales). Los pacientes se instilaron 1 gota 4 veces al día por un mes antes del procedimiento. Se redujo considerablemente el requerimiento de inyecciones postoperatorias en el primer año en los grupos de AINES (6%) y de esteroides (5%) comparados con el grupo de placebo (41%). Además, el porcentaje de pacientes que requirió medicamentos para reducir la PIO a fin de llegar al nivel objetivo de presión intraocular al cabo de un año, fue 24% en el grupo de placebo, 18% en el grupo de AINES y 0% en el grupo de esteroide. Estos resultados respaldan la hipótesis de los autores en cuanto a que la medicación antiinflamatoria tópica podría ofrecer un beneficio clínico en los pacientes que se van a someter a una trabeculectomía. Schmidt y otros (p. 1367) compararon la fibrinólisis intraarterial local (FIL) utilizando activador de plasminógeno tisular recombinante (rtPA, por su sigla en inglés) con tratamientos conservadores estándar (TCE) para manejar la oclusión aguda de la arteria central de la retina (OACR). Encontraron que la FIL y el TCE tenían los mismos resultados, aunque con más reacciones adversas. En el estudio participaron 82 pacientes que formaban parte del estudio del Grupo Europeo de Evaluación para Lisis dentro del Ojo (EAGLE, por su sigla en inglés). El TCE incluyó hemodilución isobolémica aunque sin paracentesis de cámara anterior. Los resultados mostraron una significativa mejoría de la visión, de 0,443 logMAR en el grupo de TCE, y 0,447 logMAR en el grupo de FIL al cabo de un mes. Dos de los pacientes de FIL experimentaron serias reacciones adversas dentro de las primeras 24 horas después del tratamiento, incluyendo hemorragia cerebral y cerebelar, con una paresia que se resolvió para cuando terminó el estudio. Uno de los pacientes de TCE experimentó una hemiparesia derecha y disminución de la conciencia después del tratamiento, con recuperación incompleta. Dados los resultados terapéuticos similares pero con una mayor tasa de reacciones adversas asociados con el FIL, los autores recomiendan no usar el FIL para tratar la OACR. Es posible que los oftalmólogos no necesariamente deban considerar la refracción a distancia en pacientes con visión baja dada la probabilidad de que la causa del problema visual no sea refractiva sino debida a una enfermedad ocular subyacente. Sin embargo, es posible que haya un subgrupo de pacientes que pueda beneficiarse de la refracción a distancia. Sunness y El Annan (p. 1442) realizaron un estudio retrospectivo de corte transversal para determinar el porcentaje de un total de 739 pacientes que solicitaron evaluación de baja visión y que se beneficiaron con la refracción a distancia, y describen luego las características de estos individuos. Los autores determinaron que 11 por ciento de todos los pacientes, mejoraron en dos o más líneas de agudeza visual con la refracción. Esta mejoría la experimentaron pacientes con una variedad de diagnósticos y un rango de presentaciones de agudeza visual. En 5 pacientes, después de la refracción, el ojo que se encontraba 1 o más líneas peor que el ojo contralateral al momento de la presentación, se convirtió en el ojo que mostraba 1 o más líneas de mejoría que el ojo contralateral. Los autores concluyen que los clínicos podrían considerar una refracción a distancia en algunos de sus pacientes con baja visión. This Issue At A GlanceOphthalmologyVol. 117Issue 7PreviewCF101 is an A3 adenosine receptor agonist that functions as an anti-inflammatory agent. Researchers previously demonstrated its therapeutic potential to suppress inflammatory manifestations and prevent tissue damage in experimental animal models of arthritis, inflammatory bowel disease, osteoarthritis, and septic peritonitis. Phase 2a clinical study in patients with rheumatoid arthritis demonstrated the drug was apparently safe, well-tolerated, and helped improve disease signs and symptoms. In this Phase 2 study, Avni et al ( p. Full-Text PDF
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