Artigo Acesso aberto

La Araucanía y sus habitantes (fragmento)

2011; University of Chile; Issue: 1 Linguagem: Espanhol

10.5354/0365-7779.2011.12259

ISSN

0717-8883

Autores

Ignacio Domeyko,

Tópico(s)

Indigenous Cultures and History

Resumo

El 30 de diciembre, a la salida del Sol, nuestro vapor entró en la bahía de Talcahuano.Es preciso haber pasado, como yo, siete años en una región costera seca, sin árboles, para apreciar la belleza de esa bahía de tres o cuatro millas de longitud y un par de millas de profundidad.A su entrada está la isla Quiriquina, coronada de bosques siempre verdes, a lo largo de la cual pasó lentamente nuestro buque por un estrecho llamado Boca Grande, y llegamos a una especie de sereno lago.Esta bahía está protegida a su alrededor por orillas rocosas, adornadas por hermosos bosquecillos.Sólo a lo lejos, al este, se ve una orilla más baja, sobre la cual se eleva el puerto de Talcahuano.Al sur se extiende una cadena de cerros cubiertos de bosques de encinas, y en la costa norte hay tres pueblecitos: Tomé, Lirquén y el vetusto Penco.Este último iba a ser la capital del sur de Chile y fue fundado por los primeros conquistadores españoles, entre los cuales figuraba el famoso Pastene, brazo derecho y asesor del valeroso Valdivia.Tres veces destruido por los terremotos y tres veces restaurado, el pueblito cuenta actualmente con pocas edificaciones.Sólo le quedan angostas callejuelas, algunas ruinas, una iglesia con su torre y un pequeño castillo de piedra labrada erigido sobre el agua, que hoy ya no tiene nada que defender ni proteger.El puerto toma su nombre del pueblecito de Talcahuano y es uno de los mejores y más seguros del océano; una docena de buques mercantes, estaban allí anclados; en botes y chalupas estaban transportando sacos con trigo a algunos buques, y de otros descargaban mercancías.Una gran agitación en el puerto y en el pueblo que cuenta hoy hasta tres mil habitantes y que, si bien todavía nuevo y poco conocido en el mundo no comercial, pasó

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